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Karlos Arguiñano es un nombre inseparable de la cocina española. Desde hace más de cuatro décadas, el chef vasco ha demostrado que los grandes platos no necesitan ingredientes caros ni elaboraciones complicadas. Su estilo cercano, su humor inconfundible y sus consejos prácticos lo han convertido en un referente en los hogares.
A sus 76 años, sigue defendiendo la importancia de los guisos y platos de cuchara como parte esencial de nuestra cultura gastronómica. Entre ellos, los garbanzos ocupan un lugar especial, no solo por su sabor sino también por el gran aporte nutricional que ofrecen.
En una de sus últimas recetas, Arguiñano ha sido tajante: los garbanzos no necesitan chorizo para estar sabrosos. El secreto, según explica, está en otra técnica que transforma el plato y le da todo su carácter.
Garbanzos a lo pobre, la receta que conquista
La propuesta del cocinero son los garbanzos a lo pobre, una receta de cuchara que tiene como base ingredientes sencillos y baratos. Patata, cebolla, pimiento, ajo y, por supuesto, garbanzos, forman el corazón de este plato tradicional que hunde sus raíces en la cocina popular.
Arguiñano desmonta la creencia de que solo con chorizo o morcilla se consigue un guiso con sabor. Para él, el secreto está en realzar el gusto natural de la legumbre con un buen sofrito y un refrito final. Así se logra un plato ligero y lleno de matices, sin necesidad de embutidos.
"Los garbanzos están ricos por sí mismos. Si los trabajas con cariño, con verduras frescas y un buen aceite de oliva, no hace falta añadir chorizo para que estén sabrosos", afirmó el chef en su programa.
El truco de Arguiñano: el refrito final
El punto clave de la receta es el último paso: saltear los garbanzos cocidos en una sartén con ajo, cebolla y pimiento. Ese refrito, hecho en aceite de oliva virgen extra, multiplica el sabor y convierte un plato humilde en un recetón digno de cualquier mesa.
Arguiñano recomienda añadir un poco de orégano o perejil fresco al final para darle un aroma especial. "El garbanzo se despierta en la sartén. Ese toque es lo que hace que el plato tenga un sabor de diez", asegura.
De esta forma, se obtiene un guiso equilibrado y nutritivo, sin excesos de grasa. Una opción perfecta para quienes buscan comer bien, de manera saludable y sin gastar demasiado.
Cómo preparar garbanzos
La receta que comparte Arguiñano es sencilla y se puede preparar con antelación, lo que la convierte en un plato ideal para el día a día. El remojo previo es imprescindible para que los garbanzos queden tiernos y cocinen de forma uniforme.
El proceso comienza con la cocción de la legumbre junto a verduras que aportan sabor, como zanahoria y puerro. Una vez listos, se reserva el guiso y se prepara la guarnición de patatas fritas con cebolla y pimiento. Finalmente, los garbanzos se incorporan a la sartén con un toque de hierbas frescas y se sirven calientes.
Con esta técnica, se logra una receta de cuchara con cuerpo y sabor, pero sin pesadez. Una forma de comer legumbres que demuestra que la sencillez puede ser la mayor virtud de un plato.
Un plato completo y nutritivo
Arguiñano insiste en que este tipo de recetas son las que de verdad nos alimentan bien. Los garbanzos son ricos en proteínas vegetales, fibra y minerales como hierro o magnesio. Combinados con verduras y patata, forman un menú completo y muy saciante.
A nivel económico, también es un plato ganador. Con ingredientes básicos y de bajo coste se prepara una comida abundante para toda la familia. "Con esta receta comes rico, comes sano y gastas poco. Eso es lo que yo siempre defiendo", señala el chef.
El vasco también subraya que este tipo de guisos ayudan a mantener vivas las tradiciones. En un tiempo en el que se busca rapidez y se abusa de precocinados, reivindica la importancia de cocinar en casa, con calma y productos frescos.
Trucos y consejos de Arguiñano
Karlos Arguiñano insiste en que nunca se debe usar el agua del remojo de los garbanzos. Siempre hay que desecharla, ya que puede aportar sabores indeseados que arruinan el resultado final.
Otro aspecto clave es escurrir bien las patatas una vez fritas. Así, el plato resulta más ligero y equilibrado, sin exceso de grasa que enmascare el sabor de las legumbres.
También recomienda controlar con precisión el tiempo de cocción. Los garbanzos deben quedar tiernos pero enteros, nunca deshechos, porque la textura es parte fundamental de esta receta tradicional.
Por último, Arguiñano recuerda que el auténtico secreto está en el refrito. Ese aceite cargado de sabor es lo que marca la diferencia, aportando un toque inconfundible al plato. Con estas pautas, asegura, cualquiera puede preparar unos garbanzos a lo pobre capaces de conquistar a toda la familia.
Ingredientes de los garbanzos a lo pobre de Karlos Arguiñano
- 300 g de garbanzos secos (remojados de víspera)
- 1 puerro
- 1 zanahoria
- 4 patatas medianas
- 1 cebolla
- 1 pimiento verde
- 2 dientes de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
- 1 cucharada de orégano seco
- Sal
- Perejil fresco
Paso 1
Pon los garbanzos en remojo durante 12 horas. Escúrrelos y cuécelos en olla rápida con el puerro y la zanahoria durante 25 minutos desde que suba la válvula. Reserva.
Paso 2
Pela las patatas y córtalas en rodajas de medio centímetro. Fríelas en abundante aceite junto con la cebolla en juliana, el pimiento en dados y los ajos laminados durante 25 minutos a fuego medio. Escúrrelas bien y resérvalas.
Paso 3
En la misma sartén, deja una cucharada de aceite y añade los garbanzos cocidos. Espolvorea con orégano y perejil picado y saltéalos durante 3-4 minutos.
Paso 4
Sirve los garbanzos acompañados de las patatas y las verduras fritas. Decora con un poco más de perejil fresco y disfruta de un plato sencillo y lleno de sabor.
