Los casos de murciélagos con rabia no son infrecuentes. University of Illinois
De los murciélagos a los perros, la rabia vuelve a España: "En cuanto aparecen los síntomas casi siempre es mortal"
La detección del virus en fauna salvaje ha llevado a la Secretaría de Salud Pública de Cataluña a emitir una advertencia.
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La Secretaría de Salud Pública de Cataluña ha advertido de la "presencia esporádica" de murciélagos infectados con el virus de la rabia europeo y ha pedido a la población que evite el contacto con estos animales.
Aunque no se han detectado casos autóctonos de rabia en España desde hace más de 40 años, ha emitido la advertencia debido a que esta enfermedad, cuando comienzan a darse síntomas, es mortal en prácticamente el 100% de los casos.
Por ello, las autoridades realizan una estrecha vigilancia del virus en animales domésticos y salvajes.
Entre el 1 de enero y el 29 de julio de este año, en Cataluña se han reportado 88 ataques por parte de animales: 38 de perros y 22 de murciélagos.
La mayoría de estos ataques se producen en verano y un 21% de estos se considera de riesgo por la posibilidad de contagio de la enfermedad.
El pasado junio moría un hombre de 44 años por rabia en la Comunidad Valenciana después de haberse infectado en un viaje de turismo a Etiopía en 2024, al ser mordido por un perro.
Los últimos casos autóctonos de esta enfermedad en nuestro país se dieron en 1975 en la provincia de Málaga, cuando murieron dos personas. En 1978, la Organización Mundial de la Salud concedió a España el estatus de libre de enfermedad.
Sin embargo, eso no ha hecho bajar la vigilancia a las autoridades. "España se sitúa en una localización de especial vulnerabilidad, al ser un lugar de paso habitual hacia Europa desde el continente africano, lo que implica un mayor riesgo y posibilidad de entrada de casos de rabia en animales domésticos (fundamentalmente perros".
Así lo señala el informe del Instituto de Salud Carlos III sobre la rabia en el último lustro, recientemente publicado.
Aparte del ciudadano que murió en Comunidad Valenciana (que no figura en el informe ya que este examina el periodo 2019-2024), en 2019 un hombre marroquí de 56 años murió en el País Vasco por la mordedura de un gato infectado en Marruecos.
En el periodo de estudio se detectaron 34 casos de rabia en animales: 20 en perros (uno en Ceuta y el resto en Melilla), uno en un gato en Melilla y 13 en murciélagos. Estos últimos se dieron en la Península Ibérica y los archipiélagos.
Los autores del trabajo destacan que el principal riesgo "se asocia a la entrada de la enfermedad vehiculada por perros que puedan cruzar la frontera a Ceuta o Melilla, o por la posibilidad de importación de un animal infectado proveniente de zonas o países endémicos".
Es lo que ocurrió en 2013, cuando se detectó un perro importado desde un país endémico que llevó a la OMS a suspender durante seis meses el estatus de país libre de rabia.
Es lo que se conoce como rabia terrestre, explica Antonio Rivero-Juárez, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
"El virus se detecta en murciélagos, es lo que se considera rabia aérea. Sabemos que circula desde siempre, pero en la fauna salvaje es muy difícil de erradicar, si bien el riesgo para la población general es muy bajo porque no estamos en contacto con estos animales".
Con todo, hay personas que tienen un mayor riesgo de exposición, como los veterinarios, los encargados del control de fauna silvestre o investigadores que trabajen con murciélagos.
Pero el mayor grupo de riesgo es el de "viajeros que van a países donde la rabia es altamente endémica, como Marruecos, la India o países de Centroamérica. En estos lugares, una mordedura o un arañazo de un perro, un gato u otro animal puede suponer un riesgo real".
Sin tratamiento conocido
Es un riesgo que hay que tomarse en serio. "La rabia es una infección causada por un virus que afecta al sistema nervioso y es muy grave: una vez que aparecen los síntomas, casi siempre es mortal", afirma Rivero-Juárez.
Tras una mordedura u otro contacto de riesgo, suele pasar entre uno y tres meses hasta la aparición de los primeros síntomas, aunque hay ocasiones en que se demora más de un año.
Cuando la enfermedad aparece, "la evolución típica es fiebre, cansancio, dolor de cabeza u hormigueo y dolor en la zona de la mordedura", explica el experto.
Tras estos primeros síntomas llegan otros como la ansiedad, la confusión, la dificultad para tragar o espasmos musculares. Finalmente, ocurre la parálisis, el coma y la muerte, en la mayoría de los casos: no existe tratamiento cuando aparecen los síntomas.
En cambio, si la exposición es reciente, existe un protocolo para prevenir la enfermedad, que consiste en lavar la herida concienzudamente con agua y jabón, aplicar un desinfectante y buscar una valoración médica urgente.
Si el riesgo es real, se procederá a la administración de inmunoglobulinas antirrábicas o una pauta vacunal.
Rivero-Juárez hace hincapié en que, aunque la vacunación antirrábica es obligatoria en perros, hay que seguir el protocolo en caso de no poder comprobarse con la cartilla de vacunación en caso de mordedura.
Respecto a la fauna salvaje, "la principal medida de prevención es no tocar murciélagos vivos o muertos y avisar a los servicios competentes en caso de que se encontrara un murciélago dentro de una casa".