Los jugadores del Chelsea celebran el título del Mundial de Clubes.

Los jugadores del Chelsea celebran el título del Mundial de Clubes. REUTERS

Fútbol MUNDIAL DE CLUBES

Todo por el dinero: más pena que gloria en el Mundial de Clubes, el polémico experimento de FIFA

El controvertido torneo se cerró con el Chelsea como el primer ganador de la historia y con más facturas negativas que positivas.

Más información: Luis Enrique le pegó un manotazo en el cuello a Joao Pedro al término de la final del Mundial de Clubes

Publicada

El Chelsea podrá presumir para siempre de ser el primer ganador de la historia del Mundial de Clubes. Este experimento que se sacó de la manga FIFA sigue dejando muchas dudas y críticas pese a que sus impulsores se afanan en destacar únicamente lo positivo. Es un invento que divide al mundo del fútbol en dos corrientes.

Para unos este torneo es poco más que un 'sacacuartos' que no hace sino cargar un calendario que ya de por sí está apretado. Para otros supone un entretenimiento más de verano, hacer más amena la transición entre una temporada y otra, y sobre todo un gran impulso económico para los clubes que participan.

Parece, no obstante, que esta primera edición del Mundial de Clubes deja más sombras que luces con su celebración en Estados Unidos. Parones interminables por la amenaza de tormentas eléctricas, entradas ridículas en demasiados partidos y un ritmo de competición muy bajo, adecuado a la altura del curso en la que nos encontramos.

Muchos inconvenientes

El Mundial de Clubes nació envuelto en la polémica y así ha terminado un mes después. Desde que FIFA anunció la creación de esta competición comenzaron a salir voces críticas, empezando desde los propios equipos y siguiendo por los futbolistas.

El motivo del enfado era claro. Si ya durante todo el año hay quejas por el calendario, meter una competición más de un mes entero de duración parecía una temeridad a todas luces. Algunos futbolistas se atrevieron a levantar la voz al respecto, aunque no fue unánime. Quizás por miedo a represalias o a tener contratos menos jugosos.

Los jugadores del Chelsea celebran un gol ante el PSG en el Mundial de Clubes.

Los jugadores del Chelsea celebran un gol ante el PSG en el Mundial de Clubes. REUTERS

El Mundial de Clubes además ha resultado ser un quebradero de cabeza para las ligas nacionales. El debut del Real Madrid ante Osasuna ya está en duda después de haber llegado a las semifinales, y el del Chelsea y el PSG en sus respectivas competiciones más todavía.

No hay margen suficiente de descanso para los futbolistas después de una temporada tan cargada. Eso implica una mala preparación para la siguiente y también multiplicar el riesgo de lesiones. Da la impresión de que la gallina de los huevos de oro cada vez está más ahogada.

Por si fuera poco, la celebración de este Mundial de Clubes en Estados Unidos ha contribuido a alimentar las dudas acerca de la conveniencia de esta competición.

Empezando por el gran desinterés del público. Ha sido muy habitual ver estadios prácticamente vacíos o con entradas ridículas en muchos partidos de la fase de grupos. Incluso en los cruces ha seguido pasando esto.

Tan sólo los grandes equipos como el Real Madrid han conseguido atraer a la afición local, mientras que los equipos argentinos o brasileños también han contado con un buen apoyo en las gradas. La cercanía con esos países influyó.

A esto hay que sumar la polémica de las tormentas eléctricas. Por protocolo, cada vez que había amenaza de tormenta eléctrica los partidos debían suspenderse durante al menos media hora. Eso provocó un caos en más de una ocasión, con algún encuentro detenido durante horas y sin saber qué iba a suceder.

En lo puramente deportivo el nivel de fútbol visto no ha sido para tirar cohetes. Los equipos europeos, salvando la excepción del PSG, han llegado fundidos a este momento de la competición. Otros como el Real Madrid en plena construcción. Un ritmo bajo y complicado de digerir en ocasiones.

El dinero y poco más

En el lado positivo de la balanza cuesta encontrar pocas cosas más allá del dinero. Los clubes participantes en este Mundial de Clubes, especialmente los que han llegado más lejos, se van a ir de Estados Unidos con los bolsillos muy cargados.

Una escalofriante cifra de 900 millones de euros a repartir entre los clubes participantes, y con el campeón ingresando la friolera de 115 'kilos' por pertenecer a UEFA. Todo eso por un mes de competición.

El resto de bonanzas tienen que ver con la proyección de la imagen de los equipos en países lejanos. Este Mundial de Clubes les puede haber ayudado a tener una mayor penetración y a sacar unos réditos extradeportivos considerables.