Cuando mi amigo Toni cumplió no sé cuántos años —los dos somos de letras y no sabemos contar—, Cristian, mi pareja, y yo le regalamos un jamón. Pensamos que era un regalazo especialmente para alguien a quien no le gusta cocinar. Lo que no sabíamos es que para Toni cortar jamón, aunque sea a tajadas, también es cocinar. Así que lo que hizo fue invitarnos a cenar jamón, pero de cortarlo y del postre nos encargábamos nosotros, que el jamón ya lo ponía él, nos dijo el sinvergüenza, “¡no lo voy a poner yo todo!”.

La próxima vez, lo que haré será regalarle un cheque con los 25 euros que suele costar que te corten y envasen un jamón en la charcutería. Sólo eso. Si me pregunta por el jamón, le diré que lo ponga él, yo ya me he encargado de cortarlo, ¡no lo voy a hacer yo todo!

A estas alturas de la Navidad, regalar un jamón quizá llegue un poco a destiempo. Aunque no creo que a nadie —salvo si es vegetariano o su religión no le permite comer cerdo— le importe que le regalen una patita ibérica, sea la época del año que sea.

Una cosa que no debería faltarle a nadie en la cocina es un buen cuchillo, pero sé de buena tinta que es raro regalar esto incluso cuando te lo piden. El año pasado puse en mi carta a los Reyes una puntilla y un cuchillo de pan. Me costó convencer a los pajes de que yo quería esos regalos. Me hacían más ilusión unos cuchillos de Zwilling que tienen un precio bastante razonable, que cualquier prenda de ropa o cosméticos carísimos.

Si Sus Majestades de Oriente son más del textil, y a quien hay que regalarle algo se dedica a la cocina, un delantal profesional es una maravilla. Me gustan mucho los delantales vaqueros de Bramby Supply Co. Están hechos a mano y tienen un diseño muy cuidado, con diferentes tejidos, cuero o material reciclado. Me parecen comodísimos porque no te cargan las cervicales ya que van cruzados a la espalda. Algo que agradece quien pasa muchas horas en la cocina, ya que esta zona se acaba resintiendo bastante.

Bien, los delantales de Bramby Supply superan los cien euros y quizá no estemos este año para tanto bling-bling. Puedes buscar opciones más económicas, como estos de Qooqer, que rondan los 35-40 euros, pero recuerda: los cómodos son los cruzados, no los atados al cuello.

O puedes optar por otras alternativas. ¿La persona que va a recibir el regalo se ha lanzado este confinamiento a hacer pan? “¡Qué tontería pregunta esta muchacha de El Español! -dirás- ¡Pues claro, todo el mundo ha hecho pan en el confinamiento!”. En ese caso, Pan Tartine, (Col&Col, 2020) es su libro. Está escrito por Chad Robertson, el prestigioso panadero de Tartine Bakery, la panadería de San Francisco que ha revolucionado la forma de hacer pan.

Pan Tartine está traducido y adaptado por Ibán Yarza, uno de los españoles que más sabe de pan del momento. Y en esta edición fantástica de tapa dura aparecen recetas —no sólo de pan sino para mojar pan— explicadas paso a paso, ilustradas con fotografías preciosas, historias y apuntes del famoso panadero norteamericano. Un regalazo por menos de 30 euros.

También de ese presupuesto son las sartenes de aluminio Agnelli, estupendas para saltar pasta y hacer arroces. Yo las descubrí gracias a Anna Mayer que, como italiana y gastrónoma que es, tengo muy en cuenta su criterio. ¿Por qué aluminio? Pues, según la propia Anna, porque es ligera, transmite mejor el calor y las salsas y sofritos quedan de maravilla. Eso sí, para fregarla, nada de lavavajillas.

Una cosa que tenemos en común gastronómicamente hablando los que nos encanta la cocina y los que la detestan es que todos comemos. Y como comer hay que comer, mejor hacerlo en una vajilla bonita.

No hace falta que regales una vajilla entera, por supuesto que no. Con una bandeja, o un par de cuencos, o una jarra, o un bol, o unos platos originales, tienes un regalo bien apañado. Pero eso sí, esmérate y que la pieza que compres sea especial. A mí me encantan las cosas que tienen en La Oficial. Piezas artesanales de loza, miles de formas, colores y cristalería vintage. Y si no lo tienes claro, disponen de bonos regalo desde los 15 euros.

Y si has llegado hasta aquí, es que te gusta Cocinillas. Una cosa que estaría súper bien es pedirle a los Reyes —para ti o para regalársela a alguien— una suscripción a El Español, así podrás leer sin límite todos los artículos y recetas de estos diez años que acabamos de cumplir.