Imagen de archivo de una prueba de atletismo internacional en categoría femenina

Imagen de archivo de una prueba de atletismo internacional en categoría femenina Europa Press

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Las pruebas de sexo llegan al atletismo y crean división: "Es difícil éticamente. Si no hacen nada ilegal y son mujeres…"

EL ESPAÑOL, con el testimonio de la atleta María Vicente, retrata la dicotomía existente ante el protocolo puesto en marcha para el Mundial de Tokio.

Más información: Las mujeres del boxeo español apoyan los test de sexo tras el 'caso Khelif': "Hay que evitar el intrusismo masculino"

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En dos días arranca el Mundial de atletismo en Tokio. Una cita imperdible para los aficionados al deporte que en esta edición está marcada por una novedad que solo afecta a las competidoras femeninas: las controvertidas pruebas de sexo.

Igual que el boxeo, que obligó a las mujeres que competían en los Mundiales de Liverpool —que arrancaron la pasada semana— a realizarse este test, el atletismo ha seguido sus pasos por orden de World Athletics.

El pasado 1 de septiembre entró en vigor la nueva regulación en el atletismo, exigiendo así a las atletas que quisieran competir en categoría femenina en el Mundial que se sometieran a las pruebas genéticas. Estas ya se han realizado casi en su totalidad.

Ilustración de la estructura molecular de la proteína SRY y una pista de atletismo

Ilustración de la estructura molecular de la proteína SRY y una pista de atletismo Imagen generada mediante IA

La prueba consiste en la detección del gen SRY (Sex-determining Region Y), ubicado en el cromosoma Y y responsable del desarrollo de características sexuales masculinas. Esta prueba se realiza mediante una prueba PCR —de saliva o de sangre— y es única durante toda la carrera deportiva de la atleta.

Si el resultado positivo —presencia del gen SRY—, la atleta queda excluida de la categoría femenina en eventos de élite, pero puede: competir en categorías masculinas o participar en pruebas no puntuables para el ranking mundial.

Solo habría una excepción contemplada: los casos de Síndrome de Insensibilidad Completa a los Andrógenos (SICA) —el cuerpo no responde a la testosterona, resultando en un desarrollo físico femenino—.

Según Sebastian Coe, presidente de World Athletics, más del 95% de las atletas han completado las pruebas antes del Mundial. La organización ha cubierto hasta 100 dólares del costo de cada test, que se llevaron a cabo hace semanas por cada federación por su cuenta.

El caos francés

Las pruebas restantes corresponden principalmente a equipos de Francia y Noruega, países donde las pruebas genéticas por motivos no médicos están prohibidas legalmente. Estas atletas están siendo evaluadas directamente en Tokio antes del inicio de la competición.

Los resultados están disponibles en una o dos semanas, si bien se ha sido flexibles con estas atletas que no han podido realizarse la prueba hasta llegar a la capital nipona. Esto para evitar que se repita el bochorno del Mundial de boxeo.

En la competición pugilística, organizada por World Boxing, las boxeadoras francesas fueron finalmente excluidas por no presentar la prueba a tiempo. Cinco boxeadoras (Romane Moulai, Wassila Lkhadiri, Melissa Bounoua, Sthélyne Grosy y Maëlys Richol) perdieron su oportunidad de competir, a pesar de que la federación francesa intentó realizar las pruebas en un laboratorio de Leeds recomendado por World Boxing.

La ley de bioética francesa de 1994 prohíbe este tipo de pruebas genéticas en suelo galo con fines no médicos, lo que impidió que sus boxeadoras completaran el protocolo en su territorio antes de viajar. Las atletas sí han podido hacerlas en Japón para garantizar su participación.

De lo que no escapan ni el test ni la política de World Athletics es del fuerte debate ético y resistencia por parte de varias atletas y científicos, que consideran la prueba invasiva y simplista.

Cartel promocional del Mundial de atletismo 2025 en Tokio

Cartel promocional del Mundial de atletismo 2025 en Tokio Reuters

Según Coe, que el 95% de las atletas hayan completado las pruebas es "una respuesta de todo el deporte a un principio en el que todos creemos fundamentalmente, que es proteger la categoría femenina".

