Con toda la seguridad y restricciones que se han implantado en los últimos años parece que hoy en día no se puede subir nada al avión. ¡Incluso han querido prohibir los portátiles, tablets y consolas!

En el caso de la comida, la limitación de líquidos puede haber generado la sensación de que no se puede subir nada a bordo pero lo cierto es que todavía se puede subir comida al avión. Aunque tiene que cumplir unos requisitos que varían según el destino.

¿Qué dice el reglamento?

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Si viajas dentro de Europa el reglamento establece que no hay restricciones a la hora de subir comida al avión más allá de las referentes al transporte de líquidos o las que imponga la aerolínea. En este sentido las aerolíneas no se suelen prohibir más allá de lo que les obliga la ley. Por ejemplo, Ryanair sólo prohibe las bebidas calientes.

En cuanto a los líquidos, todos deben seguir el mismo reglamento: ir en contenedores transparentes de un máximo de 100 ml los cuales deben ser almacenados en una bolsa de plástico que no supere el litro de capacidad. No importa si hablamos de aceite de oliva, cremas, geles, agua o refrescos.

Dicho esto, ante todo hay que tener sentido común. Que se permita transportar comida no quiere decir que se pueda hacer de cualquier manera. Además, que puedas llevar la maleta de mano llena de pescado fresco no quiere decir que debas hacerlo.

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Las cosas se complican si viajas fuera de Europa puesto que, aunque el reglamento establece que se puede subir comida al avión, es posible que la aduana del país al que viajas te quite dichos alimentos.

Las prohibiciones varían según el destino pero, por poner un ejemplo, en Estados Unidos la aduana establece que:

  • Se pueden introducir la mayor parte de alimentos procesados así como también café, té, miel, especias, vinagre, aceite, algunos artículos de panadería y quesos. También es posible llevar arroz aunque suele ser problemático.
  • En el caso de las frutas y vegetales deberán de ser declarados en la aduana (no hacerlo conlleva una multa de hasta 500$) y serán permitidos dependiendo de su lugar de origen así como el de la persona que los transporta.
  • No se pueden introducir preparados para sopa o similares. Tampoco está permitida la entrada de carnes de animales de granja sin importar si están crudas o procesadas. O lo que es lo mismo, no se puede llevar jamón.

Aún así, desde la aduana recomiendan consultar casos concretos para evitar problemas en la llegada.

¿Se puede llevar jamón en el avión?

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Como he dicho antes, no hay ninguna norma española o europea que prohiba subir jamón al avión. Sin embargo, en el caso de volar fuera de la Unión Europea es posible que la aduana nos lo confisque a nuestra llegada.

No es que los extranjeros nos odien o quieran quedarse el jamón para ellos, sino que hoy en día todos los países tienen normas muy estrictas en lo que a productos animales se refiere. Unas medidas que se toman sobre todo para evitar la propagación de enfermedades.

De hecho, la propia Unión Europea tiene normas similares a la de las aduana estadounidense: prohibe la entrada de productos de origen animal de todos los países no comunitarios. La única excepción son pequeñas cantidades procedentes de Andorra, Groenlandia, Islandia, Islas Feroe, Liechtenstein, Noruega, San Marino y Suiza.

Al igual que ocurre con el resto de alimentos, que puedas meter o no jamón depende del país al que viajes. En algunos como Brasil, Argentina o México se puede llevar en lonchas o tacos (nada de patas) siempre que esté envasado al vacío.

¿Hay alguna excepción?

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Como es de esperar hay excepciones en las que se puede subir comida al avión incluso si está prohibida. Aquellos viajeros que por motivos médicos necesiten llevar una dieta especial pueden llevarlos a bordo siempre y cuando tengan un justificante médico.

Un claro ejemplo sería el caso de un pasajero celíaco, que podrá llevar todos los alimentos (líquidos o sólidos) que vaya necesitar durante el viaje de ida, la estancia y el viaje de vuelta. Lo mismo ocurre con los pasajeros diabéticos que necesiten de algún zumo que les ayude a recuperarse de una bajada de azúcar o las madres que necesiten llevar comida para sus bebés.

A la hora de pasar el control de seguridad únicamente hay que enseñar dichos alimentos por separado y mostrar el justificante médico que indique la enfermedad o intolerancia así como una lista detallada de los productos/medicamentos requeridos.