David Bisbal junto a su padre Pepe, en su documental.

David Bisbal junto a su padre Pepe, en su documental.

Salud Neurología

El drama del alzhéimer en boxeadores como el padre de Bisbal: así afectan los golpes en la cabeza

Los especialistas alertan de que la frecuencia con la que se producen los golpes está detrás del desarrollo de demencia en estos deportistas.

25 octubre, 2023 02:26

David Bisbal ha estrenado recientemente un documental sobre su carrera artística y su vida personal. La cinta ha dado de qué hablar por varios motivos y uno de los más destacados ha sido el emotivo momento que comparte con su padre Pepe, aquejado de alzhéimer. Su historia ha servido para dar aún más visibilidad a una de las enfermedades más incidentes en nuestro país y también para poner de manifiesto un factor que no todo el mundo conoce: la relación entre los golpes en la cabeza y la demencia. 

José Bisbal fue una figura importante del boxeo español. Su carrera se extendió durante 18 años y a sus espaldas acumula 49 victorias, 35 derrotas y nueve empates. La profesión ha traído la gloria a muchísimos deportistas como él, pero también entraña sus riesgos, como un mayor riesgo de desarrollar demencia.

"Antes se pensaba que sólo los traumatismos grandes como el de un accidente de coche podían desarrollar demencia, pero ahora se ha visto que los mini traumatismos, aunque sean muy pequeñitos, al final hace que aumente muchísimo el riesgo de demencia", desgrana Teresa Moreno, miembro de la Sociedad Española de Neurología.

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Hace unos años, la Comisión Lancet sobre prevención, intervención y atención de la demencia estableció 12 factores de riesgo modificables que podían "evitar o retrasar" el 40% de los casos de esta enfermedad. Estos eran: hipertensión, tabaquismo, depresión, falta de actividad física, aislamiento social, problemas de audición, obesidad, consumo excesivo de alcohol, diabetes, exposición prolongada a contaminación atmosférica, falta de educación y golpes en la cabeza.

La frecuencia importa

Como apunta la profesional, los golpes en la cabeza pueden ser de distintas intensidades y niveles. "No pasa nada, no ha sido muy fuerte", se suele pensar. Sin embargo, una investigación publicada hace apenas un mes confirmaba lo que muchos médicos sospechaban desde hacía tiempo: no es tanto la intensidad del impacto como la frecuencia.

Editada en la revista Science Translational Medicine, el estudio demostró en varios modelos con ratones que las lesiones cerebrales traumáticas repetidas no sólo promueven la patogénesis de tau, sino que facilita su transmisión y propagación patológica.

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Aunque a día de hoy se desconocen las causas del alzhéimer, la hipótesis que implica a dos proteínas llamadas beta-amiloide y tau es una de las que tiene más fuerza. Entre las principales funciones que tiene esta última en nuestro organismo están mantener la estructura microtubular (estructura intracelulares a través de las que se transmite información entre neuronas), participar en la formación de nuevas neuronas, regular las dinámicas de los mencionados microtúbulos y proteger contra la degeneración neuronal y muerte celular. 

En los cerebros con alzhéimer, la proteína tau se descontrola y da pie a la formación de una especie de ovillos que provocan un enmarañado y que la estructura de los microtúbulos se desestabilice. Por ende, hay un mal funcionamiento de las redes neuronales.

Se cree que la acumulación anormal de placas de beta amiloide es lo que fomenta la aparición y la diseminación de tau. Según la investigación de Science, los golpes en la cabeza tienen también mucho que decir en esto. "Los informes indican que las personas con lesiones cerebrales traumáticas repetidas, como los jugadores de fútbol y los boxeadores, tienen una mayor incidencia de desarrollar la patogénesis proteica relacionada con la enfermedad de Alzheimer", sentencia el trabajo.

Deportes de riesgo

Al hilo de lo expuesto, una investigación sueca, publicada esta vez en The Lancet Public Health, afirmaba que los jugadores de fútbol profesional tenían 1,5 veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa tipo alzhéimer u otras demencias. Los hilos iban por la línea de lo anterior: los golpes repetidos en la cabeza con el balón. "En los comités de muchos países se está estudiando prohibir a los niños rematar con la cabeza", comenta Moreno.

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En este caso, el documento también abarcaba otras demencias. Al parecer, el alzhéimer no es el único trastorno neurodegenerativo que pueden ocasionar los golpes repetidos en la cabeza. Ya en 2010, un estudio de The New England Journal of Medicine advertía que las lesiones cerebrales traumáticas ocasionadas en deportes de contacto o en la guerra podían provocar lesiones cerebrales similares a las que caracterizan la enfermedad de alzhéimer. 

El trabajo, además de observar los daños cerebrales de impactos repetidos, también apuntaba a las hemorragias y microhemorragias que se ocasionan y que pueden relacionarse con demencia vascular, aquella que se produce cuando los vasos sanguíneos del cerebro se dañan.

En lo que coinciden todas las investigaciones mencionadas es que se deben poner los medios necesarios para reducir el riesgo de desarrollar demencia, ya sea alzhéimer o de otro tipo. Actuar sobre los golpes en la cabeza se convierte aquí en cuestión prioritaria. No hay que olvidar que, según la SEN, sólo en nuestro país se diagnostican 400.000 nuevos casos de alzhéimer al año y que, en la actualidad, casi un millón de personas conviven ya con esta enfermedad.