Cuando la materia prima es de calidad no es necesario andarse con florituras para sacar un plato de diez, es más, personalmente soy partidaria de no marear mucho la perdiz cuando se trata de cocinar piezas de mayor calidad para disfrutar a tope de su calidad sin que haya muchos ingredientes adicionales que hagan sombra al ingrediente principal.

Ingredientes

  • Solomillo de cerdo de unos 350-400 g, 1
  • Cebollas, 2 medianas
  • Zanahoria, 1 grande
  • Aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas
  • Sal
  • Bicarbonato, 1/8 cucharadita

En la receta de hoy, un solomillo de cerdo encebollado facilísimo de preparar, nos hemos dado el capricho con la pieza más noble del cerdo, un corte que tiene muy poca grasa y resulta tiernísimo sin necesidad de cocción prolongada y lo servimos simplemente con cebolla y zanahoria que aportan ese punto dulce que tan bien le sienta a la carne de cerdo.

Preparación del Solomillo de cerdo encebollado

  1. Pelamos las cebollas y la zanahoria, cortamos la cebolla en plumas (es decir, en tiras de arriba a abajo) y la cebolla en dados pequeños.
  2. En una sartén ponemos a calentar 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto y, cuando desprenda calor sin llegar a humear, echamos las cebollas troceadas y la zanahoria. Salamos al gusto y dejamos que se sofrían removiendo de vez en cuando hasta que empiecen a tomar color.
  3. Mientras tanto vamos cortando el solomillo en trozos de unos 2 cm de espesor.
  4. Cuando las verduras empiecen a dorarse, añadimos el bicarbonato, mezclamos bien y dejamos cocinar un par de minutos. Observaremos que las verduras adquieren un bonito color caramelo y empiezan a oler estupendamente. Bajamos el fuego al mínimo (si es una vitrocerámica podemos apagar y dejarlo simplemente con el calor residual).
  5. En otra sartén o plancha ponemos a calentar la cucharada de aceite restante a fuego bien alto. Cuando esté caliente, marcamos los trozos de solomillo para que se doren por ambas caras (si hemos tenido la precaución de sacar el solomillo de la nevera un rato antes, con minuto y medio por cada cara será suficiente, si no, necesitaremos casi medio minuto más por cada lado). Lo que buscamos es que se dore el solomillo, pero sin que suelte agua ni se reseque por dentro.
  6. Cuando la carne esté lista, la salamos al gusto, y la pasamos a la sartén del sofrito, lo justo para que se impregne con los jugos de este.

Podemos emplatar sirviendo el solomillo sobre una cama hecha con parte del sofrito o, si queremos dar un toque más elegante, hacerlo como en la foto, sirviendo la carne con unas cucharadas del sofrito por encima.

Resultado

En una media hora tenemos un solomillo de cerdo encebollado de 10, sin necesidad de encender el horno y manteniendo el sabor, la textura y la jugosidad de esta pieza de carne.

Imágenes | Danny