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La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir pescado como un hábito alimentario que, en el caso de los niños, puede tener múltiples beneficios para el desarrollo.

Estamos hablando de un alimento que aporta proteína de alto valor biológico, un nutriente fundamental para la formación de músculos, huesos y tejidos que resulta vital en las primeras etapas del crecimiento.

Otro aspecto valioso del pescado es su contenido en ácidos grasos omega-3, especialmente presentes en especies azules como el salmón, las sardinas o el boquerón. Estas grasas saludables desempeñan un papel importante en el desarrollo del cerebro y la vista, y además ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.

Y hay estudios que confirman que los niños que consumen pescado con regularidad y en las cantidades adecuadas pueden presentar un mejor rendimiento escolar y una menor predisposición a problemas relacionados con la concentración y la memoria.

Sin embargo, es recomendable variar las especies para evitar la exposición excesiva a contaminantes como el mercurio, priorizando los pescados más pequeños y de ciclo de vida corto, que suelen ser más seguros y sostenibles.

Los pescados más fáciles de comer

En un vídeo compartido en TikTok, Luís, pescadero en la Pescadería Costa Pujol de Barcelona, muestra tres pescados que, por su morfología, resultan muy fáciles de comer tanto para niños como para aquellos adultos que detestan tener que lidiar con las espinas.

Su primera recomendación es el gallo, también conocido como meiga o rapante, porque, según explica, "se filetea fácilmente y es una carne noble y sin espinas".

Según la Fundación Española de la Nutrición, el gallo es un pescado blanco que aporta menos de 2 gramos de grasa por cada 100 gramos. Aporta minerales como selenio y fósforo y es fuente de vitaminas del grupo B, especialmente B12, B6 y niacina, fundamentales para el funcionamiento del sistema nervioso.

La segunda recomendación del pescadero es el rape "porque solo tiene un hueso en medio y se puede cortar en medallones". Explica que se puede hacer "tipo Orly", que es un rebozado, y los niños se lo comen muy bien.

El rape es uno de los pescados blancos más magros, pues apenas aporta 0,3 gramos de grasa por cada 100 gramos de porción comestible y es, por tanto, uno de los pescados más bajos en calorías. Ideal para todos aquellos que deban seguir una dieta de control de peso.

Para finalizar, Luís recomienda el lenguado, de estructura muy similar al gallo, que permite sacar cuatro filetes sin ningún problema de espinas.

El lenguado es también un pescado con un bajo aporte de grasas y muy fácil de digerir, por lo que suele recomendarse en dietas infantiles y en personas con problemas digestivos. No es de extrañar que sea uno de los primeros pescados que se introducen en la dieta de los bebés.

Todos ellos destacan por ser fuentes de vitamina B12, un nutriente esencial para el organismo, ya que participa procesos tan relevantes como la formación de glóbulos rojos, en el cuidado del sistema nervioso y en la producción de energía.

Su déficit puede provocar anemia, cansancio o dificultades de concentración, lo que cobra especial relevancia en etapas de crecimiento y desarrollo, como la infancia y la adolescencia.

Incluir pescado en la dieta, por tanto, no solo contribuye a cubrir las necesidades de proteínas y ácidos grasos saludables, sino que también ayuda a mantener niveles adecuados de vitamina B12, asegurando así una salud integral y un rendimiento físico e intelectual óptimos.

Cómo cocinar estos pescados

El gallo es un pescado de textura delicada que se presta a cocciones sencillas. Si se cocina entero, queda delicioso a la plancha o al horno, ya que, una vez cocinado, resulta muy fácil separar los filetes si hay niños en casa que necesiten ayuda.

También resulta delicioso si se separan los filetes en crudo y se cocinan al vapor o se utilizan para hacer las tradicionales 'popietas', que son filetes de pescado enrollados, con o sin relleno, que se hornean o se cuecen en un caldo o en una salsa ligera.

El rape, en cambio, tiene una carne mucho más firme que permite preparaciones mucho más elaboradas. Es perfecto para guisos, pues resiste bien la cocción prolongada y aporta un sabor intensísimo en este tipo de platos.

Cortado en medallones, se puede cocinar rebozado o a la plancha y, si se separa en lomos, está delicioso al horno o cocinado al vapor. Una receta clásica es la que se conoce como "rape alangostado", que consiste en adobar el rape con pimentón para que asemeje a una cola de langosta.

Finalmente, el lenguado, al igual que el gallo, tiene una carne delicada de sabor muy suave, por lo que conviene aplicarle métodos de cocción amables que no enmascaren esta sutileza.

Es excelente para una cocción rápida a la plancha, pero también puede cocinarse al horno o al vapor. Aunque, sin duda, la receta de lenguado más conocida es el lenguado a la meunière, en la que se pasa por harina y se saltea con mantequilla, pimienta, limón y perejil.