Si hay una tarea de limpieza en la cocina que resulte más tediosa que fregar los platos a mano, no tengo dudas de que es fregar los platos en un fregadero que esté atascado. Un fregadero por el que no circula bien el agua es algo capaz de poner de los nervios a más de uno.
Por desgracia, esto es algo que sucede con más frecuencia de la que desearíamos. Durante el uso diario del fregadero, a menudo, se van por el desagüe restos de comida, grasas y jabón que se van quedando adheridos sobre las paredes interiores de la tubería dificultando el flujo del agua que sale del fregadero y provocando atascos que, con el paso del tiempo, son más y más grandes.
Esto, unido al hecho de que el interior de las tuberías es una zona de difícil acceso que no suele formar parte de las rutinas de limpieza, hace que, en mayor o menor medida, tengamos que lidiar con el problema de los atascos.
El truco de la abuela para desatascar el fregadero
Seguramente somos pocos los que no hemos recurrido alguna vez al celebérrimo truco de las abuelas de echar bicarbonato por el desagüe, después vinagre, dejar que "actúe" y terminar echando agua muy caliente para que circule por la tubería. Yo también lo he hecho muchas veces por costumbre.
Es cierto que el truco de la abuela mejora un poco el flujo del agua, pero no es por el motivo que muchos piensan ni es, ni de lejos, el mejor método para desatascar un fregadero obstruido por el uso. En este caso, la situación mejora porque el agua muy caliente funde la grasa solidificada y arrastra parte de las partículas adheridas. Esto que parece una buena solución momentánea, a la larga puede no serlo tanto.
Cómo desatascar el fregadero como lo haría un profesional
Ante un atasco que impide la correcta circulación de los fluidos que salen por el desagüe, se pueden usar distintos métodos para dar solución al problema. Se dividen en tres grupos: métodos mecánicos, métodos químicos y métodos enzimáticos.
Métodos mecánicos
Son aquellos para los que no se necesita ningún producto fungible (líquidos que tengamos que echar en la tubería) sino que se emplean utensilios o herramientas para extraer o empujar el material que está causando la obstrucción.
El método más conocido de este tipo y el más usado en el ámbito doméstico, es el desatascador de fuelle, también llamado desatascador de ventosa y es un dispositivo muy económico y muy fácil de utilizar.
Para eliminar un atasco usando un desatascador de fuelle, primero nos aseguraremos de que haya suficiente agua en el fregadero, lavabo o inodoro para cubrir parcialmente la base del desatascador. Luego, colocamos la ventosa del fuelle directamente sobre el desagüe, presionándola firmemente para para que se haga el vacío y así crear un sello hermético.
Para maximizar la succión, bloquearemos también los orificios de respiración, que suelen estar en la parte superior del fregadero, presionando con un trapo de cocina.
A continuación, bombeamos el fuelle varias veces con movimientos rápidos para generar presión y succión, esto ayudará a movilizar los materiales retenidos disminuyendo la obstrucción. Tras unas cuantas repeticiones, levantamos el desatascador con cuidado para comprobar si el agua empieza a fluir con normalidad. Si el atasco continúa, repetiremos el proceso hasta liberar completamente la tubería. Finalmente, enjuagaremos con agua caliente para eliminar cualquier residuo restante.
Otro método mecánico ampliamente utilizado por los fontaneros profesionales es el muelle desatascador, que permite extraer los materiales que causan atasco en la tubería, incluso si éstos se encuentra a gran profundidad. Consiste en un cable metálico enrollado en espiral, con una punta -que puede ser en forma de garfio o tornillo sin fin- para atrapar residuos, y un mango o manivela en el extremo opuesto para girarlo y empujarlo dentro del desagüe. Al ser un elemento flexible, puede adaptarse a la curvatura de las tuberías, alcanzando atascos profundos que se encuentran a mucha distancia del desagüe y no pueden ser eliminados con métodos de succión o productos químicos.
Para utilizar un muelle desatascador, lo primero que haremos es retirar cualquier filtro o rejilla del desagüe para facilitar el acceso. A continuación, introduciremos la punta del muelle en la tubería y giraremos lentamente el mango en sentido horario mientras empujamos suavemente. Este movimiento en espiral ayuda a que la punta del muelle avance a través de la obstrucción.
Una vez notemos resistencia, seguiremos girando con cuidado para enganchar el material que produce el atasco y luego tiraremos hacia atrás con cuidado para extraer los residuos y recuperar el muelle. Si la obstrucción es muy profunda, podemos repetir el proceso varias veces hasta liberar completamente la tubería. Finalmente, enjuagamos con abundante agua caliente para eliminar cualquier residuo restante y nos aseguraremos de que el desagüe ha recuperado su funcionalidad.
Métodos químicos
Los desatascadores químicos requieren el uso de productos, normalmente líquidos, que se vierten por el desagüe para que actúen sobre los materiales que causan el atasco. Su funcionamiento se basa en las reacciones químicas que descomponen los residuos acumulados en las tuberías y son los más eficaces cuando el atasco está a poca distancia del desagüe.
Existen dos tipos principales: los alcalinos, que contienen hidróxido de sodio (sosa cáustica), y los ácidos, que suelen basarse en ácido clorhídrico o sulfúrico. Los desatascadores alcalinos son eficaces contra obstrucciones causadas por grasas, aceites y materia orgánica, ya que convierten estos residuos en sustancias solubles en agua. Por otro lado, los ácidos son más agresivos y están diseñados para disolver atascos más resistentes, como acumulaciones de jabón, cabello o depósitos de sarro o de cal en zonas de aguas duras.
Cuando se vierten en el desagüe, estos productos generan calor y burbujas que ayudan a fragmentar, desprender e, incluso, disolver los residuos adheridos a las paredes de la tubería. Son métodos que actúan rápido, pero deben utilizarse siempre extremando las precauciones, ya que pueden ser corrosivos para ciertos materiales y peligrosos si entran en contacto con la piel o los ojos, por lo que deben seguirse estrictamente las instrucciones del fabricante. Además, no deben mezclarse con otros productos de limpieza, ya que podrían producirse reacciones químicas peligrosas, como la liberación de gases tóxicos.
Métodos enzimáticos
Los métodos enzimáticos para desatascar tuberías se basan en el uso de enzimas y microorganismos que degradan de manera natural los residuos orgánicos acumulados en los desagües. A diferencia de los desatascadores químicos agresivos, estos productos contienen bacterias o enzimas específicas que descomponen sustancias como grasas, restos de comida, cabello y jabón sin dañar las tuberías ni el medioambiente. Su acción es más lenta que la de los desatascadores químicos tradicionales, pero es una alternativa segura y más ecológica, pensada más para un mantenimiento preventivo que evite la acumulación de residuos.
Cuando se vierten en el desagüe, las bacterias y enzimas comienzan a alimentarse de los residuos que se encuentran en las paredes, transformándolos en compuestos más simples que pueden ser eliminados fácilmente con agua que, a su vez, elimina el producto. Este proceso biológico no genera calor ni reacciones peligrosas, por lo que es seguro para su uso en hogares con tuberías de materiales delicados o fosas sépticas. Como mejor resultado dan estos métodos es incorporándolos en las rutinas de limpieza y aplicándolos regularmente, por ejemplo, dejándolos actuar durante toda la noche una vez al mes, para mantener limpio el interior de las tuberías y así evitar que se acumulen residuos.