Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil en la puerta del laboratorio IRTA-CReSA en Bellatera (Barcelona).

Los Mossos d'Esquadra y la Guardia Civil en la puerta del laboratorio IRTA-CReSA en Bellatera (Barcelona). EFE/ Quique García

Ciencia

El misterio del virus de la peste porcina de Bellaterra: ni salió del laboratorio ni es ninguno de los 800 conocidos

Los hallazgos aún no son concluyentes, pero refuerzan la hipótesis de que el virus llegara a España a través de comida contaminada.

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Las claves

El brote de peste porcina africana en Bellaterra ha causado la muerte de 29 jabalíes y se ha descartado que el virus saliera del laboratorio cercano.

El análisis genético revela que la variante hallada no coincide con ninguna de las 800 cepas conocidas en Europa, mostrando mutaciones desarrolladas durante años.

La nueva variante parece menos virulenta que otras, lo que podría aumentar el tiempo que los animales portan el virus y, así, su capacidad de contagio.

Se baraja como principal hipótesis que el virus llegó a través de comida contaminada, aunque el origen exacto podría no llegar a conocerse nunca.

La peste porcina africana ha matado ya 29 jabalíes desde que se declaró el brote en Bellaterra (Barcelona) y le quitó a España la etiqueta de país libre de la enfermedad. Desde que llegara a la península la última semana de noviembre, las hipótesis han ido variando y no se conoce aún el origen.

Parece que así va a seguir siendo, sobre todo, teniendo en cuenta que este martes se ha descartado la posibilidad de que el virus saliera del laboratorio del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CReSA) situado muy cerca de la zona cero.

Así lo afirman las primeras conclusiones de la investigación encargada por el gobierno de Cataluña para esclarecer el asunto y ver si el origen podía estar ahí o no.

El análisis de ADN del virus muestra una variante con más mutaciones que la cepa con la que trabajan en este laboratorio. Unas mutaciones que, por lo que han visto los investigadores, han tardado años en desarrollarse, no solo unos días.

Es más, el patógeno de los jabalíes infectados no coincide con ninguna de las 800 cepas registradas en las bases de datos europeas. Toni Gabaldón, encargado de hacer la secuenciación y experto del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, ha asegurado que este virus "corresponde a una nueva variante no registrada".

La investigación también ha mostrado que esta cepa es muy parecida a la que llegó a Georgia procedente del sureste de África en 2007 y que inició la crisis actual en la ganadería porcina de media Europa,.

Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología y director del Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra, explica a EL ESPAÑOL que no es un resultado tan sorprendente. Uno de los problemas con este virus es que es muy complicado analizar su genoma y, en realidad, hay pocas secuencias de él en las bases de datos.

Esto se debe a que no hay mucha gente que trabaje con este patógeno. Por las medidas de seguridad que requiere, solo se puede trabajar con él en laboratorios de alta seguridad, como el de Barcelona, desgrana el experto.

"Esto quiere decir que probablemente en Europa están circulando variantes de este virus que desconocemos, que no se han aislado y no se han secuenciado", agrega.

Los conocidos ayer son los primeros hallazgos, pero no son aún concluyentes. Todavía están a la espera de los resultados del Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete-Madrid, el de referencia de este virus, para confirmar estas conclusiones.

La secretaria general del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de Cataluña, Cristina Massot, ha explicado que de las 19 muestras ofrecidas por el laboratorio "han secuenciado 17", pero las dos restantes son "muestras congeladas de hace 5 años" que no están utilizando.

Cambios en la epidemiología

Christian Gortázar, catedrático de Sanidad Animal en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) cuenta que ahora que se ha identificado una nueva variante, se debe prestar atención a su patogenicidad y transmisibilidad (sus capacidades para provocar la enfermedad y transmitirse).

Por lo que se ha podido observar en estas semanas, produce una mortalidad menor de la esperada, si nos basamos en otros brotes de Europa. Esto significa que podemos estar ante una versión más atenuada del virus, dice Gortázar.

Toni Gabaldón ha explicado que las diversas mutaciones del virus en esta variante le han llevado a la pérdida de una parte importante del genoma que lo hace menos virulento y, en consecuencia, "menos mortífero".

Sin embargo, el catedrático del IREC no cree que una menor mortalidad sea necesariamente una buena noticia. Cuando la enfermedad aparece entre jabalíes salvajes, el protocolo es "dejar tranquilos" a los animales en la zona delimitada porque se supone que la patología acabará con ellos en un periodo de tiempo relativamente corto.

Si estamos ante una variante menos letal, puede que ese protocolo necesite algunos cambios. Si los individuos contagiados no mueren, o tardan más en hacerlo, eso significa que portarán el virus durante más tiempo, aumentando las posibilidades de contagio a otros ejemplares.

Las hipótesis que quedan

Una vez descartada, a priori, la hipótesis de la fuga del laboratorio como origen del brote, coge fuerza la primera conjetura de que el virus llegara a los jabalíes de Barcelona a través de comida contaminada. La famosa "hipótesis del bocadillo", como la llama López-Goñí, catedrático de Microbiología.

El experto recuerda que todas las olas de esta patología que ha sufrido Europa han estado originadas por alimentos contaminados que los cerdos acaban ingiriendo. Señala también a la zona este del continente como posible origen de este brote. "Probablemente, ahí estén circulando cepas que no conocemos todavía".

López-Goñí cree que podrían haber llegado desde ahí hasta España a través de esa comida contaminada, por el transporte de mercancías o personas o gracias a ambos. El virus de la peste porcina es muy resistente en el ambiente, por lo que puede haber cruzado Europa gracias a la combinación de estos factores y haber acabado en la península.

Por su parte, Gortázar, sostiene que el hecho de que la variante no coincida con ninguna conocida en Europa puede indicar un origen "natural o artificial".

En el primer caso, el propio virus puede haber evolucionado en alguna zona fuera de Europa, donde se hagan pocas secuenciaciones y no se comparta esa información. En el segundo caso, plantea la posibilidad de que se haya manipulado desde un laboratorio la variante que llegó a Georgia en 2007.

A pesar de las teorías, el catedrático en sanidad animal recuerda que cinco años después se sigue sin conocer el origen del SARS-CoV-2, causante de la crisis de coronavirus en 2020. "Me temo que en este caso va a pasar algo muy parecido. Probablemente, nunca tengamos una respuesta certera y segura de dónde ha salido este brote".