El psicólogo Daniel Kahneman junto a la reunión entre la comisión de fiestas de Villamanín y los vecinos premiados con el Gordo.

El psicólogo Daniel Kahneman junto a la reunión entre la comisión de fiestas de Villamanín y los vecinos premiados con el Gordo.

Ciencia

Kahneman, psicólogo y Nobel, explica el dilema de Villamanín: por qué algunos prefieren perder el Gordo a compartir

Su teoría de las perspectivas afirma que cuando existe incertidumbre con respecto a los resultados se tiende a optar por las recompensas seguras.

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Pablo García Santos
Publicada

Las claves

El pueblo leonés de Villamanín enfrenta un conflicto tras descubrir que se vendieron más participaciones del Gordo de Navidad de las que realmente jugaban.

La comisión de fiestas propuso descontar un 10% del premio para que todos pudieran cobrar, evitando así posibles denuncias.

La teoría de la perspectiva de Kahneman explica que las personas tienden a preferir una ganancia pequeña y segura antes que arriesgarse a perderlo todo, pero buscan más riesgo si sienten que casi seguro perderán.

El psicólogo Daniel Kahneman recomienda identificar y vigilar los sesgos y el “ruido” en la toma de decisiones, sugiriendo cuestionar nuestras elecciones para evitar errores motivados por emociones o circunstancias momentáneas.

La alegría en Villamanín por haber ganado el Gordo de Navidad duró poco; en concreto, hasta que descubrieron que se habían vendido más participaciones que décimos jugaba, lo que ha llevado a este pueblo leonés a un revuelo que aún perdura.

El pasado viernes, los miembros de la comisión de fiestas, que se encargaron de vender las papeletas, celebraron una reunión en la que propusieron una quita en torno al 10% de cada premio para que todas las personas pudieran cobrar.

La condición para que la deuda de cuatro millones de euros correspondientes a 50 participaciones de cinco euros se redujera a dos era que los participantes no denunciasen. Esta compleja situación, en realidad, ya tiene una explicación científica.

La respuesta se encuentra en la conocida como teoría de la perspectiva, cuyo autor es el psicólogo Daniel Kahneman, quien revolucionó la forma de comprender cómo tomamos nuestras decisiones en el día a día.

Además de ser uno de los pocos psicólogos que ha ganado un Premio Nobel, sus investigaciones sobre la racionalidad limitada ponen en entredicho la idea de que el ser humano es fundamentalmente racional.

Misma cantidad, distintas decisiones

Para Kahneman existen dos sistemas por los cuales tomamos las decisiones. En el primero de ellos no solo tenemos el control la mayor parte del tiempo, sino que recurrimos a los heurísticos, atajos mentales que nos permiten elegir con velocidad.

El inconveniente es que, en ocasiones, los heurísticos se convierten en sesgos. Cuando la mayoría de las opciones suponen una pérdida, lo más probable es que se prefiera la decisión arriesgada ante que la más segura, en la que la ganancia es más pequeña.

En cambio, si las mismas opciones se plantean como ganancias, tendemos a decantarnos por la ganancia segura y no por la opción arriesgada, incluso si esta última tiene un valor más grande del esperado.

La teoría de la perspectiva de Kahneman muestra que las personas suelen tener más aversión al riesgo cuando las posibilidades de ganar son mayores, pero tratan de buscar más el riesgo si perciben que casi seguro van a perder.

En el caso de Villamanín, es probable que los vecinos se decanten por el premio con una cuantía más pequeña (y también el menos arriesgado) para evitar experimentar el arrepentimiento de no ganar nada, habiéndolo podido hacer.

Aunque también habrá quienes prefieran ir a juicio, reclamando el premio que les corresponde por haber adquirido una participación. Y es que si sólo se les entrega una parte, lo considerarán como una pérdida, y no como una ganancia.

Este escenario demuestra que una misma cantidad puede experimentarse como una ganancia, pero también como una pérdida, según desde qué punto de vista se observe.

Aun así, Kahneman entiende que perder duele más que ganar: si dejas de tener 5.000 euros que considerabas tuyos pesa mucho más que la alegría que se experimenta por poder cobrar 70.000 euros.

Esta aversión a la pérdida se mezcla con la comparación social, pues si se percibe que otros cobran y yo no, la diferencia se experimenta como una pérdida injusta, pudiendo llegar a romper relaciones.

Cómo evitar los sesgos

Algunos trabajos han demostrado que es posible mitigar los riesgos. Aunque el propio Kahneman, que ha dedicado 40 años de su vida a estudiarlos, se consideraba víctima de ellos.

Una recomendación de este psicólogo para tratar de superarlos es fijarse en los demás. Y es que los sesgos son más fáciles de detectar si el que tiene que tomar una decisión es el otro, pues se observa con un mayor escepticismo.

Otro de los consejos que da es el de reconocer aquellas situaciones en las que es probable que la decisión pueda estar sesgada para sospechar del juicio de uno mismo; aunque hacerlo no es nada fácil.

Además de los sesgos, el ruido también puede jugar un papel clave. Algunos factores, como el estado de ánimo o el cansancio, nos llevan a tomar decisiones completamente diferentes ante el mismo problema.

Es lo que tal vez ocurra en Villamanín, donde ya ha pasado una semana desde que se escuchó "ha tocado el Gordo" sin que se haya llegado a un consenso claro.

Por ello la recomendación que realiza Kahneman en este artículo es hacerse la siguiente pregunta: si tienes que volver a tomar esta decisión en un año, ¿qué opción elegirías?