Mer Bonilla Agencias

Como parte de la propuesta gastronómica del nuevo hotel Vestige Son Vell, situado a tan solo 20 minutos de Ciutadella, el restaurante Sa Clarisa dispone de un espacio amplio y confortable para comer al aire libre, rodeado de la vegetación de la finca que se ubica en mitad de la campiña de la isla de Menorca.

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Un establecimiento con capacidad para 60 personas donde disfrutar de una comida con el protagonismo de los productos locales en una carta que destaca por su frescura. Su nombre hace referencia a las hermanas clarisas de Ciutadella, una comunidad de religiosas que en el siglo XVIII era conocida entre la nobleza gracias a sus recetas de cocina conventual menorquina.

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La propuesta gastronómica de Sa Clarisa

Así, la propuesta gastronómica de Sa Clarisa, liderada por el chef menorquín Joan Bagur, rescata lo mejor de la despensa de proximidad y la tradición menorquina, y lo actualiza con una narrativa contemporánea. Una cocina apta para combatir el calor de los últimos días del verano balear y muy equilibrada, con bocados pensados para todos los paladares y multitud de opciones para compartir y disfrutar de una comida con la familia o con amigos.

Su carta arranca con una amplia selección de entrantes y platos para compartir. Entre ellos se encuentra una serie de crujientes como los buñuelos de escarola o el cazón en adobo; entrepanes como la coca de recapte, que tradicionalmente se elabora con lo que el huerto da en cada momento, por lo que es una coca vegana con todo el sabor de las estaciones de la isla, o el Sándwich Club Son Vell; platos a base de productos de la huerta, como la ensalada de tabulé con trempó de hortalizas o el gazpacho de tomates y fresas; y elaboraciones frías como la “juevertada de peix”, un tartar de pez limón con salsa cortada de perejil y gel de yema de huevo, o el carpaccio de lubina, entre otros.

Arroz seco de conejo y espardeñas

Cuenta también con una sección de arroces, uno de los puntos fuertes del restaurante, que van desde el arroz seco de langosta hasta el falso “arroz” de trigo con verduras, pasando por el de conejo y espardeñas, incluyendo también algunas pastas como los penne rigate con frutos del mar.

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Otra parte esencial de la carta es la que está dedicada al producto menorquín, que rescata lo mejor de la despensa de proximidad con materias primas autóctonas y exquisitas tanto del mar como de la tierra. Entre ellas, pescado asado según disponibilidad, la Vermella Menorquina -una raza de ternera local-, el cerdo “faixat” -una de las razas de cerdo menorquinas- o la pechuga de pollo de Ciutadella.

Todo ello con una serie de guarniciones a elegir que van desde la escalivada de verduras o el pisto menorquín, conocido como “marranía” hasta la patata asada y salteada con ajo, romero y pimientos del piquillo confitados o los brotes de lechuga aliñados a la brasa.

Clafoutis

Como no hay comida que se precie sin un buen colofón dulce, llega el momento de los postres con distintas opciones pensadas tanto para los más golosos como para los amantes de la fruta. Entre ellas se encuentra el clafoutis de pera caramelizada, almendra marcona y helado de yogurt de oveja, el coulant de cacahuetes con helado de lima, jengibre y cacahuete salado rallado, o el melocotón, una versión propia del Pêche Melba con melocotón fresco y confitado, helado de oveja y vainilla, almendras laminadas y frambuesas al natural y en coulis.