José María Martín-Olalla, físico de la Universidad de Sevilla.

José María Martín-Olalla, físico de la Universidad de Sevilla.

Ciencia

Martín Olalla, físico, alto y claro contra la propuesta de abolir el cambio de hora de Sánchez: "No se hace para ahorrar energía"

El científico ha explicado que España lleva siglos intentando determinar cuál es su mejor horario y que el cambio de hora es un compromiso.

Más información: López Lluch, científico: "Si se decide no cambiar la hora, el 21 de diciembre no amanecerá hasta las 9.30. Yo aquí lo dejo"

J. Rodríguez
Publicada

Las claves

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha planteado eliminar el cambio de hora, alegando que no ahorra energía y es perjudicial para la salud.

El físico José María Martín-Olalla sostiene que el cambio de hora no se hace para ahorrar energía, sino para adaptarnos a las variaciones de luz a lo largo del año.

La discusión sobre mantener el cambio horario o adoptar un horario fijo enfrenta a madrugadores y remolones, con la opción de invierno considerada más saludable por algunos expertos.

El cambio al horario de invierno es inminente, el domingo dormiremos una hora más para adaptarnos a una estación en la que las horas de sol se reducen drásticamente. Esta costumbre de manipular el reloj, sin embargo, puede tener las horas contadas.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha resucitado este recurrente debate sobre si es más conveniente dejar de cambiar la hora dos veces al año. Él dice que esta práctica ya no tiene sentido, que no ahorramos energía y, además, es malo para la salud.

Los científicos no han tardado en añadir enmiendas a lo expresado por Sánchez en el vídeo de redes sociales en el que expresa su propósito de llevar la cuestión al Consejo Europeo y es que ellos mismos no tienen un consenso sobre qué es lo mejor.

"No hacemos el cambio de hora para ahorrar energía. Hacemos el cambio de hora porque no es fácil decidir a qué hora arrancar el día en un entorno en el que el amanecer cambia tres horas de invierno a verano", explica José María Martín-Olalla.

Martín-Olalla es físico y profesor en la Universidad de Sevilla y recientemente ha intervenido en el programa Más de uno de Onda cero para explicar este galimatías. El experto comentó que el cambio horario lleva siendo un quebradero de cabeza en España desde el siglo XIX.

Los amaneceres y los atardeceres cambian en nuestro país a lo largo del año por nuestra posición en el planeta y eso no se puede modificar. El cambio de hora, por tanto, sólo tiene el propósito de adaptar nuestros tiempos de actividad a estos fenómenos.

Martín-Olalla, muy activo en su perfil de X estos días, lo explica así: "El cambio estacional de la hora es un compromiso: a pocos gusta pero para muchos es un mal menor. Quienes madrugan no van bien con la hora de invierno en verano", explica.

Y añade que "quienes remolonean no van bien con la hora de invierno en verano. A poniente prefieren una cosa; a levante, otra". Esto es muy importante porque si suprimimos el cambio de hora deberíamos regirnos por uno de ellos a lo largo de todo el año.

Si optamos por el de verano todo el año deberemos atenernos a que aproximadamente salga el sol en diciembre sobre las 9.30 de la mañana. Si optamos por el de invierno, en verano amanecerá sobre las 5.30 de la mañana.

Por supuesto, en la zona este, Baleares y Cataluña, los amaneceres y atardeceres se producirán antes de esas horas, pero en la zona oeste, Canarias y Galicia, se producirán más tarde. La polémica por la imposición del horario, previsiblemente, no terminaría.

Si se eliminan los cambios de hora, la imposición del horario de invierno es la que se está postulando como la más saludable. ¿Por qué? Pues porque provocaría que anocheciera antes y que nos fuéramos antes a la cama. Este cambio favorece a los madrugadores.

El amanecer se produciría a una hora más temprana y a los que les gusta levantarse tarde es posible que se les hiciera más complicado. En cualquier caso, Martín-Olalla sostiene que los riesgos para la salud de los cambios horarios son pequeños y difíciles de calcular.

"La 'luz matinal' es clave para entender por qué nos retrasamos en invierno y por qué podemos adelantar un poco la actividad en verano (cambio de hora). Quienes viven a 40 grados de latitud no suelen ser conscientes de cuánto les retrasa el invierno”, apunta.

Es decir, que si queremos prescindir del cambio de hora dos veces al año debería presentarse una solución de consenso, como en su momento fue el cambio de hora, para que madrugadores, remoloneadores y habitantes del este y el oeste estén más o menos satisfechos.