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No llegan a los 30 (una de ellas sí, pero por poco) y ya son todo un referente para la nueva generación de amantes del vino. Las hermanas Alba y Sofía Atienza, caras visibles de Lacrima Terrae, provienen del mundo de la consultoría y decidieron adentrarse en el sector del vino para hacerlo más accesible y comprensible para el público general.

Alba estudió Administración de Empresas y posteriormente se formó como sumiller en la Cámara de Comercio de Madrid. Sofía, por su parte, hizo Económicas y es consultora estratégica y coach. Juntas fundaron Lacrima Terrae hace aproximadamente tres años y medio, con el objetivo de hacer que el mundo del vino sea más fácil de entender y disfrutar. Su proyecto comenzó como una iniciativa para satisfacer su propia curiosidad sobre el vino, ya que se sentían perdidas a la hora de consumirlo y explicar sus gustos. 

Actualmente, Lacrima Terrae es una comunidad que reúne a más de 254.000 seguidores en redes sociales, donde Alba y Sofía comparten contenido formativo sobre vino de manera sencilla y accesible. Su enfoque se centra en desmitificar el mundo del vino y romper con la doctrina tradicional que lo ha acompañado, para llegar a una nueva generación de consumidores.

Vermut rojo de Lustau

El vermut también es vino

“Nos encanta el vermut rojo de Lustau porque es muy rico, versátil y fácil de disfrutar”, asegura Sofía. “Siempre que lo llevamos a un plan, triunfa”. Se trata de un vermú elaborado con vino amontillado y Pedro Ximénez, algo poco común en esta clase de bebidas. “Pensamos que esto le da un toque muy especial al sabor y lo convierte en un vermú singular que la gente aprecia cuando lo regalas o recomiendas”, añade la responsable de Lacrima Terrae.

El vermut es, junto con el vino y el brandy, otra las grandes tradiciones líquidas del Marco de Jerez. Bodegas Lustau ha conservado la sabiduría y el saber hacer de estas primeras elaboraciones de vermut hecho con jerez para embotellar su reconocido vermut rojo. Un vino macerado que utiliza como base amontillado, seco y con carácter, y PX, dulce y sedoso, con diez años de envejecimiento en bota.

Los aromas dulces de fruta madura se entrelazan con notas cítricas y herbáceas sobre un fondo de madera ahumada. Se trata de un vermut aterciopelado, sabroso y equilibrado. De final avellanado y ligeramente amargo. Un ensamblaje perfecto de vinos de Jerez, para tomar en vaso ancho, con hielo y piel de naranja, y acompañar desde el aperitivo al afterwork. Porque, como defienden Alba y Sofía, “no hay que olvidar que el vermú también es vino”. Precio: 10,75 euros