Una mujer se somete a una mamografía.

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Salud

Así ha cambiado la España con cáncer en el siglo XXI: más casos en mujeres pero mayor supervivencia

La tasa de incidencia en hombres ha bajado de forma continua en los últimos 20 años. En las mujeres sigue aumentando y supera los 440 casos.

4 febrero, 2024 02:50

En las casi dos décadas y media que llevamos del siglo XXI la incidencia del cáncer en España no ha hecho más que aumentar. Pero no se quede con esta, en principio, mala noticia: la realidad es que, en comparación con el aumento de la población, los tumores en hombres están disminuyendo.

En mujeres, eso sí, han aumentado, sobre todo por la devastadora irrupción del cáncer de pulmón. "Antes, no estaba ni entre los 10 primeros tumores en la mujer y desde hace unos años ocupa la tercera posición, tras los de mama y colon", explicaba esta semana Jaume Galcerán, presidente de la Red Española de Registros de Cáncer, durante la presentación del informe con las estimaciones anuales de casos en España.

Pese a este aumento en la incidencia del cáncer en mujeres, la supervivencia sigue siendo mayor en ellas que en ellos: 61,7% frente al 55,3%. Estas son solo algunas de las cifras de este conjunto de enfermedades en nuestro país. EL ESPAÑOL profundiza en ellas aprovechando la celebración, este domingo, del Día Mundial contra el Cáncer.

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Los datos de Redecan son una estimación basada en 14 registros provinciales y autonómicos del cáncer. Así, en hombres, para el año 2005 la incidencia se acercaba a 800 casos por cada 100.000 habitantes. En 2014 ya habían bajado a 731,9 casos y, diez años después, hasta los 679,2 nuevos diagnósticos de tumores por cada 100.000 personas: una reducción del 7,8% en una década.

En las mujeres, hace 20 años la incidencia se situaba por debajo de los 400 casos. En 2014 habían crecido hasta los 414,6 y este año se estima que serán 440,9 por cada 100.000 españoles. Un aumento del 6,3% en diez años.

El panorama en hombres y mujeres también ha cambiado en cuanto al tipo de tumores que son diagnosticados. En ellos sigue dominando el de próstata, pero si antes lo hacía claramente ahora lo hace en dura competencia con el de colon, recto y ano, que era el tercer tipo de cáncer en incidencia a principios de siglo.

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Los tumores de pulmón y vejiga están en las posiciones cuarta y quinta de los más diagnosticados, pero en ambos la incidencia ha ido disminuyendo con el paso de los años: ambos están ya por debajo de un caso por cada 1.000 personas.

En el caso de las mujeres sigue dominando el cáncer de mama, del que cada vez se diagnostican más casos. Los de colon, recto y ano ocupan la segunda posición y el cáncer de pulmón la tercera, sobrepasando a los tumores de cuello uterino.

Una mayor incidencia no implica necesariamente una mayor peligrosidad. El aumento de varios tumores está relacionado con la prevalencia de ciertos factores de riesgo como la obesidad, el alcohol o una dieta inadecuada, sí, pero también con el progresivo envejecimiento de la población –que ya no se muere de otras enfermedades– y un diagnóstico cada vez más precoz.

Más cáncer pero más supervivencia

Con todo, los expertos llaman la atención sobre el progresivo aumento del cáncer de pulmón en mujeres. En diez años, la tasa de incidencia ha crecido un 56,4%, de 23,4 casos por 100.000 habitantes a 36,6, el mayor crecimiento de cualquier tumor en ambos sexos. Este año, Redecan estima que se diagnostiquen un 12% más de casos en mujeres que en 2023.

A pesar de esta mala noticia, la supervivencia del cáncer ha aumentado en lo que va de siglo y también expresa diferencias entre sexos. El 52% de los hombres seguían vivos cinco años después del diagnóstico a inicios de siglo, porcentaje que creció hasta el 55,3% en el periodo 2008-2013, el último calculado.