Sin embargo, varias atletas de élite han expresado su rechazo. Una fue Malaika Mihambo, campeona olímpica alemana, que declaró: "Este test es jurídicamente discutible, éticamente delicado y científicamente simplista".

Nikki Hiltz, atleta estadounidense no binaria, expresó no gustarle "el precedente que se ha creado" y Nafi Thiam, triple campeona olímpica belga, dijo no haberla "convencido la justificación dada para proteger el deporte femenino".

María Vicente, atleta española, que vuelve en Tokio a una competición internacional año y medio después, tras sufrir una rotura completa del tendón de Aquiles, perdiéndose así los Juegos Olímpicos de París 2024, valoró el asunto de las pruebas de sexo en una charla con EL ESPAÑOL. 

"Es una situación un poco polémica y difícil éticamente. Si son mujeres y no han hecho nada ilegal para cambiar eso... Si yo me pongo en su punto de vista, vería mal que no me dejasen competir o que me obligasen a hormonarme", empezó señalando.

Y agregó: "Una persona más alta también tiene beneficio contra una más baja en salto de altura, ¿no? Pero tú has decidido hacer competir contra eso. Lo veo un poco difícil en ese sentido".

"Una persona más alta también tiene beneficio contra una más baja en salto de altura, ¿no?"

María Vicente, atleta española

Su respuesta, sin embargo, no escapa de la dicotomía en la que se encuentran muchas atletas por este tema: "Pero a la vez, si lo veo desde nuestro punto de vista, especialmente en otras pruebas como puede ser el fondo, que hay más chicas con estas características, se puede entender que les está perjudicando porque no están en igualdad de condiciones", dijo a este diario.

"Es complejo, y si tuviese que tomar yo la decisión, no sabría por dónde tirar. Es muy complicado. Lo único que podemos hacer nosotros es acatar la ley, en ese sentido. Nos hemos hecho el test, yo soy apta para competir, así que haré lo mío. Si en algún momento se cambian las tornas o pasa otra cosa, ya veré, pero es que es una situación muy compleja", concluyó.

María Vicente en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

María Vicente en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 Europa Press

En la comunidad del boxeo, en cambio, existe una mayoría clara sobre estas pruebas que también se ha realizado. EL ESPAÑOL lo pudo comprobar charlando con Laura Fuertes y Jennifer Fernández antes de que viajaran a Liverpool.

En el boxeo hay un enfoque claro. Al tratarse de un deporte de contacto directo se busca "proteger la seguridad de todos los participantes". De hecho, la introducción de las pruebas por World Boxing fue una reacción inmediata a la controversia de París 2024 con Imane Khelif y Lin Yu-ting.

En el caso del atletismo, esta normativa surge en el contexto de años de debate sobre los criterios de elegibilidad en pruebas femeninas, especialmente tras casos como el de Caster Semenya, la atleta sudafricana con diferencias en el desarrollo sexual (DSD) que dominó los 800 metros femeninos.

En 2016, las tres medallistas en los 800m femeninos de los Juegos Olímpicos de Río fueron atletas con DSD, lo que intensificó las demandas de regulaciones más estrictas. Por otro lado, ya en 2023 se dictó la exclusión sistemática de mujeres trans que inicien su transición médica tras la pubertad.

¿Qué dicen los cientifícos?

La comunidad científica también ha reaccionado a estas pruebas, en concreto Andrew Sinclair, el descubridor del gen SRY en 1990, ha criticado duramente la medida, calificándola como "científicamente simplista" y argumentando que "la ciencia no respalda esta afirmación excesivamente simplista".

Sinclair, quien ha investigado este gen durante 35 años, considera que la prueba es errónea como indicador único del sexo biológico.

Mientras, World Athletics se justifica sosteniendo que "para competir en categoría femenina a nivel de élite, hay que ser biológicamente mujer" y que "el género no puede prevalecer sobre la biología".

Sebastian Coe, su presidente, también declaró que "en un deporte que trata permanentemente de atraer a más mujeres, es muy importante que entren en él creyendo que no existe un techo de cristal biológico".

Las pruebas de sexo son un hecho, y parece que han llehado para quedarse. Por lo pronto, este Mundial de Tokio servirá también para recopilar comentarios y determinar el proceso de pruebas para 2026 en adelante. Más deportes se irán sumando.