
Un filete cocinado en una parrilla sobre el fuego iStock
Ni chuletas ni entrecot: esta es la carne más jugosa y barata para asar en barbacoa o a la plancha
Con el buen tiempo y los días que invitan a comer al aire libre, organizar una barbacoa puede ser un plan económico y altamente disfrutable.
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Organizar una barbacoa con la familia o con amigos ahora que empieza el verano no tiene por qué ser sinónimo de acabar en números rojos.
No hay que olvidar que, por mucho chuletón de vaca vieja madurada y solomillo de ternera de pasto que veamos en redes sociales, existe todo un mundo de carnes baratas con las que cualquier barbacoa será una fiesta vikinga.
En España, donde cada vez existe más cultura del fuego y de la parrilla, tenemos muchas alternativas a los cortes premium para disfrutar de la carne sin gastar un dineral.
Carne de cerdo, un clásico en España
Aunque en otros países, la ternera supera al resto de carnes a la hora de cocinar a la brasa, en España, el cerdo es protagonista de las barbacoas más populares.
Más allá de los cortes nobles como el solomillo o el lomo, más secos y menos sabrosos, hay piezas mucho más baratas, con más infiltración de grasa y, por tanto, mucho más jugosas.
El costillar y la panceta son apuestas seguras. Ambas tienen suficiente carne y grasa para conseguir un punto algo crujiente por fuera y melosísimo por dentro. Además, se encuentran en cualquier carnicería o supermercado a precios muy asequibles.
No hay que olvidarse de los productos de charcutería, que algunos son perfectos para cocinarlos a la parrilla. Chorizos criollos, chorizos rojos parrilleros, morcillas, chistorra o salchichas de carnicero son el complemento perfecto para cualquier barbacoa.
Se cocinan rápido, son jugosos, gustan a casi todo el mundo y suelen ser muy baratos.
La vida más allá del chuletón de ternera
Aquí en Galicia, churrasco es sinónimo de barbacoa. Los gallegos no hacemos barbacoas, hacemos churrascadas.
El nombre no es casualidad, el churrasco de ternera o tira de costilla es un corte muy asequible que se presenta en tiras largas y finas cortadas en perpendicular al hueso que son lo mejor de cualquier barbacoa.
Su equivalente argentino, el asado de tira, es también uno de los más populares en el cono sur.
Otros cortes como la aguja, a la que algunos carniceros llaman cuello, o la espaldilla también dan muy buenos resultados: tienen suficiente grasa como para resultar jugosos y con mucho sabor si se cocinan durante el tiempo necesario.
En muchas carnicerías y en algunos hipermercados de España, también se pueden encontrar cortes típicos argentinos como el vacío o la entraña, muy tiernos y con un sabor muy intenso.
¿Pollo a la brasa? Sí, gracias
Cuando se necesite reducir el presupuesto al máximo, no hay que olvidarse del pollo. Más que el pollo entero, en el que la pechuga podría quedar algo seca, lo que será un éxito es elegir los cuartos traseros y asarlos con su piel.
Su contenido graso hace que queden muy jugosos y, se adoban o se marinan antes de cocinarlos, quedarán muy sabrosos. Además, en los supermercados suelen tener bandejas familiares con varias unidades a precios muy baratos.
Si queremos cocinar las pechugas en la brasa, un truco para que quede más jugosa, es usarla para hacer brochetas con algunos vegetales y marinarlas. Así cogerán sabor y se cocinarán muy rápido, sin tiempo a resecarse.
Más trucos para hacer barbacoas de éxito
En muchos supermercados, cuando llega esta época, se venden "packs barbacoa" que, para muchos, pueden ser una opción práctica, pero conviene no comprar a lo loco y analizarlos previamente.
Primero, para comprobar si estos paquetes suponen algún ahorro respecto a comprar las cosas por separado y, segundo, para asegurarnos de que no incluyen productos que sabemos que no se va comer nadie.
Pensar en Norteamérica, también puede ser fuente de inspiración para tirar de hamburguesas caseras. Sólo necesitamos que el carnicero nos pique aguja de ternera con un 20 % de panceta de cerdo o beicon.
Con eso, un poco de sal y pimienta e, incluso, un poco de cebolla picada, se puede disfrutar de unas deliciosas hamburguesas caseras por lo que cuesta una en un burger.
Finalmente, algo que siempre resulta muy útil es saber cuánta carne hay que comprar. En general, necesitaremos 500 g por persona adulta si es carne con hueso, como costillas o alitas de pollo; si se trata de carne sin hueso, bastará con 300 g por cabeza.
Para asegurarnos de que hasta los más hambrientos se quedan saciados, es aconsejable, añadir un 20-25 % adicional. Por ejemplo, si queremos hacer churrasco de cerdo para 10 personas, compraremos unos 6-6.5 kg de costillas.