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El sueño de Pedro en una noche de verano

Pedro Sánchez mira de reojo a Pablo Iglesias en el abrazo con el que sellaron su acuerdo de Gobierno de coalición.

Pedro Sánchez mira de reojo a Pablo Iglesias en el abrazo con el que sellaron su acuerdo de Gobierno de coalición.

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Un mosquito volaba sobre la cabeza sudorosa del tipo. Movió la mano de manera instintiva y se arrancó a hablar:

Señora presidenta, señoras, señores, resto de diputadas, diputados, otras u otros, el día de hoy comparezco ante ustedes y la historia de este hermoso país para resolver un tema muy peliagudo que nos aterra a todos. Han pasado poco más de ocho meses, siete, desde la toma de posesión del gobierno. Un largo y arduo camino recorrido por todas y todos durante estos meses. Muchas y muchos noches hemos dormido mal los españoles. Incluso alguna estuvimos en vela sin poder pegar la oreja —risas en el foro—. Ustedes se entienden a la perfección.

El gobierno ha significado un retroceso en nuestra clase política, social, económica, de valores y de las propias instituciones. Estas individuas e individuos, señoras y señoritas, señoritos y señores llegaron a la vida política para regenerar eso que llamaban casta. Señalaron al resto de partidos como grupos organizados para acaparar poder, influencia, riqueza en lugar de distribuir al pueblo los beneficios de grandes empresas. Ellos, quienes venían a «asaltar el cielo», ahora navegan en un mar de mierda hasta el cuello. Estos imberbes han obtenido ingentes ingresos de dinero desde lugares con dudosa tradición democrática. Dirigentes de allí están siendo objeto de investigaciones judiciales por narcotráfico, entre otros delitos. ¿Se puede ser más vil?

(Aplauso generalizado desde varias bancadas del hemiciclo).

No deseo me disculpen por lo que voy a decir: es la pura realidad. Se han proclamado los más feministas de la sociedad, abanderando un movimiento para marginar, promover legislación contra una parte muy importante de la sociedad: los hombres. Denunciaron por un presunto acoso sexual y laboral a un abogado, cuya denuncia fue archivada. Señoras y señores: ¡ni somos más, ni semos menos!

(Un numeroso grupo de diputados socialistas se levantan aplaudiendo y lanzando vítores al orador).

Recuerden algún aspecto de su propia dirección. Su líder, aquél que dirige todo, a todas y todos, tan pronto envía al gallinero a su ex, como se hace con una tarjeta de almacenamiento digital, tipo SIM, de una joven de su formación: había sido su asesora o asexora.

(Risas generalizadas).

Señoras y señores, examinado el contenido decidió quedarse con el dispositivo y la información durante meses, en lugar de devolver ese chisme, cuya sustracción fue denunciada. No, no se desesperen, aún hay más. La disculpa sobre ello fue la juventud de esa joven. Falso sentimiento paternalista en lugar de poner a disposición de la policía un objeto robado. ¿Dónde queda su sentimiento ante la ley?

(Aplaudos fervorosos de dos terceras partes del hemiciclo).

Su entrada en el gobierno fue un cúmulo de despropósitos. Se nombraron a 22 ministras y ministros, a fin de crear y colocar —entiendan la referencia a obtener un puesto remunerado y no piensen en otros cuelgues— a afiliados y simpatizantes de sus formaciones. Esos nuevos departamentos crearon una «tela de araña» totalmente incomprensibles, formato Direcciones Generales: derechos de los animales, migraciones, inclusión y atención humanitaria, igualdad de trato, diversidad étnico racial, sexual, derechos LGTBI, diplomacia pública y redes, libro y fomento de la lectura, industrias culturales, sin olvidar «políticas palanca». Señoras y señores diputados y diputadas, estos tipos se han apalancado en el gobierno. ¡Ya está bien!

(La mayoría se levanta gritando «torero, torero»).

La señora Presidente calma al hemiciclo gritón, continuando el orador...

España, los españoles y resto de habitantes de este país han sufrido la incompetencia de todas y todos ellos en el suceso más duro en los últimos 1.200 años, aproximadamente: la pandemia de la Covid-19.

El decreto del estado de alarma se declaró el día 14 de marzo, cuando ya habían fallecido más de 5.400 personas. Este gobierno ha estado realizando sus labores bajo el paraguas de reales decretos leyes. Han colado de rondón medidas sin pasar el filtro popular del poder legislativo, creyéndose en poder de la razón absoluta, como si fueran los dirigentes de una dictatocracia palanganera.

(Atronadora ovación).

Los últimos acontecimientos judiciales indican una suciedad entre sus filas en las más altas instancias de la dirección, que son totalmente incompatibles con su presencia al frente del poder ejecutivo de este país. Por ello, presento esta moción de censura a su gobierno:

—La, la, la, la, la, la, la, la ¡Pablo vete ya, Pablo vete ya, Pablo vete ya!

En ese mismo instante, se despertó sudoroso e inquieto. La luz del baño, encendida. Su mujer apareció en al puerta:

—Pedro, amor, ¿estás bien? Hablabas de Pablo sin ton ni son. ¿Era Casado?
—No, no, es "solteiro".
—¿Es la misma pesadilla de todos los días?

Ella, mujer comprensiva, apoya y seca con un pañuelo de papel la frente sudorosa de su esposo. En tanto, comenta:

—Pedro, presidente, todo va a salir bien.