- Total: 2 h 10 min
- Comensales: 4
Durante los meses fríos, no hay nada más reconfortante que un buen caldo caliente para la hora del almuerzo o la cena. Junto a los potajes, los caldos se convierten en los protagonistas de esta época del año, ayudando a combatir el frío y aportando un extra de energía.
Entre las recetas más tradicionales de España, hay un caldo que muchas madres preparan con solo tres ingredientes y que no es ni fumet ni consomé. A pesar de su sencillez, su sabor es increíble y su preparación es rápida y económica, lo que lo convierte en una opción ideal para el invierno.
Se trata del caldo de repollo con codillo, una receta tradicional que combina pocos ingredientes pero que logra un resultado delicioso y reconfortante. Su preparación es muy fácil y solo requiere una pieza de codillo de cerdo, una pieza de repollo y una cebolla, además de un diente de ajo, sal y agua.
Ingredientes del caldo de repollo con codillo
- 1 pieza de codillo de cerdo
- 1 pieza de repollo
- 1 cebolla
- 1 diente de ajo grande
- Sal al gusto
- Agua
- Aceite de oliva (opcional, para sofreír)
Paso 1
Preparar la base: Ralla la cebolla y el ajo o pícalos muy finos.
Paso 2
Sofreír los ingredientes: Calienta la base de la olla con un poco de aceite y añade la cebolla y el ajo picados. Sofríelos hasta que tomen algo de color.
Paso 3
Cocer el codillo: Añade la pieza de codillo a la olla y cúbrela con abundante agua. Cocina a fuego medio durante una hora.
Paso 4
Añadir el repollo: Mientras el codillo se cuece, trocea y lava el repollo. Pasada la primera hora de cocción, agrégalo a la olla y deja cocinar durante otra hora más.
Paso 5
Deshuesar el codillo: Transcurrida la segunda hora, retira el codillo de la olla, quítale la piel y los huesos, y vuelve a añadir la carne desmenuzada al caldo.
Paso 6
Servir y disfrutar: Una vez listo, ajusta la sal al gusto y sirve caliente. Este caldo es perfecto para entrar en calor y disfrutar de un plato reconfortante y lleno de sabor.
Los beneficios del caldo
El caldo de repollo con codillo es una receta que, además de ser reconfortante y perfecta para entrar en calor, pero además está llena de sabor y permite disfrutar de los numerosos beneficios para la salud que aportan cada uno de sus ingredientes.
Para empezar, los repollos son verduras que se adaptan a la perfección a los cambios de tiempo y que ofrecen una gran versatilidad en la cocina, destacando por ser ricas en vitaminas y por tener una composición que en su mayoría es agua, lo que hace que sean bajos en calorías y buenos para conseguir una mayor duración del cuerpo.
También son ricos en minerales y son un potente antioxidante que ayuda a prevenir el envejecimiento celular y diferentes enfermedades. Sus propiedades lo convierten en un gran aliado para todos aquellos que sufren de molestias estomacales, pero también para quienes padecen problemas cardíacos o intestinales.
Por cada 100 gramos de repollo, este contiene 1,7 gramos de proteínas, 4,1 hidratos de carbono, 2,4 gramos de fibra y 0,45 gramos de grasas.
Por su parte, el codillo de cerdo es una pieza de carne jugosa y rica en proteínas, grasas y colágeno, siendo una excelente fuente de energía para el organismo y, al mismo tiempo, un gran aliado para disfrutar de una mayor salud en las articulaciones y para conseguir una mayor elasticidad de la piel.
Su contenido en minerales como el zinc y el hierro ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y la formación de glóbulos rojos. Se trata de un alimento muy popular en la gastronomía tradicional por su sabor intenso y textura melosa después de una cocción prolongada. Por cada 100 gramos, el codillo de cerdo aporta 250 kcal, 18 gramos de proteínas y 20 gramos de grasas.
Los caldos, la mejor opción
La dieta mediterránea es un régimen alimenticio avalado por cientos de estudios científicos, que recalcan sus grandes beneficios para la salud. Entre sus platos destacados podemos encontrar algunos que nos ayudan a la hora de entrar en calor en los meses más fríos del año, como los guisos, las legumbres o las sopas.
En los meses de invierno es clave aprender a preparar platos de cuchara, pues los caldos ayudan al organismo a mantener la temperatura corporal adecuada, y todo ello al mismo tiempo que aportan hidratación. Hay que tener en cuenta que durante el invierno se bebe mucha menos agua que durante los meses de verano, pero es igualmente necesaria.
A ello hay que sumar que en las sopas podemos encontrar distintos beneficios que vienen dados por las propiedades aportadas por los diferentes ingredientes con los que se preparan cada una de ellas, por lo general con propiedades antioxidantes. Aunque las sopas de sobre permiten disfrutar de muchos de estos beneficios, lo mejor es preparar caldos caseros, y cuantos más vegetales incluyan, mejor.
Al pensar en preparar sopas en España, hay algunas que gozan de una especial popularidad, como el caldo gallego, elaborado con habas, patatas, grelos, espinazo de cerdo, lacón, chorizos tiernos, tocino de cerdo, aceite de oliva y pimentón dulce; o la sopa de cocido madrileño, con garbanzos, morcillo, pechugas de pollo, tocino, jamón, cebolla, repollo, zanahorias, patatas, ajo y mucho más.
No obstante, el caldo de repollo con codillo es una alternativa más económica y sencilla de preparar, por lo que también hay que tenerla muy en cuenta para combatir el frío.