Ignacio López Goñi, en el laboratorio donde trabaja.

Ignacio López Goñi, en el laboratorio donde trabaja. Javier Bergasa Cedida

Ciencia

Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología: "Tomar un probiótico estando sano no tiene grandes beneficios"

"Parece que estamos en la Edad de Oro de la microbiota, pero es la de Piedra" / "Hay un sobrediagnóstico de SIBO y parece que se debe a las redes sociales" / "Mejorar la microbiota de un adulto es más difícil de lo que pensábamos"

Más información: Golpe a la depresión: identifican 13 bacterias intestinales relacionadas con el trastorno mental

Publicada

Sabíamos desde hace mucho tiempo que en nuestro intestino viven ciertos microbios beneficiosos, pero ahora estamos descubriendo su potencial. "Pensábamos que no hacían nada, que simplemente no ayudaban a hacer la digestión".

Sin embargo, "ahora sabemos que están conectados con el resto del organismo", explica el catedrático de Microbiología y director del Museo de Ciencias de la Universidad de Navarra, Ignacio López-Goñi. Este microbiólogo presenta ahora un nuevo libro.

Microbiota y salud mental (La esfera de los libros, 2025) es un manual para entender mejor los microorganismos, de los que tanto se habla ahora mismo, que modifican nuestro cuerpo y mente. "Somos un equilibrio y cuando se rompe, llega la enfermedad".

Estos seres, abundantes y microscópicos, parecen estar implicados en más enfermedades y procesos de nuestro cuerpo de lo que habíamos imaginado. Y lo que sucede en nuestra mente no se libra. Estamos a las puertas de un cambio impresionante.

"Secuenciar el genoma hace 20 años parecía ciencia ficción y ahora se usa para personalizar los tratamientos para el cáncer. Sueño con que en menos de 50 años se secuencie también la microbiota y ayude a mejorar los tratamientos", cuenta.

Ahora se habla mucho de microbiota, ¿le preocupa la manera en la que se hace?

No sólo se habla mucho de ella en redes sociales, también hay muchísimos estudios científicos a día de hoy sobre la microbiota. El problema es que tenemos la sensación de que vivimos una Edad de Oro de la microbiota, y estamos en la Edad de Piedra.

Nos falta muchísimo conocimiento, aunque ahora estamos aprendiendo un montón. Trasladar lo que sabemos de momento a casos de personas es complicado, hacen falta muchos más estudios. Pero el futuro es apasionante.

¿Se están dando consejos para cuidar la microbiota sin saber mucho sobre cómo funciona?

Sí. A veces veo en redes o en prensa que alguien dice "comer tres sardinas es bueno para tu microbiota" o "comer garbanzos también". Bueno, ¿cuál es la conclusión que saco? Que tu salud depende de tu microbiota y tu microbiota de tu salud.

Y, al final, lo mejor para ella es lo mejor para ti. Es decir, una dieta mediterránea: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, carne y pescados blancos, poco alcohol, poco azúcar…

Llamarle flora intestinal a la microbiota está anticuado…

No me llames flora, llámame microbiota. Algo así diría ahora Lola Flores. Los microbios no son flores, hace 100 años se pensaba que tenían más que ver con una planta, pero ya no. Tampoco hay que decir microbioma, que es un concepto de Ecología.

Pero bueno, si alguien le quiere seguir llamando flora no me voy a enfadar (ríe).

Todavía no se sabe cuál es la microbiota buena, la recomendable.

Es que varía mucho de una persona a otra. Se calcula que aproximadamente el 70% de esa composición microbiana es individual. Y, además, la microbiota cambia con la edad, con el estilo de vida, con la toma de medicamentos… Es difícil sacarle una 'foto fija'.

También sucede que muchas combinaciones diferentes de microbios pueden ser saludables, no sólo hay una a la que aspirar. Al final, es muy difícil definir qué es una microbiota saludable.

Lo que sí sabemos es que hay bacterias que producen sustancias inflamatorias y bacterias que producen componentes beneficiosos. Podríamos decir que una microbiota sana es aquella que es abundante y diversa.

¿No hay análisis fiables todavía?

Muchos tests de microbiota que se venden son como el fotograma de una película, miran cómo está en un momento. Pero a nosotros nos interesa ver la película porque puede cambiar mucho. Ahora se hace con muestras de heces.

