El repollo rehogado es una de esas recetas humildes de casa de toda la vida; de esas recetas que se suelen repetir de tanto en cuando, fijas en el recetario familiar. Igual que podrían ser las judías verdes con tomate, las pencas de acelga en salsa, la coliflor con bechamel o los huevos rellenos.

Lo cierto es que hay muchas personas que no pueden ver esta col una vez cocinada, pero que sí que la disfrutan mucho en crudo, laminada muy finamente, dentro de ensaladas como la ensalada de col asiática, la coleslaw o la ensalada de lombarda con ciruelas y requesón. Pero cocida a muchos les echa para atrás por su potente sabor y olor. ¡La amas o la odias!

Por esta razón, la mejor solución para que todo el mundo la coma es elaborar recetas que enmascaren ligeramente su sabor, usando ingredientes potentes o utilizando agregados que suavicen el conjunto. La primera opción seguiría lo que se marca con la ajada de hoy mientras que la segunda opción sería, por ejemplo, un pastel de col o una quiche.

Trucos para que el repollo rehogado quede en su punto

El repollo es importante cocerlo bien, para que se quede bien tierno, pero hay que añadir las patatas justo en el punto adecuado para que no se cocinen de más y no se deshagan. Lo mejor es ir probando la cocción del repollo y, si se ve que las patatas ya están hechas, retirarlas si a la verdura le falta algo más de cocción. Una vez escurrido todo y listo para rehogar, es importante utilizar un buen aceite de oliva virgen extra y un pimentón de calidad.

Se podría mezclar un poco de pimentón picante con el dulce si se quiere dar un toque de alegría. Los ajos se pueden usar enteros, como marca la receta, pero también se podrían picar finamente o en láminas para integrarlos mejor. Eso sí, se comerían después y no se descartarían como sucedería si se emplean dientes de ajo enteros.

Esta receta se conserva fenomenal de un día para otro, incluso dura varios días en la nevera. También es una opción fabulosa para llevar en la oficina y calentar de nuevo en el microondas. Sobra decir que un huevo frito por encima o unos taquitos de jamón dentro del sofrito le irían de maravilla.

Cómo hacer repollo rehogado

Ingredientes

  • Repollo, 1/2 ud
  • Patatas medianas, 3 ud
  • Dientes de ajo grandes, 6 ud
  • Aceite de oliva virgen extra, 8 cucharadas
  • Sal, c/s
  • Pimentón dulce, 2 cucharadas

Paso 1

Poner abundante agua a hervir en un cazo con sal.

Paso 2

Trocear el repollo retirando la parte del núcleo, que queda demasiado dura. Lavar las patatas, pelarlas y trocearlas también.

Paso 3

Poner el repollo a hervir y, cuando lleve 15 minutos, agregar las patatas. Dejar cocinar durante 20 minutos más aproximadamente, hasta que las patatas y el repollo estén tiernos. Colar usando un colador, para que quede sin agua.

Paso 4

En la misma olla donde se ha cocido el repollo con las patatas, añadir el aceite de oliva y sofreír ligeramente los dientes de ajo previamente pelados. Se pueden añadir enteros, pero también laminados si se desea o picados finamente, al gusto de cada uno. Si se agregan enteros darán sabor al guiso, pero no comerás el ajo cuando te metas un bocado.

Paso 5

Cuando los ajos empiecen a tomar color, muy ligeramente y por ello hay que mantener el fuego bajo (se queman muy rápido), agregar el pimentón y remover bien. El pimentón se quema también muy fácilmente por lo que hay que tener mucho cuidado.

Paso 6

Incorporar entonces el repollo y la patata cocidos y remover bien, a temperatura media, durante unos 5 minutos. El objetivo será que no quede nada de agua y que alguna patata se deshaga ligando todo el guiso. Poner, por último, a punto de sal. Si se desea se podrá añadir algo picante y hay quienes incorporan unas gotas de vinagre al final.

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