Intervención de un cáncer de páncreas.

Intervención de un cáncer de páncreas. Vall D'Hebron

Salud

La imparable escalada de las muertes por cáncer de páncreas en España: "Nos asusta que esté aumentando en jóvenes"

Los fallecimientos se han incrementado un 83,6% en dos décadas debido a la falta de avances en el tratamiento y a que los diagnósticos suelen llegar tarde.

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"El problema del cáncer de páncreas es que 'no da la cara'", dice Carmen Guerra, investigadora de este tumor en el Grupo de Oncología Experimental del CNIO. "Y cuando la da, ya está bastante avanzado". Este comportamiento silente no solo se observa entre los pacientes de edades más avanzadas; sino que también se da en los más jóvenes, por lo que suele ser "igual de agresivo" en ambos grupos.

En España, no es uno de los cánceres con mayor incidencia (cada año se diagnostican alrededor de 10.000 casos). Pero sí que es —y cada vez más— uno de los más letales. En 2023, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), fallecieron 8.140 personas por un tumor maligno del páncreas.

Se trata de la cifra más alta de las últimas dos décadas. En este tiempo, las muertes por cáncer de páncreas han aumentado un 83,6%. El incremento se ha producido de una forma gradual, y ni siquiera durante los años de la pandemia se ha registrado un descenso.

Lo que también ha sucedido en este periodo es, como lamenta Guerra, que los tratamientos no han avanzado: "La terapia se está haciendo como hace 20 años". A diferencia de lo ocurrido en otros tumores, en el de páncreas la quimioterapia sigue siendo "la principal herramienta".

Alta probabilidad de recaída

Incluso en los pacientes a los que es posible realizarle la cirugía (el único tratamiento curativo que puede tener este cáncer) también se opta por la quimioterapia porque "la probabilidad de recaída es altísima", como apunta Carmen Guillén, jefa de Sección de Oncología Médica del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Otra de las razones por las que ha aumentado la mortalidad es el "constante incremento" que se ha observado en los últimos años en las tasas de incidencia, tanto en hombres como en mujeres. "La mortalidad va en paralelo a la incidencia", señala Guillén. Las causas de este aumento, sin embargo, aún se desconocen.

Lo que preocupa a los expertos es que "también está aumentando en población joven". "Es algo que nos asusta", advierte Guerra. En el laboratorio en el que trabaja esta investigadora, dirigido por Mariano Barbacid, han reactivado proyectos para "ver qué factores pueden dar lugar a este incremento".

Han vuelto a estudiar posibles causas como la dieta grasa, el consumo de alcohol o el efecto de la nicotina. Aunque hay hospitales que recientemente les han reportado casos de pacientes que presentaban estilos de vida saludables, por lo que "no se puede descartar" que se deban, por ejemplo, a agentes ajenos como, por ejemplo, la contaminación.

Estos casos se conocen como "esporádicos", puesto que no se deben a mutaciones genéticas, y representan cerca del 70% de los diagnósticos de cáncer de páncreas. Su riesgo aumenta, además de por la edad, por factores modificables como el tabaco, la obesidad y el alcohol. Guillén sospecha que estos hábitos han podido variar en los últimos años, causando un aumento de la incidencia.

Detección precoz, supervivencia baja

No se trata, como añade Guerra, de que se esté logrando una detección precoz, que en el caso del cáncer de páncreas resulta complicado. No sólo porque actualmente no hay técnicas de cribado, sino porque su sintomatología no suele dar señales de alerta; y cuando lo hace, el tumor ya está avanzado.

Y es que incluso en las fases iniciales de la enfermedad la supervivencia sigue siendo muy baja. "En el adenocardinoma ducal pancreático [el más común de este tipo de cáncer], la supervivencia a cinco años en estadios precoces se sitúa entre un 25% y un 30%", indica Guillén. Aunque la mayoría de los pacientes no se diagnostican con enfermedad precoz. En estos casos, la supervivencia a cinco años es menor del 10%.

Al no haber un número importante de largos superviventes y no contar con una muestra tumoral suficiente como para analizarla, resulta "más difícil" investigar acerca de este cáncer. Aun así, la investigación ha avanzado en comparación con hace 20 años, cuando "muy pocos" estudiaban sobre este tumor.

Para Guerra, un gran avance al que se ha llegado recientemente es el de los inhibidores dirigidos contra el oncogen KRAS, una mutación que está presente en el 95% de los tumores de páncreas. Aunque ya se han iniciado ensayos clínicos, cree que es probable que sólo con este tratamiento no sea eficaz y se tenga que combinar con otras dianas terapéuticas: "Es un cáncer tan agresivo que con un único fármaco no se va a poder curar".

La investigación salva vidas

El éxito de la inmunoterapia no está siendo tan elevado como el que se ha obtenido en otros tumores. Por el momento, sólo ha demostrado eficacia en casos muy concretos, como, por ejemplo, cuando se da la inestabilidad de microsatélites (una característica de las células cancerosas que se da en aproximadamente un 1% de los tumores de páncreas).

Lo que están haciendo algunos laboratorios, como el de Guerra, es intentar alterar el estroma (el tejido que rodea al tumor) para poder penetrar en las células tumorales. "Si eso ocurre, ya se podría empezar a combinar inmunoterapia con otras alternativas", apunta la investigadora del CNIO, quien ha conseguido una eficacia del 100% con "unos tratamientos muy específicos". En un estudio experimental, eso sí. Desconoce si el resultado será el mismo cuando se realice en un ensayo clínico.

Además de las investigaciones que buscan un tratamiento más eficaz, también son importantes aquellas que tratan de averiguar por qué es un tumor tan agresivo. Es el caso de un reciente estudio, con participación española, en el que han identificado un nuevo factor determinante que incide en esta característica.

"Puede ser un paso previo que nos lleve hacia una posible ventana terapéutica", valora Guillén. Guerra coincide con ella en que es positivo contar con una nueva diana, aunque va más allá de este hallazgo científico: "El conocimiento ayuda a la investigación. Y cuando se dice que la investigación cura es cierto. Sin conocimiento no tenemos herramientas para poder atacar a los tumores".