Imagen de archivo de un hospital en Andalucía.

Imagen de archivo de un hospital en Andalucía.

Ciencia

Atragantamientos con anillos, accidentes y crisis psiquiátricas: así ha sido Nochevieja, la peor guardia del año en Urgencias

Durante la primera madrugada del año se disparan los atragantamientos, las quemaduras por pirotecnia y los accidentes vinculados al alcohol.

Más información: Tu cuñado puede causarte un infarto: los médicos avisan de los paros cardíacos en Navidad por discusiones, la bebida...

Publicada

La última noche del año se vive de manera diferente en las Urgencias de un hospital. El mito es cierto: las primeras horas del Año Nuevo están marcadas por accidentes previsibles como las quemaduras con pirotecnia, atragantamientos con uvas o intoxicaciones etílicas.

"Si no es la peor noche para trabajar en Urgencias, desde luego es una de las peores. Tiene todos los ingredientes para ser una mala noche de guardia o de turno", asegura el secretario general del Consejo General de Enfermería (CGE), Diego Ayuso.

Rosa Pérez, coordinadora de divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), coincide: "En Nochevieja siempre traemos una cena especial, uvas, y nunca nos da tiempo a comerlas. Es una noche con mucho trabajo".

Los movimientos por carretera para ver a nuestras familias, las cenas opíparas, el consumo de tóxicos y el uso de cohetes y petardos tienen un reverso oscuro. Y cuando provocan un accidente aumentan el volumen de trabajo en los hospitales, ya de por sí saturados.

Tanto Ayuso como Pérez recuerdan que en este momento los servicios de Urgencias están enfrentando un pico de la epidemia de la gripe vírica. Por lo que, previsiblemente, visitarán estos servicios muchas personas con síntomas respiratorios y gastrointestinales.

"El nivel de saturación de las urgencias hospitalarias es muy alto, ya que estamos descendiendo el pico epidémico que apareció antes del día de Navidad, pero la incidencia sigue muy elevada y la repercusión en grupos vulnerables es muy alta", dice Ayuso.

Los pacientes con patologías crónicas son especialmente vulnerables en este momento de la epidemia de gripe y, por eso, Ayuso hace un llamamiento "al buen uso de las urgencias hospitalarias y sólo acudir en aquellos casos que realmente sean necesarios".

Enfermos crónicos y accidentes

Pero no sólo los enfermos crónicos están amenazados por la gripe, sino que Pérez señala que las fiestas son una época en la que tienden a descompensarse: "A estos pacientes les vienen muy bien las rutinas y la Navidad las alteran por completo".

Esta experta se refiere a que durante estas celebraciones estos pacientes cambian de horarios, trasnochan, comen peor o, incluso, algunos pueden llegar a mezclar medicación con alcohol. Los pacientes psiquiátricos son unos de los más vulnerables en Navidad.

"En esta época se acrecientan los problemas de salud mental. La desestabilización de las rutinas, fundamentales para los pacientes psiquiátricos, además se junta con una especie de imposición de ser feliz en Navidad", explica Pérez.

Este tipo de pacientes se enfrenta, por tanto, a un mayor riesgo de atravesar un brote o, incluso, un episodio depresivo. "Los psicólogos trabajan mucho en esta temporada", explica Pérez e insiste en que estos pacientes rompan lo menos posible sus rutinas en Nochevieja.

El alto consumo de alcohol que caracteriza a esta fecha no sólo puede provocar intoxicaciones etílicas, sino que Ayuso y Pérez lo relacionan con un mayor número de accidentes de tráfico y también de agresiones o golpes o caídas.

La experta destaca que esta época es una buena ocasión para que todos aprendamos a realizar la maniobra de Heimlich para evitar los atragantamientos que son especialmente recientes en esta época del año. "A Urgencias el atragantamiento llega resuelto o no llega".

"Los servicios de Urgencias solemos llegar tarde y, por eso, se tiene que educar a la población. Si una persona que se atraganta está tosiendo, tenemos que animarla a toser. Pero, si no lo hace, hay que hacer la maniobra Heimlich", explica Pérez.

Esta maniobra consiste en colocar un puño bajo el esternón de la persona desde atrás y otra mano protegiendo ese puño. Después hay que presionar hacia dentro y hacia arriba. A los menores de tres años se les debe colocar en el brazo y dar golpes en la espalda.

"Pero, además, siempre recomendamos comprar uvas moscatel, sin semillas ni piel. Todos tendemos a buscar las uvas más gordas y redondas, pero estas son las peores para los niños y las personas mayores, que son los más afectados por los atragantamientos", dice.

Esto se debe a que el reflejo de deglución en ambos grupos está más afectado. "No se les deja a los niños jugar con piezas pequeñas, pero en Navidad les damos uvas y roscones con figuras muy pequeñas por tradición", alerta Pérez.

Y, hablando de tradiciones, "algunas no tienen sentido, como la de poner un anillo de oro dentro de una copa para dar suerte. Pues buscas la suerte y acabas atragantado. No hace falta probarlo todo, ni bebérselo todo. Se puede disfrutar de la Nochevieja con seguridad", sigue Pérez.