
Ana Obregón en 'Y ahora, Sonsoles'.
Ana Obregón habla por primera vez de su polémica con Nia: “Te pido que me dejes vivir en paz y tranquila”
La colaboradora de ‘Y ahora, Sonsoles’ ha asegurado estar “en shock” y señala una estrategia de publicidad tras la controversia.
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Ana Obregón ha roto su silencio en Y ahora, Sonsoles, el programa de televisión en el que colabora. La actriz y presentadora se ha visto envuelta en una polémica que tuvo lugar dos años atrás, pues el presentador canario Roberto Herrera ha asegurado que Ana hizo llorar a Nia Correia en la grabación de una promo de las Campanadas de RTVE.
Aunque Obregón había hablado a través de Javier de Hoyos en Ni que fuéramos Shhh, hoy lo ha hecho por primera vez sin intermediarios. “Estoy en shock”, fue lo primero que atinó a decirle a Sonsoles Ónega, antes de repasar su amplia trayectoria en los medios de comunicación durante 40 años. Es más, en Y ahora, Sonsoles había un cámara que antaño trabajó con ella en El Patito Feo y quiso que el hombre diese su testimonio de cómo se porta ella.
Ana ha puesto en contexto que esto sucedió hace dos años, en las Campanadas de 2022, cuando ella presentó junto a Los Morancos el último programa del año. Para grabar la promo fue citada a las ocho y media de la mañana, y destacó que si bien en su vida diaria llega tarde a todos lados, en la vida profesional es muy puntual, “tenga gripe o fiebre, he hecho teatro con mi madre en el hospital con un derrame cerebral”.
Ana ha recordado que era una fecha complicada, porque hacía un mes que murió su padre, y poco más de un año de la muerte de su hijo, y que estuvo “a punto de decir que no”. Pero que aprendió a “llorar para adentro” y acabó aceptando. Eso sí, acudió pronto para maquillarse porque “necesito más tiempo, no duermo por las noches. De día estoy fuerte, vengo aquí, cuido de mi niña, pero de noche me cuesta porque el duelo por un hijo no pasa nunca”.
Una vez maquillada fue al set y no había llegado Nia, y ella tenía un tema personal que resolver tras la grabación, y Los Morancos también tenían otros compromisos. “Igual la culpa no fue de ella, fue de una mala organización, de producción”, deslizaba la también bióloga, que destacó que Nia llegó pasadas las once de la mañana.
“La vi llegar y le dije date prisa en maquillaje, que tengo un tema importante para mí. Pasa hora y media y no bajaba. Y eso es todo. Y cuando bajó estaba nerviosa, llorando. Ella lo que no sabía es lo que yo había llorado la noche anterior, que hacía un mes que había muerto mi padre”, sentenciaba Ana.
“Yo no pregunté nada, solo dije por favor date prisa”, siguió relatando. “Ella baja, y cuando baja no le salía la frase y fue decisión de RTVE decir: vete a relajarte. Y ya está. No sé nada más”, finalizaba. Tras rescatar unas imágenes de Nia en las que narraría el conflicto con Ana sin mencionarla (“me quedo loca”, reaccionó la colaboradora), Ana lanzó la teoría de porqué Roberto Herrera habría sacado esto ahora.
“¿Alguien sabe quién es Roberto, aquí el público? Nada. Estrena un programa, hoy”, apuntaba, dejando así entrever que todo sería una estrategia de promoción. Ella cree que el canario intenta “hacer daño a una mujer, lo que no entienden que más daño no me pueden hacer, nadie me puede hacer más daño. Lo que sí pueden es hacerme llorar. Cuando intento superar, vivir, es que no puedo más. No voy a llorar. Necesito paz”, clamaba.

Ana Obregón en 'Y ahora, Sonsoles'.
Sobre Nía, continuó diciendo que “ella diga que ha llorado, que le ha hecho llorar. Cuando sea madre, si pierde a su hijo, que espero que no, entenderá que en ese momento, ¿iba a tener celos de una niña más joven? ¿Voy a tener yo celos? Que ni me miro al espejo, que me da todo igual. ¿Es tan difícil pedir paz?”.
Ana Obregón terminó con un pequeño discurso tanto hacia Nia como hacia Roberto Herrera. “Nia, te deseo lo mejor del mundo. Si en algún momento te has sentido ofendida porque tuviera prisa, lo siento en el alma. Te deseo que triunfes como cantante, eres muy guapa, muy joven, tienes la vida por delante. Te pido por dios que me dejes vivir en paz, tranquila. Y a Roberto le deseo muchísima suerte, a ver si le ve alguien”. “Y tan a gusto”, finalizó.