Vingegaard y Pogacar se saludan antes de una etapa en el Tour de Francia 2023.

Vingegaard y Pogacar se saludan antes de una etapa en el Tour de Francia 2023. REUTERS

Ciclismo TOUR DE FRANCIA

El nuevo orden del Tour: la 'era Vingegaard', su reto con Pogacar y la estrella de Carlos Rodríguez

El Tour de Francia deja tres nombres propios por encima del resto y una gran esperanza para el ciclismo español.

23 julio, 2023 02:15

2023 será un año para el recuerdo. La edición número 110 del Tour de Francia pasará a la historia como la confirmación de la nueva época que se abre en el relato de esta mítica carrera, la de la pelea enconada y sin cuartel, pero con una deportividad extraordinaria, entre dos deportistas estratosféricos como Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar. 

Jonas Vingegaard es el campeón de este Tour de Francia sin ningún tipo de opción al debate. Lo es de forma justa, clara y merecida. Ha sido el mejor ciclista de largo en el cómputo global, el más regular y el que nunca ha desfallecido, aunque eso no quiere decir que no haya pasado apuros o que no haya sufrido. 

Si ha estado en problemas en alguna jornada, especialmente en el inicio, ha sido porque enfrente tenía al ciclista más espectacular de todo el planeta. Tadej Pogacar, pese a su 'derrota' en este Tour, ya puede ser considerado sin lugar a dudas uno de los mejores corredores de toda la historia y eso que tan sólo tiene 24 años. Es el único capaz de plantar cara y mirar a los ojos al danés en la mejor carrera del mundo. 

Tadej Pogacar, por delante de Vingegaard en un descenso.

Tadej Pogacar, por delante de Vingegaard en un descenso. REUTERS

El duelo entre ambos ha caído por segunda vez consecutiva del lado del ciclista del Jumbo Visma. La historia, pese a que en resultado ha sido similar a la del año pasado, ha transcurrido por unos derroteros distintos y ha tenido unos condicionantes que han jugado en contra del esloveno. Sin embargo, el mundo entero ha vibrado de una forma increíble con los duelos de estos dos gigantes del ciclismo.

Este enfrentamiento va camino de la historia, por la calidad del mismo y porque a ambos les quedan muchos años de ciclismo en plenitud de condiciones por delante. Tadej y Jonas van a protagonizar uno de los choques que pueden quedar para la posteridad.

[Tadej Pogacar se toma la revancha ante Vingegaard y consigue la victoria en la penúltima etapa del Tour]

Pero este Tour ha dejado otro nombre por encima del resto y es el de un ciclista español. Carlos Rodríguez ha acudido a su confirmación como ciclista adulto, si es que había alguna duda. Su bautizo en el Tour se ha saldado con un quinto puesto y varios días soñando con el podio, una actuación increíble que viene a confirmar lo visto en la pasada Vuelta a España y que ilusiona al ciclismo nacional recordando tiempos no muy lejanos.

Pogacar, Vingegaard y la historia

El Tour de Francia lleva grabado a fuego el nombre de estos dos ciclistas en el último lustro. Las cuatro ediciones más modernas se las han repartido entre Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard, con dos para cada uno y con grandes dosis de espectáculo entre ellas. Si el esloveno se hizo con la victoria en 2020 y 2021, el danés hizo lo propio el 2022 y volverá a subirse a lo más alto del podio de París en este 2023. 

Más allá de eso, en los últimos tres años las dos primeras posiciones de la clasificación general se las han repartido entre ellos, una muestra más de quiénes son en la actualidad los dos grandes dominadores de la carrera. Es ya un trienio de disputas preciosas en el asfalto galo, y lo mejor de todo es que parece que esta lucha se va a prolongar durante mucho tiempo más. 

Vingegaard, sonriente en el podio.

Vingegaard, sonriente en el podio. REUTERS

Son dos corredores muy diferentes, con estilos bien diferenciados como el día y la noche. Sin embargo, ambos han demostrado que pueden llegar a conseguir el mismo éxito de maneras totalmente opuestas. Es lo maravilloso del ciclismo.

Jonas Vingegaard es ese tipo de corredor que durante todo el año prepara única y exclusivamente a conciencia el Tour de Francia. No disputa clásicas, no acude a los Monumentos, es un ciclista que durante los meses previos se centra en las vueltas de varios días para ir cogiendo la forma. 

[Se abre una nueva puerta para el 'Landismo' después del Tour: "El equipo quiere que vaya a La Vuelta"]

El danés tiene un aire conservador en su manera de correr, aunque también se le han visto grandes exhibiciones como este mismo año en O Gran Camiño. Sin embargo, no es un ciclista que se líe la manta a la cabeza habitualmente y rompa la carrera desde muy lejos. Prefiere ir más protegido por su equipo, hacer pasar los kilómetros y dar el golpe en el momento exacto para dejar sin opciones a sus rivales. 

