La app Radar Covid.

La app Radar Covid.

Salud

El fiasco de Radar Covid: la app "para salvar vidas" que sólo notifica el 1,6% de los casos en España

Desde su puesta en marcha en agosto de 2020, sólo se han registrado 83.297 casos de un total de 4,9 millones en el mismo período.

27 diciembre, 2021 06:04

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La explosión de contagios de covid de las últimas semanas ha puesto contra las cuerdas a la primera línea asistencial y los rastreadores no dan abasto. España bate récords con picos de hasta 60.000 contagios diarios. La burbuja de casos sospechosos crece exponencialmente y, mientras, aplicaciones como Radar Covid, una herramienta que nació para aliviar este tipo de situaciones, fracasan estrepitosamente.

Si hay algo que todos -o, al menos, la gran mayoría- llevamos allá donde vamos es el teléfono móvil. No es de extrañar, entonces, que con la llegada de una pandemia mundial, con un virus descontrolado, se pensara en una manera rápida y directa de comunicar los contagios.

Cuando comenzó la pandemia, el Gobierno planteó la puesta en marcha de una aplicación nacional de rastreos para suplir la carencia de rastreadores. Sobre todo tras el confinamiento estricto y la desescalada del verano de 2020. No fue hasta el mes de agosto de ese año cuando la app, impulsada por la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (SEDIA), comenzó a funcionar.

Ese mismo mes, el presidente Pedro Sánchez compareció en rueda de prensa para mandar el siguiente mensaje: "La tecnología también puede salvar vidas si se emplea para enfrentar un desafío como el que tenemos por delante. Por eso, hemos impulsado la aplicación Radar Covid".

Si dos personas, con la aplicación instalada y operativa, se encuentran un mínimo de 15 minutos a menos de dos metros de distancia, sus móviles -a través del Bluetooth-, recuerdan el código anónimo del otro. De esta forma, si a los días uno de ellos da positivo, la aplicación manda una señal de alerta a la persona o personas con las que tuvo un contacto estrecho. O, al menos, esa era la idea.

Los primeros en probar esta herramienta de rastreo en fase piloto fueron los ciudadanos de la isla canaria de La Gomera. La aplicación resultó ser un éxito: consiguió rastrear una media de 6,4 contactos estrechos de riesgo por positivo simulado confirmado. Estas cifras doblaban la eficacia en aquel momento de los rastreadores manuales, que en Canarias detectaban una media de unos 3,5 contactos.

Entre el mes de agosto y octubre, las comunidades autónomas fueron integrando la aplicación en sus sistemas. Desde entonces y hasta el 19 de diciembre de este año (fecha de la última actualización), a través de la app se han notificado en España un total de 83.297 casos de un total de 4,9 millones de casos en el mismo período. La cifra se diluye así entre el aluvión de contagios que ha vivido nuestro país durante las tres olas en las que la app estaba activa, con picos de más de 36.000 casos en un día, o de casi 50.000 como está ocurriendo estos días.

De acuerdo a las estadísticas de Radar Covid, hasta ahora, sólo la han descargado 8,1 millones de personas mayores de 14 años, es decir, tan sólo la tiene en su teléfono un 20% de la población. De ellas, en la última semana se han notificado 3.163 casos positivos a través de la aplicación. Y este es el fracaso: estos contagios sólo suponen un 1,6% de los 195.239 nuevos casos de coronavirus notificados por los servicios sanitarios en los siete días anteriores al 19 de diciembre (la fecha de actualización de las estadísticas de Radar Covid).

¿Por qué puede estar fallando?

La aplicación no ha tenido una gran inversión. En agosto de 2020, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la formalización de un contrato con Indra para el diseño, desarrollo, piloto y evaluación de Radar Covid por un valor de 273.171,50 euros (sin IVA). En diciembre de ese mismo año, el Gobierno publicaba una segunda adjudicación por dos años a Indra por el mantenimiento, soporte y evolución de la aplicación por 1,4 millones de euros. Ambos tramitados de urgencia. 