Por grupos de edad, la supervivencia aumentó 5 puntos porcentuales en todas las franjas hasta los 75 años. Es a partir de esta edad cuando la supervivencia, en el periodo estudiado, ha disminuido ligeramente: de 42,4% al 41,4%.

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Dependiendo del tipo de tumor, los datos de supervivencia son muy distintos: del 90% en próstata y testículo y del 86% en tiroides. Por el contrario, en cáncer de páncreas es de un 7%, de un 12% en el de pulmón y un 13% en el de esófago.

El aumento de la supervivencia al cáncer en las mujeres ha sido algo menor que en los hombres: del 59,1% a inicios de siglo al 61,7% en 2013. En este caso, ha aumentado en todos los grupos de edad, especialmente entre los 15 y 44 años (del 80,5% al 84%) y entre los 65 y 74 (del 57,6% al 62,1%).

Los tumores con mayor índice de supervivencia en mujeres fueron los de tiroides (93%), melanoma cutáneo (89%) y mama (86%), mientras que los de páncreas (10%), hígado y esófago (16%) y de pulmón (18%) registran las peores cifras.

Las claves para aumentar la supervivencia

Durante la presentación de las cifras del cáncer en España, el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), César Rodríguez, apuntaba que el objetivo para 2030 es alcanzar una supervivencia global del 70%. "Es un objetivo muy difícil pero hay que ser ambiciosos".

Los especialistas en cáncer cuentan con varias herramientas para pelear por hacer realidad esta cifra. La primera de ellas, la prevención. Por eso, SEOM ha puesto en marcha una campaña para fomentar el ejercicio físico, puesto que puede reducir hasta un 30% el riesgo de muchos cánceres.

No solo reduce el riesgo de desarrollar un tumor invasivo sino que también mejora el pronóstico en las personas tratadas o que han pasado por un cáncer. "Quien tiene un tumor, con ejercicio físico mejora su pronóstico y su calidad de vida".

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La otra gran baza es la lucha contra los factores de riesgo. Un tercio de las muertes por cáncer en todo el mundo se deben a cinco de ellos: tabaco, obesidad, alcohol, dietas inadecuadas y sedentarismo.

A gran distancia, el tabaco es el más peligroso de ellos. En España, un 17% de la población sigue fumando a diario (el 20,2% de los hombres y el 13,9% de las mujeres), a lo que se añade la incógnita de los vapeadores.

"Sabemos que estos dispositivos sí generan sustancias carcinógenas", explicaba Rodríguez, "pero el tiempo que llevan en la población es corto y no conocemos todavía su impacto. Además, contienen compuestos que generan adicción. No sabemos cómo van a impactar pero está claro que hay un efecto perjudicial".

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El diagnóstico temprano es otro de los puntales de la estrategia. Un tumor detectado en sus primeras fases de desarrollo tiene un pronóstico mucho mejor que uno descubierto cuando se ha extendido a otras zonas del cuerpo.

A este respecto, Jaume Galcerán explicaba la utilidad de los cribados, sobre todo de los tres más establecidos: mama, colorrectal y cáncer ginecológico. Otros, como el de próstata y el de tiroides generan un riesgo de sobrediagnóstico (se diagnostican muchos tumores que posteriormente no van a jugar un papel importante en el estado de salud de la persona).

"Definir si hay que hacer un programa de cribado y con qué criterios es difícil", reconoce. "Se está pensando en cáncer de pulmón, pero todavía hay muchas dudas sobre cómo hacerlo, porque son dosis de radiación importantes –las personas candidatas se someten periódicamente a TAC– y se pueden encontrar imágenes dudosas".

Con todo, es probable que en el futuro, una vez ajustados los criterios para el cribado, esté disponible para la población fumadora.

Galcerán explicaba que el objetivo de supervivencia del 70% para 2030 es "casi una utopía, pero hay que ponerse metas importantes". Los nuevos tratamientos, como la inmunoterapia, están logrando supervivencias nunca vistas en algunos de los tumores de peor diagnóstico.