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En España consumimos una media de aproximadamente 1,5 kg de berenjenas al año, algo que bien podría cambiar después de probar la receta de hoy. Un picoteo que resulta tan adictivo como fácil de hacer y que puede hacer que esta hortaliza se convierta en un fijo de la lista de la compra.
Con la receta de hoy quedan muy crujientes por fuera y muy tiernas por dentro, hasta el punto de que bien podrían sustituir a unas croquetas, pero con la diferencia de que estos palitos de berenjena están listos en un momento.
También son una alternativa casera y más saludable para los palitos de pescado, que en muchos anuncios se publicitan para los más pequeños de la casa, y no son más que un ultraprocesado que siempre convendría evitar.
Una hortaliza por descubrir
La berenjena contiene en torno al 90 % de agua, por lo que es un alimento con muy pocas calorías. Por esta razón, es ampliamente recomendado por nutricionistas en dietas de control de peso o cuando se buscan platos ligeros.
Según la Fundación Española de la Nutrición, desde el punto de vista de los micronutrientes, la berenjena contiene potasio en cantidades apreciables, un mineral clave para la función muscular y el equilibrio de líquidos en el organismo.
También aporta pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y calcio, además de vitaminas como la vitamina C, algunas del grupo B (especialmente B1 y B6) y compuestos antioxidantes. Entre estos últimos destacan las antocianinas, responsables del color morado característico de su piel, con potencial efecto protector frente al estrés oxidativo.
Otro aspecto interesante de la berenjena es su aporte de fibra soluble, especialmente cuando se consume con su piel, que ayuda a regular la absorción de azúcares y grasas en el intestino, contribuyendo al control de la glucemia y del colesterol.
Ingredientes
- Berenjenas medianas, 2 ud
- Copos de maíz sin azúcar, 100 g
- Queso parmesano rallado, 40 g
- Harina de trigo, 50 g
- Huevos, 2 ud
- Sal, al gusto
- Pimienta negra molida, al gusto
- Ajo en polvo, opcional
- Aceite de oliva, para pulverizar
- Perejil seco, opcional
Paso 1
Lavamos bien las berenjenas, las secamos y las cortamos en bastones alargados de aproximadamente 1 cm de grosor. Los dejamos reposar en un bol con agua y un poco de sal durante 15 minutos para que pierdan el amargor. Este paso es opcional, pero hay mucha gente que disfruta más la berenjena si se realiza.
Paso 2
Pasado ese tiempo, los escurrimos y los secamos muy bien con papel absorbente.
Paso 3
Trituramos ligeramente los copos de maíz en un procesador de alimentos o metiéndolos en una bolsa y aplastándolos con un rodillo, hasta obtener una textura de migas gruesas. Los mezclamos con el parmesano rallado y, opcionalmente con un poco de ajo en polvo y perejil seco, con un poco de ajo en polvo.
Paso 4
Para rebozar, pasamos cada palito de berenjena primero por harina, después por huevo batido y, por último, por la mezcla de copos de maíz y queso, presionando ligeramente para que se adhiera bien.
Paso 5
Colocamos los palitos en una bandeja cubierta con papel de hornear. Los pulverizamos con un poco de aceite de oliva. Horneamos a 200 °C durante 20-25 minutos, volteándolos a mitad de cocción, hasta que estén dorados y crujientes.
Paso 6
Si preferimos hacerlo en freidora de aire, precalentamos a 190 °C y colocamos los palitos en la cesta sin amontonarlos, los rociamos con un poco de aceite y cocinamos de 12 a 15 minutos, agitando la cesta a mitad de tiempo.
Paso 7
Servimos los palitos recién hechos, acompañados de una salsa ligera, como yogur con limón y hierbas frescas, o una salsa de tomate casera.
La berenjena en la dieta mediterránea
La berenjena ocupa un puesto de honor en la cocina mediterránea, pues es el ingrediente principal de numerosos platos tradicionales. Puede asarse, freírse, guisarse, hornearse o cocinarse a la plancha, lo que la convierte en un producto muy versátil desde el punto de vista gastronómico.
En los países bañados por el Mediterráneo como España, Italia, Grecia o Turquía, la berenjena se integra como ninguna otra hortaliza en recetas emblemáticas de la dieta mediterránea.
Basta pensar en recetas como el pisto (no manchego) que se hace en muchas casas españolas, en la musaka griega, la caponata siciliana o la parmigiana di melanzane, que todas ellas se basan en la combinación de berenjena con tomate, ajo, cebolla y hierbas aromáticas.
También, gracias a su textura casi cremosa cuando se cocina, se emplea como base de cremas y untables, como el baba ganoush de Oriente Medio, que aprovecha la pulpa asada para obtener una textura suave y ahumada.
Además, independientemente de los condicionantes geográficos, se trata de un ingrediente que funciona bien tanto como guarnición ligera como plato principal, por lo que es perfecta para todos aquellos que buscan llevar a cabo una cocina saludable.
Se pueden cocinar con rellenos de verduras, legumbres o pescado, se pueden cortar en rodajas y gratinarse con queso y hierbas como si fueran pequeñas pizzas, o pueden formar parte de deliciosas ensaladas templadas.
