Cuando se habla de buñuelos, rápidamente todo el mundo piensa en los tradicionales dulces de Semana Santa o en los buñuelos de bacalao; dos recetas totalmente relacionadas con el recetario clásico de España. Pero la realidad va mucho más allá y los buñuelos pueden elaborarse de muchísimos ingredientes compartiendo como nexo la harina, el huevo, un agente impulsor y el aceite en el que se fríen. A partir de ahí, ancha es Castilla.

Igual que pueden hacerse buñuelos de tomate, buñuelos de calabacín y gorgonzola, buñuelos de bacalao y calabacín o buñuelos de verduras variadas, se pueden encontrar buñuelos en forma mexicana, que son más unas obleas finitas que se fríen y se terminan con azúcar para tomarlas de postre o de merienda. 

En esta ocasión, son buñuelos de acelgas que se elaboran a partir de las hojas verdes de esta verdura, cocidas previamente hasta que estén tiernas y luego debidamente escurridas. Esto es muy importante para que la masa del buñuelo no tenga demasiado líquido y, por tanto, que no haya que agregar mucha cantidad de harina. Lo mejor es escurrirlas en un colador y envolverlas con una muselina sin olores o con papel de cocina para que absorba el resto del líquido. Se puede añadir fuet o no añadirlo, igual que se podría sustituir por jamón, panceta, beicon, chorizo o lo que cada uno quiera.

Lo que sí es recomendable es añadir el queso, que puede ser el cottage pero también un requesón o un queso crema que se tenga a mano. El queso le da una textura particular al buñuelo muy agradable. 

Si la mezcla está muy líquida y no es manipulable habrá que agregar más cantidad de harina pero lo que es importantísimo es cocinar bien los buñuelos en el aceite, para que no se quede ninguna parte del interior cruda puesto que estaríamos comiendo harina cruda y eso nunca es de recibo. Para ello, el aceite ni frío ni demasiado caliente, a temperatura media. 

Receta de buñuelos de acelgas

Paso 1

Trocear las hojas de acelga y lavarlas bien. Lo ideal para esta receta es comprar ya las hojas troceadas en bolsa, en muchos supermercados las venden.

Paso 2

Poner abundante agua a hervir con sal y, cuando rompa el hervor, añadir las acelgas. Dejar cocinar a fuego medio durante 15 minutos, hasta que las hojas de acelga se ablanden bien pero sin perder el color verde intenso. Entonces, escurrir en un colador y dejar ahí al menos 15 minutos, para que pierdan bien el agua. Lo ideal es rodearlas de un paño de cocina sin olores para secarlas bien.

Paso 3

Pelar el fuet, o el salchichón, y picarlo en taquitos pequeños. Reservar.

Paso 4

Pelar la cebolla y picarla finita. En un bol, mezclar las hojas de acelga cocidas con la cebolla, el queso tipo cottage, la harina, el fuet picado, sal, pimienta negra, huevo y queso parmesano. Juntar todo bien hasta que sea una masa manejable, si es necesario incorporar un poco más de harina. Agregar también la levadura.

Paso 5

Calentar aceite de oliva en una sartén, abundante, a temperatura media. No queremos ni que esté muy frío ni que esté muy caliente. Es necesario que el buñuelo se cocine completamente en su interior para que no quede harina cruda y que quede dorado por fuera. Esto tardará aproximadamente de cuatro a seis minutos. Se quedarán dorados por fuera y tiernos y jugosos por dentro. Habrá que darles la vuelta con la ayuda de una espumadera a mitad de cocción.

Paso 6

Retirar del aceite a un plato con papel de cocina para que absorba el resto del aceite y no queden grasientos. Servir inmediatamente, se pueden acompañar con alguna salsa tipo romesco o alioli si se desea.