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El chef catalán que revolucionó la cocina mundial con elBulli —y sus tres estrellas Michelin— sigue siendo una figura de referencia más allá del fine dining. Su influencia no termina en la alta cocina: también ha querido acercar sus ideas al público general, demostrando que hasta un bote de supermercado puede transformarse en algo especial.

Y es que, más allá de la espuma de zanahoria o los aires de remolacha, Adrià ha sabido siempre combinar la innovación con el respeto a lo cotidiano. Esa capacidad de dignificar lo simple es parte de su genialidad. Por eso, cuando decidió enseñar a mejorar el tomate frito industrial, muchos se sorprendieron. ¿Un chef de su talla preocupándose por un bote de supermercado?

Un truco sencillo para el día a día

La respuesta es clara: sí. Porque no todos los días puedes permitirte una salsa casera cocinada a fuego lento durante horas. El día a día manda, y muchas veces abrimos un tomate frito comprado sin esperar gran cosa. Sin embargo, según Adrià, eso no significa renunciar al sabor.

En uno de los vídeos de su serie La cocina fácil, el chef compartió un truco que ha acabado convirtiéndose en un clásico: cómo convertir un simple tomate frito en una salsa gourmet con tan solo tres ingredientes adicionales y un par de minutos de cocción.

No hace falta tener conocimientos técnicos ni utensilios de cocina profesional. Ni esferificaciones ni sifones. Solo una sartén, algo de nata para cocinar, un poco de pimienta, orégano al gusto y un buen aceite de oliva virgen extra. Ingredientes comunes que, combinados con precisión, transforman el sabor.

Una filosofía que va más allá de la receta

El resultado no es solo un cambio de textura o un matiz más. Es una auténtica mejora: el tomate frito se vuelve más redondo, con cuerpo, con un equilibrio entre lo dulce, lo ácido y lo graso que lo aleja de su origen industrial. En palabras de Adrià, "una salsa que ya no es de bote, sino tuya".

Esta filosofía, tan suya, tiene mucho que ver con la cocina de aprovechamiento y con la creatividad aplicada al día a día. No se trata solo de impresionar, sino de mejorar. De construir sabor desde lo que ya tienes. De poner el conocimiento al servicio de lo cotidiano.

Y lo mejor de todo es que este truco no está pensado para chefs. Está pensado para quienes llegan a casa sin tiempo, para quienes buscan soluciones rápidas pero no quieren renunciar al placer de comer bien. Para quienes cocinan para otros y también para quienes cocinan para sí mismos.

Este pequeño gesto en la cocina es, en el fondo, una invitación: a disfrutar, a probar, a experimentar. Porque como diría el propio Ferran Adrià, la cocina no empieza en la receta, empieza en la actitud.

Ingredientes del Tomate frito versión gourmet

  • 200 ml de tomate frito (de bote)
  • 2 cucharadas de nata para cocinar
  • 1 cucharadita de pimienta negra molida
  • 1 pizca de orégano fresco o seco
  • 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra

Paso 1

Calienta el tomate frito en una sartén a fuego muy bajo, sin que llegue a hervir. Solo queremos que esté caliente y listo para mezclar.

Paso 2

Añade la nata para cocinar y remueve bien hasta que la mezcla se vuelva homogénea y más cremosa.

Paso 3

Incorpora la pimienta negra molida y una pizca de orégano. Ajusta la cantidad según tu gusto, pero no temas ser generoso.

Paso 4

Echa un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Remueve de nuevo para integrar todos los sabores.

Paso 5

Deja cocinar a fuego lento 1-2 minutos más y sirve inmediatamente.