En total 1,7 millones de euros para una aplicación que, hasta ahora, cuenta con una penetración ínfima. Aunque la idea era buena, funcionan sólo en unos términos de influencia en la población mucho mayores. Según un estudio de la Universidad de Oxford, sería suficiente con que un 60% la tuviera instalada y operativa y que, al menos, un 25% la utilizara correctamente. Con ello, aseguran, se conseguiría reducir el impacto de la Covid-19 en un territorio.

De hecho, en un estudio publicado por Nature en relación al proyecto piloto llevado a cabo en la isla canaria de La Gomera, y desde un punto de vista conservador, se calculaba que tan sólo se descargaron la aplicación un 33% de los habitantes de la isla. Y, sin embargo, la aplicación se calificó de éxito.

"Ha dejado de funcionar en mi móvil"; "aplicación inútil total"; "hay muchos problemas para conseguir que te den un código para meterlo en la aplicación". Son algunos de los comentarios -muchos de ellos de este mismo mes- que dejan los usuarios en las plataformas desde las que se puede descargar la aplicación del Ministerio de Asuntos Económicos y Transferencia Digital.

Las descargas de la aplicación se dispararon durante los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021, con más de 1,3 millones en estos dos meses. Después, el interés por esta herramienta se hundió hasta el punto de que sólo registraban unas 100.000 descargas mensuales.

Lo llamativo, y lo que puede denotar un cierto interés de la ciudadanía por la utilización de la aplicación es que justo en los meses en los que se atravesaba por una ola de contagios, se registraba un repunte en las descargas de la aplicación. En agosto de este año, por ejemplo, se duplicaron en comparación con la media de los cinco meses anteriores.

El fracaso puede asentarse en varios motivos. Algunos expertos que han analizado este asunto aducen a una falta de campañas de concienciación sobre esta app, para que la población comprenda hasta qué punto pueden recibir un beneficio comunicando su positivo con esta herramienta. Sin embargo, los datos reflejan que fueron millones de personas las que se la descargaron, aún cuando todavía no se había puesto en marcha y era sólo un proyecto piloto en La Gomera. 

No obstante, desde su puesta a punto, los usuarios se han quejado de fallos en su funcionamiento y las comunidades autónomas, aunque incorporadas al sistema, no apuestan por su utilización o emprenden la puesta en marcha de aplicaciones propias. Es el caso de Galicia, que cuenta con PassCOVID; Castilla-La Mancha, que impulsó Ocio Responsable, o Cataluña, donde hasta hace unos dos meses funcionaba STOP COVID19.

Por comunidades, donde más acogida ha tenido Radar Covid desde que se puso en funcionamiento ha sido en Asturias (donde se han notificado un 7,2% de positivos), País Vasco (4,3%) y Castilla y León (4,1%). Ceuta, sin embargo, no ha registrado ni un sólo caso en la app; Melilla, uno, y otras comunidades como Comunidad Valenciana, Extremadura, Canarias o Andalucía, un 0,1%.

No obstante, España no es el único país donde este tipo de apps han fracasado. Otros países como Francia tampoco han conseguido una alta penetración de esta herramienta en su población. Detrás de este fiasco se encuentran motivos como el simple desconocimiento de la herramienta, fallos en su operabilidad y, en algunos casos, miedo a un seguimiento y control gubernamental.

Por el momento, y según las estadísticas, no parece que en España se vaya a intensificar la utilización de la app de cara a los próximos meses. Y, sin embargo, mientras tanto, suben los contagios a un ritmo totalmente acelerado por la incidencia de la variante ómicron y comunidades como Canarias, Cantabria, Asturias, Aragón, Baleares y Navarra solicitan al Ministerio de Defensa más rastreadores militares para controlar el aumento disparado de casos.