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Cuando llegan los meses más fríos del año, se puede pensar que es más difícil encontrar buenos planes, pero nada más lejos de la realidad. Los fines de semana nos siguen permitiendo darnos un buen respiro, y una buena forma de hacerlo es disfrutando de productos locales.

La conocida revista National Geographic ha actualizado recientemente un listado con los 100 pueblos más bonitos de España, lo que nos permite conocer posibles destinos en los que poder disfrutar al máximo tanto durante como después de las fiestas navideñas.

Entre los numerosos destinos rurales que se incluyen en este particular ranking, se encuentra un destacado pueblo de Salamanca lleno de encanto y en el que se come el mejor jamón ibérico de España. Se trata de “una joya escondida” que no hay que dejar de visitar.

El pueblo del mejor jamón ibérico

El pueblo en el que degustar el mejor jamón ibérico del país se encuentra cerca del Parque Nacional de Las Batuecas y del santuario mariano Virgen de la Peña, y se llama La Alberca, que fue el primer pueblo de todo el país en ser declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1940.

Ubicado al sur de la provincia y con poco más de 1.000 habitantes, tiene mucho que ofrecer entre su laberinto de calles angostas y empedradas que dibuja un entramado urbano que a nadie deja indiferente.

Su pequeño tamaño hace que se pueda visitar en menos de un día sin problemas, por lo que habrá tiempo suficiente para poder empaparse de su arquitectura y de toda la historia de La Alberca con tranquilidad.

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Entre sus principales atractivos turísticos se encuentran sus embutidos ibéricos, pero también su particular tradición llamada “El marrano de San Antón”, con un cerdo que es alimentado por los alberqueños entre el 13 de junio y el 17 de enero, para luego ser sorteado de forma benéfica en la segunda fecha, como explica la publicación.

El centro neurálgico del pueblo es la Plaza Mayor, donde los restaurantes situados en sus soportales permiten disfrutar de los mejores bocados de embutido ibérico. Este es el caso de rincones como El Rincón de Lola, La Taberna o el Restaurante Ibéricos de la Alberca Doña Consuelo.

Una curiosidad sobre La Alberca es que en las tiendas de la plaza se vende turrón durante todo el año, una costumbre tan importante que las casas turroneras tienen una estatua propia en la Plaza del Mercado de Salamanca.

Qué ver en La Alberca

En plena Sierra de Francia se puede visitar el pueblo de La Alberca, uno de los pueblos más bonitos de todo el país por su gran riqueza natural y patrimonial. El pueblo está repleto de rincones de mucho interés y que bien merecen una visita.

Plaza Mayor

Como ya mencionamos, la Plaza Mayor de La Alberca es el gran símbolo de este pueblo, y un lugar perfecto para iniciar un recorrido por el mismo. Es el lugar en el que tienen lugar los eventos festivos y el principal punto de encuentro de todos los vecinos.

Está rodeada de bonitas casas, con balcones de madera y soportales con columnas de granito, y donde también se podrá ver el Ayuntamiento, donde se conserva la puerta de la antigua cárcel, la oficina de turismo y la Casa Ducal.

En ella se pueden encontrar varios restaurantes y tiendas, destacando especialmente la fuente y un crucero de granito del siglo XVIII, decorado con símbolos de la Pasión.

Casa Museo Satur Juanela

La Casa Museo Satur Juanela es una de las visitas imprescindibles en La Alberca, puesto que nos hace retroceder al pasado y se podrá conocer cómo era una casa de estructura tradicional albercana en su interior.

Las casas albercanas se encontraban construidas en madera y contaban con tres alturas. En la planta baja se guardaban los animales, mientras que en la primera se ubicaban la cocina y la despensa, y en la planta superior, las habitaciones.

En esta casa se pueden encontrar los elementos de la época, todo ello perfectamente conservado para poder transportarse al pasado.

Monumento al Marrano de San Antón

La escultura del Marrano de San Antón es uno de los símbolos de La Alberca, está hecha de piedra y situada junto a la Iglesia de La Asunción. Está dedicada a otra de las tradiciones del pueblo.

Como ya hemos comentado, la tradición albercana elige cada año un cerdo, y tras ser bendecido en el mes de junio, este campa con libertad por las calles del pueblo, siendo los propios vecinos los que le dan de comer, lo cuidan y lo cobijan.

Cuando llega el mes de enero, con motivo de las fiestas de San Antón, es subastado y el dinero recaudado se destina a obras de caridad. En la antigüedad, en lugar de un sorteo, era entregado a la familia que más lo necesitara del pueblo.

Iglesia de la Asunción

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción fue construida en el siglo XVIII y es de estilo neoclásico, destacando en su interior su púlpito de piedra policromada de granito, así como su órgano de tubos.

Por fuera de la iglesia, se verá la hornacina que está dedicada a las Ánimas Benditas, que guarda relación con la tradición de la Moza de Ánimas. Esta última es una mujer albercana que, cuando atardece en el pueblo, toca la esquina (una especie de campana) en cada esquina mientras entona una plegaria por los difuntos y almas del purgatorio.