Image: Carmen Posadas

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El Cultural

Carmen Posadas

"A la novela nórdica le falta humor"

22 noviembre, 2010 01:00

Carmen Posadas en una imagen del pasado mes de octubre. Foto: Alberto Di Lolli

Presenta hoy en Teatro Reina Victoria de Madrid, a las 20 horas, su novela 'Invitación a un asesinato'

Cuando era pequeña, recuerda Carmen Posadas, ella era el patito feo de su casa, eclipsada como estaba por los mechones rubios de sus hermanas pequeñas. "A mí sólo me decían que era muy alta", protesta. En esa rivalidad fraternal navega Invitación a un asesinato, novela policíaca con la que la escritora uruguaya ha pretendido, además, acordarse de Agatha Cristie, de Conan Doyle y de todos esos clásicos del género que, en contra de la moda nórdica, trataban los asuntos más escabrosos con la distancia que otorga el humor. Como escenario ha elegido un mundo de millonarios sobre el que descubrir qué hay más allá de la luz brillante del lujo. Todo, a través de una historia truculenta, la de una mujer que, despechada y al borde de la quiebra, planea su asesinato invitando a sus amigos a un crucero, al estilo de Muerte en el Nilo.

PREGUNTA.- Ha dicho que Invitación a un asesinato es un homenaje a Agatha Cristie, a Conan Doyle y a Hitchcock. ¿En qué le ha influido cada uno de ellos?
RESPUESTA.- Quería homenajear a los clásicos del género, hoy un poco olvidados por el boom de la novela nórdica, que está muy bien pero a la que creo que le falta sentido del humor. Por eso quise volver a los clásicos, porque ellos sabían que la mejor manera de hablar de las cosas serias es hacerlo en broma. En el libro se habla de cosas terribles, adopciones que fracasan, se habla de eutanasia... pero todo está envuelto en el humor, lo que permite darles una cierta distancia.

P.- Pero hay un fondo, ¿no ha querido invitar también a reflexionar sobre estos asuntos tan polémicos?
R.- La novela policíaca tiene dos niveles de lectura. Hay gente que pasa el rato con ellas y que sólo quiere descubrir quién es el asesino. Pero luego hay otro tipo de lector más cómplice, más reflexivo, que quiere conocer mejor a los personajes, que va más allá de la trama.

P.- Volviendo a los nórdicos y al feliz momento que vive la novela policíaca, ¿qué tal Larsson? ¿Qué otras cosas lee de este género además de a los clásicos?
R.- De los nórdicos me gusta mucho John Ajvide Lindqvist, el autor de la maravillosa Déjame entrar. No soy muy larssoniana, insisto, prefiero a los clásicos, pero de nombrar a alguien actual del género me quedo con Camilleri.

P.- En la novela todo son lujos. ¿Conoce bien ese mundo?
R.- A mí siempre me acusan de haber andado toda la vida rodeada de ricos, pero lo que yo creo es que las pasiones humanas son iguales en todos los sitios y en todos los niveles. El que describo no es ese mundo de ricos de las revistas y de la televisión, de lo que hablo es de lo que está detrás de ese oropel. Los personajes están tomados de la realidad, mucha gente me pregunta por ellos. Y es curioso porque me he dado cuenta de que la gente no se reconoce en sus defectos y sí en sus virtudes. Nunca piensan en ellos, siempre creen que hablo de otras personas.

P.- ¿No le preocupó que la tacharan de frívola?
R.- Cuando lo escribí estaba un poco preocupada porque no sabía si los lectores iban a entender bien la propuesta. En el libro todos son ricos y guapos, y pensé incluso que algunos me iban a partir la cara. Pero lo que he pretendido es ver qué hay detrás del glamour, palabra que en origen significa brillo falso y engañoso, y que hoy se ha convertido en sinónimo de elegancia, o de algo extraordinario. Yo quería mirar detrás de esa máscara.

P.- Por cierto, el otro día coincidió en emplazamiento con Carmen Lomana. Ambas presentaban su libro. ¿Se parece este personaje a los de su novela?
R.- Lomana se parece bastante a eso que hablamos del glamour.

P.- Y, en cambio, el tema del libro es el amor y el desamor, que usted retrata con crudeza.
R.- Es que, en realidad, en la literatura los grandes temas son el amor y la muerte. Y más en la novela negra.

P.- Y por último está la historia de la rivalidad entre hermanas. Un clásico. ¿Es biográfica?
R.- Sí, es la parte más autobiográfica de la novela. Mis hermanas son las dos unas santas, pero de pequeñas ellas eran rubias, de ojos verdes, monísimas. Además cantaban estupendamente, contaban chistes... Y a mí, que encima era la mayor, sólo me decían lo alta que era. Así que sé bastante bien qué es ser el patito feo. Ellas se han reído con la novela.

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