
Hansi Flick da instrucciones a sus jugadores en el partido ante el Borussia Dortmund. Reuters
La misión de Flick, repetir fórmula en El Clásico sin Lewandowski: un parcial de 9-2 y el factor sorpresa
El Barça intentará en La Cartuja volver a dominar al Real Madrid y levantar la Copa. Galones para Lamine Yamal y un problema sin Balde.
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El sueño del triplete ha dejado de ser una utopía en Can Barça. Líder en Liga y semifinalista en Champions League, el primer paso lo tiene que dar el conjunto azulgrana este sábado. La final de la Copa del Rey contra el Real Madrid mide la fortaleza de los de Hansi Flick a la hora de la verdad. Todo se reduce a cómo juegues y lo que ganes en abril-mayo, lo demás es polvo.
Flick es el rey de las finales. Desde que es entrenador —con una experiencia de sólo seis años en la élite, a pesar de tener 60—, ha ganado las seis finales que ha dirigido. Cinco con el Bayern Múnich y una, la del 2-5 al Real Madrid en la Supercopa de España, con el Barça. En su primer año en el banquillo azulgrana, tiene la oportunidad de ganarlo todo y su misión es que el equipo no muera de éxito en la recta final.
No hay nada ganado —a excepción de la Supercopa— por el momento. Si bien los precedentes ante el Madrid son halagüeños, dado que se le goleó también en Liga (0-4 en el Bernabéu) y el parcial esta temporada de 2-9, nadie se puede fiar de los blancos. Los de Ancelotti están heridos y de por sí son siempre peligrosos en una final. Arruinar el sueño culé es otra motivación más en el vestuario merengue.
La seguridad que tiene Flick es que el mejor plan pasa por repetir la fórmula de los últimos dos Clásicos. El peligro que ve el alemán es lo que pueda afectar al equipo una baja sensible, la de Robert Lewandowski. Sin el polaco, que intentará reaparecer en la vuelta de las semis contra el Inter de Milán, la idea de juego del Barça cambia.
La solución de Flick puede estar en un 2x1: Dani Olmo y Ferran Torres para cubrir la tarea de Lewandowski, que no se reduce únicamente a marcar goles. El polaco produce desde atrás, con varios metros hasta la portería, y los dos internacionales españoles tendrían que asumir la responsabilidad.
El gran 'pero' de esto está en lo que pueda quedar desprotegido el centro del campo del Barça. Pedri es la manija y De Jong el sostén, pero con Olmo en lugar de Gavi o Fermín López, el más usado por Flick en las últimas fechas, se resta una pieza a la base del juego. Ante un Madrid que previsiblemente vaya a salir con cuatro centrocampistas, la concentración azulgrana ha de ser máxima.
Aún así, cabe esperar un Barça parecido al de los últimos Clásicos. Con una línea defensiva muy adelantada, siendo Cubarsí el último hombre, e intentando volver a sacar de quicio a Mbappé, Vinicius y compañía con los fueras de juego —¡les pitaron doce en el Madrid-Barça del Bernabéu!—. El Barça deberá jugar con su favoritismo y encontrar la manera de volver a sorprender a los hombres de Ancelotti.
Sin Lewandowski, los roles de Raphinha y Lamine Yamal desde los extremos serán más capitales. El brasileño ha producido más de 50 goles en lo que va de temporada —ha marcado 30 y asistido en 23— y se las verá con Fede Valverde. Un cara a cara inédito. No lo será en el otro lado, si se confirma la titularidad de Ferland Mendy en el Madrid. El francés es un viejo conocido para Lamine Yamal.
En alguna entrevista, el '19' del Barça ha reconocido que el rival más fuerte al que se ha medido es Mendy. Aún así, sus dos últimos duelos contra él se le han dado bien, como al resto del equipo. En la final de la Supercopa jugó su mejor Clásico: marcó un gol, ganó ocho duelos y tuvo un 91,3% de acierto en el pase. El baremo para en La Cartuja ha de ser ese.
Balde, otra baja sensible
Otro problema para Flick está en su banda izquierda. La baja también de Alejandro Balde le deja sin otro titular y en su lugar contará con el canterano Gerard Martín. Es una prueba de fuego para el chaval, que se las verá contra las estrellas del Madrid en una finalísima. Otra solución para Flick sería hacer algún invento, aunque no parece el escenario propicio para ello.
Aún así, las otras opciones que tendría Flick serían pasar a una defensa con tres centrales o reconvertir algún defensa a la posición de lateral izquierdo. Iñigo Martínez, Eric García o Araújo —estos dos últimos han jugado como laterales en el Barça, pero en el lado diestro— serían los candidatos. Es poco probable que Flick se decante por algo así y deberá confiar en Martín para taponar la banda.
La final de Copa servirá de lanzadera o de freno para las ambiciones culés. Un título que dé confianza para Champions o Liga o una derrota que cargue de dudas al vestuario azulgrana, que desde el 4-0 al Dortmund viene sufriendo más de la cuenta para sacar adelante los partidos. Es la hora de la verdad para el Barça de Flick.