Y, claro, en esas muestras ves lo que ha pasado al final de nueve metros de intestino, pero queremos saber qué ha pasado en el camino. Además, analizan, sobre todo, bacterias, pero la microbiota también tiene virus, hongos, arqueas…

Conozco personas que se han hecho un test y le han dado un documento de 25 páginas que no saben interpretar. Son cuestionables y no hay protocolos claros para interpretarlos.

En el libro dices que hay un sobrediagnóstico de SIBO.

Sí, lo hay. Probablemente esté movido por las redes sociales. Ahora muchas personas que de repente sienten hinchazón piensan "ay, pues tendré SIBO". Significa "sobrecrecimiento de bacterias en el intestino delgado". Es decir, que las bacterias fermentan donde no toca.

Los síntomas son hinchazón, dolor estomacal, diarreas frecuentes… pero lo interesante es ver cuál es la causa de esos síntomas. Los tests de SIBO, además, pueden ahora mismo dar falsos positivos. Es decir, que luego no lo tengas.

También señalas la importancia que tiene el parto por vía vaginal y la lactancia con leche materna en las primeras etapas de la vida para la microbiota. Pero no siempre es posible aportarlos…

Claro, yo hablo desde el punto de vista de la microbiota. La manera de tener un bebé y alimentarlo está influida por decisiones médicas y también culturales. Ahora bien, sabemos que el tipo de parto cambia la composición de la microbiota.

Un bebé nacido por parto vaginal, tiene una microbiota más parecida a la vagina de la madre, es más natural. Y ahora sabemos que la leche materna está cargada de bacterias para colonizar el intestino del bebé y oligosacáridos para alimentarlas.

La leche materna es, sin duda, el mejor probiótico y prebiótico, no hay leche de fórmula igual. Y la microbiota puede influenciar la salud del niño en los primeros años, en animales se ha visto que también contribuye a favorecer el desarrollo cerebral.

¿Cómo puede una bacteria llegar a comunicarse con el cerebro?

A ciencia cierta, no lo sabemos. Pero sí hemos visto que las personas con ansiedad, depresión, autismo y otras condiciones tienen una microbiota diferente. Hay hipótesis de cómo las bacterias llegan a determinar la salud mental.

La primera es que al estar dañada la microbiota, el intestino se vuelva más permeable y lo atraviesen bacterias inflamatorias que producen inflamaciones del sistema nervioso. También podría producirse la comunicación a través del nervio vago.

La tercera hipótesis consiste en que el intestino esté produciendo metabolitos, ya sabemos que neurotransmisores como la serotonina se producen en gran medida en el intestino. O también a través de hormonas.

La depresión ahora mismo está en máximos históricos y las demencias serán un reto en la España del futuro, ¿podría estar la clave en la microbiota?

La microbiota no va a sustituir las terapias, será complementaria. Es decir, cuidar la microbiota probablemente no cure la enfermedad, pero sí que puede hacer que los tratamientos funcionen mejor. Podremos preparar mejor el organismo para un tratamiento.

¿Y podemos modificar la microbiota?

En adultos, parece más complicado de lo que se pensaba. Lo mejor es hacerlo a través de la alimentación: dieta mediterránea y evitar alimentos que sabemos que son inflamatorios, tomar probióticos y prebióticos.

Probióticos hay muchos, pero tendríamos que saber qué tipo de microbios llevan, si llegan realmente al intestino y lo colonicen… es todo un mundo. Lo que dicen los estudios es que podrían tener efecto en algunas personas.

En cualquier caso, los probióticos y los prebióticos son el futuro. Pero se harán de manera personalizados: a cada uno nos darán el cóctel de microbios adaptados que necesitemos.

De momento, ¿nos vale con un yogur natural de postre?

Bueno, por tomar un yogur o un kéfir no vas a ser más feliz, pero bueno, son probióticos que pueden colaborar y tener un efecto beneficioso en las defensas, repoblar la microbiota… Un probiótico para una persona sana no va a tener beneficios.

Sería un ingrediente más de tu dieta. Yo lo que haría sería tener una dieta rica en vegetales con aceite de oliva y, de vez en cuando, tomar un yogur o un kéfir. Pero nunca dejaría de tomar una fruta por tomar un yogur.