El maíz o choclo es, en la cultura colombiana y en la de otros muchos países de Latinoamérica, lo que el trigo en España. Utilizado en infinidad de recetas, es un elemento clave dentro de su dieta alimentaria, considerándose sagrado en las comunidades indígenas que aún habitan en algunas regiones del país.

Además del uso del grano tal cual en recetas, con él se elaboran harinas, sémola, almidón, azúcar y jarabes. Su importancia es tal que podríamos asemejarla a la del pan en España, donde nadie concibe una comida sin una rebanada de pan, siendo allí el equivalente las arepas.

E igual que sucede con el pan, hay decenas de tipos de arepas y variaciones de estas según la región del país. Lo que todas tienen en común es que se consumen de manera habitual, y según el tipo son idóneas para el desayuno de la mañana, para comer al mediodía pudiendo ser el plato principal o un mero acompañamiento, como “pasabocas”, o por la noche. No hay hora del día en que no se pueda, o deba, comer arepas, siendo frecuente encontrar multitud de puestecillos callejeros ofreciendo la infinidad de tipos que existen.

La de hoy, de maíz, es una de esas que se encuentran en la calle y que ellos consumen como parte del desayuno o el denominado pasabocas o snack. Tiene el perfecto contraste entre el dulce del maíz y la panela, y el salado del queso. Su sabor mantecoso, debido al uso de mantequilla tanto en la masa como para su cocinado la hace la favorita de muchos.

Sencilla de elaborar, rápida y barata, solo tiene un requisito, y no es otra que tomarla caliente. La masa, densa de por sí, mejora en textura y jugosidad por el efecto del calor, quedando ligeramente tiesa una vez se enfría. Independientemente de esto, se pueden preparar de más, y calentar a la hora de comer en una sartén con un poco de mantequilla.

En cuanto a la elección de ingredientes, aunque sencillos, se puede escoger entre maíz enlatado o el fresco directamente de la mazorca. Si se opta por la primera opción, este habrá de escurrirse muy bien para eliminar cuanta mayor humedad sea posible puesto que la masa de estas arepas de choclo debería quedar algo espesa. En este caso, si el maíz está muy húmedo o se quiere ahorrar el paso de secarlo a conciencia, podría sustituirse la leche por leche en polvo para no agregar más humedad a la masa no renunciando así al sabor suave y láctico de la misma.

No habrá que confundir tampoco la harina de maíz con la maicena. Para estas arepas se utiliza harina de maíz con un inconfundible color amarillo y que no es más que el grano molido, a diferencia del polvo blanquecino de la maicena que, si bien se obtiene también del maíz, el proceso de obtención es diferente.

Indudablemente es una receta que sabe a maíz, por lo que es imprescindible para los que gusten del dulzor este cereal, así como el queso frito con salsa de maíz, el salmorejo de maíz, la crema de pollo y maíz o las mazorcas de maíz con parmesano y mantequilla de romero.

Cómo hacer arepas de maíz

Paso 1

Escurrir el maíz de las latas y lavarlo bien bajo el agua del grifo. Secar con la ayuda de un papel absorbente para eliminar la mayor cantidad de humedad posible.

Paso 2

2

En un vaso batidor, mezclar todos los ingredientes excepto el queso y triturar hasta conseguir una masa lisa y homogénea. La consistencia de la masa deberá tender a espesa, por lo que es conveniente ir añadiendo la leche poco a poco hasta obtener la textura deseada. La cantidad a emplear de leche dependerá primero de la humedad que tengan los granos de maíz, y segundo, del gusto personal de cada uno, pudiendo incluso prescindir por completo del uso de esta si el grano de maíz está muy húmedo.

Paso 3

Untar una sartén con un poco de mantequilla a fuego medio e ir vertiendo masa con la ayuda de un cazo, como si fuesen tortitas.

Paso 4

Cuando los bordes estén dorados, dar la vuelta y cocinar por el otro lado, poniendo un poco más de mantequilla en la parte superior. Cocinar unos minutos más hasta que estén cocidas.

Se irán sacando según vayan estando listas, dejándolas tapadas para que se conserven calientes.

Paso 5

Cortar el queso fresco, untar de nuevo la arepa con un poco de mantequilla y colocar un trozo de este sobre cada arepa. Opcionalmente, se puede hacer con queso mozzarella rallado, poniendo este entre dos arepas a modo de bocadillo mientras se cocinan en la sartén para que este quede derretido.