Todo lo contrario que Tadej Pogacar. El esloveno tiene absolutamente encandilado al público y está consiguiendo nuevos adeptos al ciclismo por su compromiso con el espectáculo. El del UAE reconcilia a cualquiera con el deporte de ataque, el ciclismo entendido de forma ambiciosa y las ansias de ganar sin miedo a poder perder. 

Pogacar no sólo se prepara para el Tour, sino que disputa las clásicas de primavera y los Monumentos con todas sus ganas. De ahí su palmarés, en el que aparecen pruebas como el Tour de Flandes, la Flecha Valona o la Lieja-Bastoña-Lieja, además de Il Lombardía. No hay ni un solo terreno que le asuste, no se guarda un gramo de fuerzas, y eso ha generado una corriente reciente que dice que puede jugar en su contra para el Tour ante un rival tan metódico.

Tadej Pogacar celebra la victoria en la etapa 20 del Tour de Francia.

Tadej Pogacar celebra la victoria en la etapa 20 del Tour de Francia. REUTERS

Lo que está claro es que a tenor de lo visto los dos últimos años ya hay una 'era Vingegaard' en este Tour de Francia. El danés se ha mostrado imbatible, si bien es cierto que Pogacar venía con poca preparación y una lesión en la muñeca tras su caída en la Lieja, y el título lleva su nombre en los dos últimos años. El año pasado ganó por casi 3 minutos de ventaja y este lo va a hacer con una renta por encima de los 7 minutos. Una barbaridad que le convierte en el gran dominador mientras Pogacar sigue afilando el cuchillo.

Para el recuerdo quedarán sus batallas en los primeros días del País Vasco, el triunfo de Pogacar en Cauterets, la subida al Puy de Dôme o la exhibición de Vingegaard en la contrarreloj de Combloux. Momentos ya mágicos de la historia del ciclismo.

Carlos Rodríguez, soberbio

El otro nombre propio de este Tour de Francia es español. Carlos Rodríguez se ha ganado el cariño, respeto y admiración ya no sólo de la afición (incluso de la gente que hasta ahora no le conocía) sino también del pelotón. Este joven se plantó con 22 años en la ronda gala por primera vez en su vida y en su debut ha estado a punto de subirse al podio. Eso son palabras mayores. 

Carlos pertenece a una nueva generación que comienza a ilusionar al ciclismo español. Hace tiempo que Contador, Purito o más recientemente Alejandro Valverde conseguían grandes resultados en las grandes vueltas, pero de un tiempo a esta parte ha costado mucho ver a los corredores nacionales peleando por los títulos con opciones reales. 

[La dura caída de Carlos Rodríguez en la penúltima etapa del Tour: siguió con la cara ensangrentada]

Juan Ayuso y Carlos Rodríguez son esos dos jóvenes de oro que ya han demostrado ser capaces de hacer grandes cosas en una grande. Ayuso tiene el firme y ambicioso reto de ganar La Vuelta a España este año después de su tercer puesto de 2022, mientras que Carlos Rodríguez se ha destapado con una victoria de etapa.

Ese será un día que jamás olvidará. El que dejó para el recuerdo camino de la meta en Morzine. Había sufrido en la última ascensión ante el ritmo de los dos grandes colosos, pero en el descenso de Joux Plane fue más listo y hábil que nadie, recuperó el terreno perdido y aprovechó un momento de desconcierto para marcharse en solitario. Aquello le condujo a un triunfo espectacular, el tercero de un español en el Tour y el primero de una estrella emergente que ya es una realidad.

Este Tour ha sido un bautismo por todo lo alto para él. Carlos ha sido el líder de un equipo tan potente como el conjunto Ineos y ha tenido a ciclistas de la talla de Egan Bernal y Tom Pidcock trabajando para él. Son todo palabras mayores, pero al de Almuñécar parece que no le asustan los grandes retos. Tímido a la hora de hablar ante los medios, sobre la bicicleta se transforma. 

En la penúltima etapa, al igual que le sucedió en la pasada Vuelta a España, se fue al suelo. Un radio de una de sus ruedas se partió y terminó besando el asfalto. El golpe fue tremendo. Las imágenes eran escalofriantes, toda la parte izquierda de su cuerpo ensangrentada y la cara teñida también de rojo a la altura del ojo. Tuvieron que darle puntos de sutura, tuvo una ligera conmoción y abrasiones en la rodilla, codo y tobillo, pero aún así terminó la etapa.

Cedió algo de tiempo, lógico yendo tan magullado, pero salvó la etapa de manera épica y agarró un quinto puesto en la clasificación general que supone una actuación brillante para un debutante en el Tour de Francia. Quién sabe si dentro de no mucho estará metiéndose en el duelo histórico entre Pogacar y Vingegaard.