Li-Huei Tsai, neurocientífica del MIT, en un laboratorio.

Li-Huei Tsai, neurocientífica del MIT, en un laboratorio.

Salud

El secreto de Li-Huei Tsai, neurocientífica del MIT, para que no pierdas la memoria con la edad

La investigadora asegura que la mejor forma para mantener las funciones cognitivas es ser disciplinado con la rutina.

1 abril, 2023 02:51

Olvidar las llaves del coche, el nombre de un familiar o tener pesadillas de forma habitual. Son pequeños detalles a los que no le damos importancia cuando suceden, pese a que en algunos casos representan síntomas que anuncian que podrías sufrir demencia dentro de unos años. Para evitar este deterioro cognitivo, los neurocientíficos recomiendan realizar ejercicio físico diario, tener una vida social activa y llevar una alimentación saludable.

Tal vez a algunas personas dichas recomendaciones les resulten ya de sobra conocidas. Una cuestión bien distinta es que no lleguemos a ponerlas en prácticas por falta de disciplina. En esta palabra, que puede sonar un tanto antigua, se encuentra la clave para evitar la pérdida de memoria con la edad, según la neurocientífica y profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) Li-Huei Tsai.

La experta en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer y directora del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria ha confesado en una entrevista al medio Business Insider que, en realidad, no existe ningún secreto para mantener las funciones cognitivas conforme avanza la edad.

[Este es el sencillo hábito diario que evita la pérdida de memoria con la edad según los investigadores]

"Creo que la gente sabe lo que debe hacer para tener un buen estado de salud y conservar la memoria", asegura Tsai. La neurocientífica entiende que los consejos habituales que ofrecen los expertos (los ya mencionados ejercicio físico, actividad social e intelectual y dieta sana) son importantes. Aunque lo difícil es conseguir que estos hábitos perduren en el tiempo. "La única forma de hacerlo es manteniendo una rutina".

Estilo de vida saludable

Las palabras de Tsai coinciden con un reciente estudio, que ha sido publicado en la revista The BMJ, en el que se ha realizado un seguimiento a casi 30.000 personas en China durante 10 años. El trabajo reveló que aquellos individuos que llevaban un estilo de vida saludable tenían una pérdida de la memoria más lenta que aquellos que no lo hacían.

Los investigadores de esta publicación analizaron precisamente algunos de los factores que Tsai incluye como importantes para evitar el deterioro cognitivo: una dieta sana, ejercicio regular, un contacto social habitual y no fumar ni beber alcohol.

Esta neurocientífica defiende que hay que ser disciplinado en este sentido, incluso cuando las circunstancias no sean favorables. Así, reconoce que aunque hacer ejercicio en invierno sea una actividad "dolorosa" puesto que en algunas zonas se ven temperaturas bajo cero y en otras la nieve se acumula en el suelo, debemos ser lo suficientemente disciplinados como para llevar a cabo esta actividad.

Más allá de las medidas de prevención, también existen innovadores métodos para evitar el desarrollo de enfermedades como el alzhéimer, que es la causa de demencia más frecuente en España. Unas 800.000 personas se ven afectadas en nuestro país por esta enfermedad neurodegenerativa, según las últimas estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Uno de los últimos tratamientos se basa precisamente en las investigaciones de Li-Huei Tsai. Ésta ha creado la empresa Cognito Therapeutics, junto con el profesor de neurotecnología del MIT Ed Boyden. Ambos han desarrollado una tecnología que podría ralentizar la atrofia de la sustancia blanca del cerebro.

Se trata de unos auriculares que expuestos a una luz emitida a una frecuencia específica presentaron una mejora —en ratones, eso sí— de la memoria y una menor cantidad de amiloide en el cerebro.

Tsia explicó en una charla TED que este dispositivo afectó a importantes zonas del cerebro de los animales. "El efecto llega a partes clave del cerebro, como el córtex prefrontal, donde planificamos y razonamos, y el hipocampo, donde creamos los recuerdos".

El descubrimiento en ratones lo publicaron en la revista Nature en 2016. Actualmente, la compañía ha anunciado que ha recaudado casi 70 millones de euros con los que probarán la eficacia del dispositivo en unas 500 personas afectadas con alzhéimer en su fase inicial o intermedia.

"Hay una necesidad urgente de desarrollar nuevas terapias que retrasen con seguridad la aparición y progresión de estas enfermedades neurodegenerativas", declaró el director general de Cognito, Brent Vaughan, en declaraciones a Business Insider.

Ejercicio sin evidencia científica

Otros de los estudios que se han publicado recientemente acerca del deterioro cognitivo ha sido elaborado por científicos de la Universidad de Granada (UGR). Aunque en este trabajo han concluido justo lo contrario a lo que vienen recomendado las investigaciones realizadas hasta la fecha.

Este trabajo, que se ha publicado en la revista Nature Human Behaviour, concluye que hacer ejercicio de manera regular no tiene tantos beneficios a nivel cognitivo como se pensaba. O al menos, advierten de que la evidencia científica revela que el efecto resulta insignificante.

Para llegar a esta conclusión, los autores revisaron 24 metaanálisis. De estos, se centraron en 109 estudios controlados por aleatorización, que suelen utilizarse para determinar relaciones causales, abarcando 11.266 participantes sanos y de todas las edades.

Los resultados mostraron que los efectos positivos originales, pequeños y estadísticamente significativos, del ejercicio físico sobre la cognición, desaparecían en todas las edades y funciones cognitivas. Conscientes del mensaje implícito que puede transmitir este estudio, los autores subrayan que sus hallazgos no sugieren que el ejercicio físico no pueda tener efectos positivos en el funcionamiento cognitivo en absoluto, ni que pueda ser perjudicial para la cognición.

Los investigadores sí que aseguran que en la mayoría de los metaanálisis se basan en mensajes exagerados y con importantes deficiencias metodológicas, como por ejemplo, la baja potencia estadística o la falta de solapamiento en las fuentes de evidencia. Por tanto, sus resultados no representan necesariamente el efecto real de la evidencia acumulada a lo largo del tiempo.