William Shakespeare fue todo un visionario con gusto al declarar su amor incondicional a los Sherry wines. El nuestro, después de muchas idas y venidas, parece que también empieza a calar y la Denominación de Origen Jerez-Xérès-Sherry se ha convertido en una de las de cabecera.

Mucho han remado por estos vinos chefs y sumilleres en casa y fuera de ella para otorgarles el reconocimiento merecido. Por su versatilidad, los Vinos de Jerez, se convierten en favoritos de muchos restaurantes, "aunque todavía queda mucho trabajo por hacer y hay que seguir comunicando", como apunta el sumiller gaditano Guillermo de Lucas, quien lleva 12 años custodiando la carta de vinos de Maca de Castro, en Mallorca, un destino donde a estos vinos les ha costado llegar. 

La magia de estos vinos, herederos de la tradición andaluza, se pasea por la singular tierra en la que nacen estos y pincela el clima que aporta carácter a las uvas, que tras su sistema de crianza tradicional único, da lugar a unos singulares vinos con posibilidades gastronómicas infinitas. 

Vinos secos y salinos como el Fino y la Manzanilla y sushi, match asegurado

Para ser su mejor embajador hace falta entenderlos y tener en cuenta ciertas pautas que harán que el disfrute sea mejor y mayor. 

El tamaño y forma (de la copa) importa

• Una copa para gobernarlas a todas. Una buena copa puede elevar a otra categoría la degustación de los jereces. Lo ideal es optar por una copa genérica de vino blanco de cristal fino, con un cáliz generoso que permita que el vino respire y con un tallo largo para que no se nos caliente. Esta es la opción más recomendable si vamos a disfrutar de los Vinos de Jerez durante la comida. 

Cuidado con las temperaturas

• Aunque no existen reglas fijas de servicio, sino que estas dependen más bien del vino y la armonía que tengamos en mente, sí que hay unas recomendaciones generales para la temperatura de servicio cuando se trata de finos y manzanillas: siempre muy fríos, entre 5 y 7 º C.

Compañero de mesa infalible

• Lo interesante de estos vinos es que su diversidad nos permite encontrar un vino para cada momento o tipo de comida. Alguna pista fácil para iniciarse con Finos y Manzanillas: jamón ibérico, sopas frías, pescados y mariscos, desde una fritura tradicional hasta una bandeja de sushi. Los Amontillados van muy bien con platos especiados y picantes, especialmente con curry, pero también hará las delicias de un tartar de atún o una buena paella. Los Olorosos y Palos Cortados son los grandes amigos de los quesos y las carnes a la parrilla, así que tenlo a mano en las barbacoas veraniegas.

Con hielo y en combinado, como plan b

Nuevas fórmulas refrescantes con el jerez de la mano

• Cuando el calor aprieta, nos apetecen tragos más frescos, copas llenas de hielo y sabores veraniegos. Los Vinos de Jerez también pueden saciar todas estas preferencias si los usamos para elaborar combinados refrescantes como el Rebujito de Fino en Rama o le añadimos un toque “cool” a nuestro Cream sirviéndolo con hielo y naranja.

Servir de forma adecuada el Vino de Jerez es un aspecto muy importante para disfrutar de todas sus cualidades. Una vez interiorizadas estas prácticas, nadie podrá quitarnos el título de “sherry lover”, pero ¡hay que ganárselo!