Vamos a preparar uno de esos dulces que tanto nos apetecen con esta ola de frío: unas sabrosísimas manzanas asadas aromatizadas con ron, vainilla y canela y acompañadas de una crema de mascarpone suave y delicada. Una receta de las de toda la vida que parece que ha caído ligeramente en el olvido, pero que vale la pena recuperar… ¡y de qué manera!

Ingredientes

  • Manzanas reinetas grandes (300 g c/u), 2
  • Azúcar (mejor si es moreno o de caña integral), 100 g (30g para la crema de mascarpone)
  • Mantequilla, 40 g
  • Mascarpone, 75 g
  • Nata para montar, 80 ml
  • Agua, 75 ml
  • Vaina de vainilla
  • Canela en rama
  • Ron

Cómo preparar unas manzanas asadas al ron con crema de mascarpone

01: Preparamos las manzanas y la bandeja donde las vamos a asar

Seleccionamos unas manzanas reinetas bien hermosas y las lavamos minuciosamente.

Retiramos el centro de la manzana con la ayuda de un descorazonador y practicamos un corte en ambos extremos, que nos servirán de tapa al rearmar la manzana.

Además, es fundamental realizar un corte a lo largo de todo el contorno de la manzana, por la zona central, profundizando ligeramente. Esta incisión evitará que la manzana reviente en el horno y ayudará a que nuestras manzana tengan un aspecto genial tras su cocinado.

Ablandamos la mitad de la mantequilla introduciéndola en el microondas unos pocos segundos y pintamos el fondo de la bandeja en la que asaremos las manzanas con ella.  Espolvoreamos sobre la mantequilla una cucharada sopera del azúcar que tenemos reservada para asar nuestras manzanas.

02: Montamos la crema de mascarpone

Añadimos el queso mascarpone a un bol y lo removemos con una cuchara o con un utensilio adecuado para que el mascarpone pierda algo de consistencia. Raspamos los granos de la mitad de la vaina de vainilla y se los añadimos al queso.

Por otro lado, montamos la nata en un recipiente con la ayuda de unas varillas, añadiendo unos 30 g de azúcar. Una vez esté bien firme, la integramos en 2-3 veces con el mascarpone, intentando practicar movimientos envolventes para que se mezclen perfectamente ambos ingredientes sin que la crema pierda su aireado y esponjosidad.

Cuanto tengamos nuestra crema de mascarpone perfectamente homogénea, tapamos el bol con un film e introducimos en el frigorífico para que gane consistencia.

03: Metemos las manzanas al horno

Posamos las manzanas sobre la bandeja de hornear, colocándoles la tapa inferior. Por el orificio superior introduciremos en el centro de cada manzana el resto de la mantequilla, cortada en dados. Cerramos con la tapa superior, la que tiene el pedúnculo.

Bañamos las manzanas con un buen chorro de ron e introducimos en un horno previamente precalentado a unos 170º C. El tiempo total de cocción rondará los 45-50 minutos, dependiendo de su tamaño.

04: Preparamos un almíbar aromatizado

Por otro lado, vamos a preparar una especie de jalea con la que hidratar y aromatizar nuestras manzanas asadas durante su cocinado. Para ello, introducimos en un cazo los corazones de la manzana, el agua y el azúcar restante (50g). Añadimos también un trozo de canela en rama, así como la vaina de vainilla y los granos de la mitad de la vainilla que no habíamos utilizado aún.

Llevamos este jugo almibarado al fuego y cocemos unos pocos minutos, hasta que reduzca ligeramente y gane cuerpo. Retiramos del fuego, tapamos y dejamos infusionar al menos 10 minutos.

05: Bañamos las manzanas con el jugo caramelizado durante el asado

A la mitad de cocción de las manzanas, las sacamos del horno y bañamos con el jugo del fondo de la bandeja. Añadimos la mitad de la jalea a las manzanas asadas y volvemos introducir en el horno, subiendo la temperatura a 200º C.

Pasados otros 15 minutos (cuando le falten a nuestras manzanas asadas unos 10 minutos aproximadamente de cocción), volvemos a sacar las manzanas del horno y añadimos el resto del jugo. Subimos la temperatura a 220ºC y terminamos el asado de las manzanas, bañándolas con el jugo constantemente.

06: Una vez estén asadas las manzanas, dejamos templar y emplatamos

Sacamos del horno nuestras manzanas asadas y dejamos que se templen, ya que la temperatura excesiva derretiría nuestra crema.

Emplatamos colocando la crema de mascarpone bien fría a modo de cama, posando la manzana sobre ella y napando con ese jugo del fondo de la bandeja que está tan lleno de sabor.

Resultado final

Estas manzanas asadas al ron están deliciosas y la crema de mascarpone las hace todavía más ricas. Por desgracia, se trata de un postre que cada vez se prepara menos en los hogares, cosa que no termino de comprender. Siempre quedan deliciosas, y lo sencillo y lo económico que resulta su preparación debería hacer que situáramos a las manzanas asadas en el altar de los postres de otoño-invierno.

En cuanto a qué variedad de manzana es mejor para asar, es una cuestión a la que es complicado dar una respuesta clara. Tradicionalmente se acostumbra a utilizar la manzana reineta para asar, que es lo que ya he usado en esta ocasión. Su sabor ligeramente ácido, su textura carnosa y el encontrarse en su mejor momento en los meses de otoño y principio de invierno, que es la temporada en la que más manzanas se asan, son los puntos fuertes que hacen que la reineta sea la variedad más utilizada. Otra alternativa es usar manzana Golden, variedad más económica que podemos encontrar durante todo el año y que además, debido a su sabor neutro y la tersura de su carne suponen un sustituto perfecto.

El resto de variedades de manzanas no son tan recomendables para asar: su elevado dulzor privaría a nuestras manzanas asadas de ese contraste de sabores tan rico, mientras que su carne poco compacta haría que nuestras manzanas explotaran con facilidad durante su asado.

Las manzanas asadas las podéis degustar calientes, tibias o incluso frías, aunque en estos días de frío agradecerás tomarlas bien calentitas. De todas maneras, yo recomiendo comerlas a una temperatura más templada con la que permitiremos que nuestra crema de mascarpone no se nos venga abajo con el calor excesivo al mezclar un ingrediente con otro.

En esta ocasión, yo solo he preparado dos manzanas a la vez, pero lo suyo es hacer una buena tanda de ellas. Las manzanas asadas que no os vayáis a comer al momento os aguantan unos días perfectamente en el frigorífico y además suponen un comodín perfecto y natural para matar el hambre cuando nuestro apetito nos pide algo dulce.

Además, y por si no fuera poco, estas manzanas asadas son un ingrediente perfecto para acompañar o elaborar una infinidad de postres distintos: desde acompañar a un buen yogur o a formar parte de la masa de un bizcocho o de un flan, el toque de manzana asada dará a vuestro postre un toque espectacular.