Merinj Van de Laar, terapeuta del sueño en la Universidad de Maastricht

Merinj Van de Laar, terapeuta del sueño en la Universidad de Maastricht Raoul Limpens

Salud

Doctor Van de Laar, experto del sueño: "Dormirías mejor en España si tomases más carne, pescado, semillas y lácteos"

"Hay claras indicaciones de que una dieta rica en proteínas puede ayudar a dormir mejor", afirma el experto de la Universidad de Maastricht.

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P. Fava
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Los Hadza, una tribu de Tanzania que mantiene los mismos hábitos desde el paleolítico, ha revelado a los científicos que la forma 'natural' de dormir de los seres humanos tiene muy poco que ver con lo que creíamos. Aunque se acuestan al atardecer y se levantan con la primera luz, apenas duermen seis horas, y rara vez del tirón. Pero no sufren de insomnio.

Esta paradoja inspiró a Merijn Van de Laar, terapeuta del sueño con 18 años de experiencia y director adjunto del programa de Medicina Familiar en la Universidad de Maastricht, para escribir su primer libro, Cómo dormir como un cavernícola [VR Europa]. Partiendo de que la idea de descanso tiene una valoración tanto objetiva como subjetiva, el insomnio sería un mal más moderno de lo que creemos.

"El insomnio es muy común. El 20% de todas las poblaciones padecen insomnio ocasional, y casi el 10% sufre insomnio crónico". Entre sus víctimas se ha encontrado el propio Van de Laar. "Mi sueño inconstante se había convertido en una lucha. Me avergonzaba ser un terapeuta del insomnio que no pudiera dormir", confiesa en su obra.

La solución, sin embargo, vino de forma inesperada cuando su médico lo derivó al psicoterapeuta. Éste le dio el consejo opuesto al que los expertos en sueño -Van der Laar incluido- dan a sus pacientes: le instó a ver la televisión antes de dormir, puesto que en su caso le inducía a somnolencia. No solo fue el comienzo de su recuperación, sino que le convenció de que no todos los trastornos del sueño tienen una solución ortodoxa.

También le persuadió de la importancia de analizar en profundidad la evidencia científica que rodea a los múltiples consejos que proliferan para ayudar a conciliar el sueño. Por ello dedica un epígrafe a los mitos que rodean a la nutrición y el descanso, ya sean remedios tradicionales -el vaso de leche caliente con miel- a otros más modernos, como el de kiwi a la hora de la cena.

La buena noticia, explica Van de Laar, es que hay suficiente evidencia para relacionar una dieta rica en proteínas con una buena calidad de sueño subjetiva. En base a un análisis sistemático de 19 estudios, se determinó que aquellos que toman menos proteína sufren menos insomnio. Por el contrario, aquellos que toman más grasas y carbohidratos reportan un peor descanso nocturno.

"Hay señales de que dormirías mejor si tu dieta incluyera más proteínas", remarca el especialista. Hay estudios, no obstante, que vinculan la dieta proteínica con un sueño más corto. "Quienes duermen menos no necesariamente duermen peor", aclara el investigador. "En líneas generales, parece haber más evidencia sobre los beneficios de la proteína que sobre sus inconvenientes".

Tras abarcar los macronutrientes, Van de Laar pasa a valorar los alimentos individuales. Y aquí es donde la evidencia empieza a difuminarse, explica, porque los ensayos son pocos, se realizan con grupos pequeños y tienden a ser observacionales. Es difícil establecer relaciones causales sobre el consumo de determinadas bebidas y comidas, desarrolla, porque la calidad del sueño podría verse determinada por hábitos de vida que comparten las personas que siguen esta dieta.

"Un reciente análisis sistemático describió que la leche puede tener un efecto positivo en el sueño tanto objetivo como subjetivo", recoge. "Beber leche fermentada tiene un efecto positivo, aunque breve". Otro estudio descubrió efectos beneficiosos del consumo de plátanos sobre el sueño, pero el especialista lamenta que "no citara muchas referencias".

Este problema de conflicto de intereses o de evidencia débil se repite en otros casos. "En otro estudio, la calidad del sueño subjetivo mejoró después que dos individuos comieran dos kiwis antes de acostarse". Sin embargo, parte de la financiación del trabajo vino de la empresa Zespri. Otro ensayo demostró la eficacia del zumo de cereza, pero con una muestra pequeña: "los ocho adultos que lo consumieron durmieron de un tirón".

"El conocimiento sobre la nutrición y nuestros descansos está en pañales", valora, antes de detenerse en lo "extraño" del asunto. "Más investigación podría ser valiosa para fabricantes y consumidores". Todo sumado, sin embargo, Van der Laar puede hacer afirmaciones. "Hay claras indicaciones de que una dieta rica en proteínas -que incluyera el pescado, la carne, las semillas y los productos lácteos- puede ayudar a dormir mejor".

Por otra parte, la óptima proporción de carbohidratos "no queda clara", manifiesta, "debido a los diversos y contradictorios análisis científicos". La recomendación general es lo que dicta el sentido común. "No parece sabio comer antes de acostarse, pero si llegaras a hacerlo, evita las grasas".