Una sanitaria atiende a un paciente en el hospital de campaña del Caritas Medical Centre de Hong Kong.

Una sanitaria atiende a un paciente en el hospital de campaña del Caritas Medical Centre de Hong Kong. Jerome Favre EFE

Salud Covid-19

Hong Kong, de 'milagro' contra la Covid a infierno por ómicron: su ola más mortal en pleno 2022

El territorio se enfrenta ahora al confinamiento, el colapso hospitalario y una tasa de mortalidad que Europa no experimenta desde 2020.

4 marzo, 2022 03:23

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Cuando Europa, con España en primera fila, acelera la desescalada en las medidas de control de la Covid-19 sin tan siquiera esperar a alcanzar una incidencia de bajo riesgo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) vuelve a lanzar una advertencia. "Nos encantaría decir que la pandemia ha llegado a su fin", valoraba Maria Van Kerkhove, epidemióloga jefe. "Pero asistimos a niveles altísimos de transmisión de ómicron, que ha sustituido a delta". Es la realidad de Hong Kong, donde la 'variante leve' está provocando, dos años después del inicio de la pandemia, una crisis sanitaria y social solo comparable a la de la primavera de 2020 en el resto del mundo.

El caso del territorio autónomo chino demuestra una vez más la capacidad del coronavirus SARS-CoV-2 para cambiar las reglas de juego con sus incesantes mutaciones. Hasta la fecha, la estrategía 'cero Covid' de Hong Kong había sido de las más férreas del mundo, más estricta aún que la impuesta por la súperpotencia al otro lado de su frontera terrestre, China. Los contactos de un positivo han tenido que mantener confinamientos de tres semanas, sin atender al impacto económico. Para diciembre de 2021, una población de 7,5 millones de personas solo había registrado 12.610 casos confirmados y 213 muertos.

Esa excelente estadística estaba a punto de saltar por los aires. A primeros de marzo, el territorio notifica 56.827 casos positivos y 144 muertes en tan solo 24 horas. La Universidad de Hong Kong calcula que 1,7 millones de habitantes se han contagiado de Covid-19 desde fin de año, y prevén alcanzar tasas de 180.000 infecciones diarias la semana que viene. Las autoridades han impuesto una prueba de antígenos general que provoca un éxodo masivo, ya que los positivos irán a centros de internamiento. Hay fuertes multas por reuniones de más de dos personas. En un tuit viral, un ucraniano residenta bromea con que hay menos desabastecimiento ahora mismo en los supermercados de Kiev.

¿Cómo se ha llegado hasta este punto? La complacencia no deja de ser comprensible: en España, la ministra de Sanidad Carolina Darias daba la circulación de la Covid por "controlada" dos semanas antes de que Sudáfrica anunciase al mundo la detección de la nueva variante. Tampoco se les puede acusar de dormirse en los laureles: ha alcanzado un porcentaje de vacunados del 84%. Sin embargo, el desglose por franjas de edad revela un dato difícil de entender desde nuestra perspectiva: si en España el 91% de los mayores de 12 años cuenta con la pauta de vacunación completa, y un 80% de los mayores de 40 ha recibido la dosis de refuerzo, ni la mitad de los ancianos de Hong Kong estaba vacunado cuando llegó ómicron. 

El caso de Hong Kong sirve de triste recordatorio al mundo: por mucho que la infectividad de ómicron redujera la eficacia de las vacunas, sin la inmunización que proporcionan -y muy especialmente sin la dosis de refuerzo-, la tasa de mortalidad de la 'sexta ola' hubiera sido de las más graves. ¿Por qué el territorio no protegió primero a sus mayores, vacunando por estricto orden de edad como aquí? The New York Times trató de encontrar una respuesta, y concluyó que había cundido el temor a los efectos secundarios. Cuando las autoridades les urgieron a vacunarse, la mayoría ha optado por CoronaVac de la empresa china Sinovac, recelosos de las 'occidentales' Pfizer-BioNTech y Moderna.

La tecnología vacunal en la que se basa CoronaVac es el virus inactivado, más tradicional, en lugar del vanguardista ARN mensajero que emplean las otras dos. Esto, de nuevo, ha podido dejar abierto el flanco a la nueva variante: los países del cono sur que basaron su estrategia en una inoculación masiva de la vacuna china vieron que la protección otorgada era insuficiente para frenar los contagios, incluso frente a la menor infectividad de delta. A día de hoy, Hong Kong registra 17 muertes por millón de habitantes, una proporción que se acerca al récord que batió España en marzo de 2020.

Vista del hospital de emergencia construido en la zona portuaria de Hong Kong.

Vista del hospital de emergencia construido en la zona portuaria de Hong Kong. Jerome Favre EFE

El aspecto más dramático es que no hay solución a corto plazo: hospitales enteros han sido reservados para casos Covid mientras que se ocupa el escaso terreno de la península todavía libre para montar hospitales de campaña. Aunque la tasa de vacunación entre los mayores aumente, "ya es tarde", lamentan los epidemiólogos. El infierno de una primera ola de Covid sin la preparación ni medios necesarios se va a repetir dos años después, cuando gran parte del mundo esperaba pasar página. Y supone una terrible advertencia para la vecina China, que sigue confiando en mantener a sus 1.400 millones de habitantes a salvo con una estrategia 'cero Covid'.