Un nido de golondrinas en un hueco de un edificio.

Un nido de golondrinas en un hueco de un edificio. iStock

Los nidos de golondrina

Manuel Ruiz del Campo
Publicada

En la comunidad teníamos un par de nidos de golondrina. Los animales habían elegido un garaje en Madrid. Eran dos nidos, uno a cada lado de la puerta. Por lo menos llevaban allí cinco años. Y parecía no importarles los ruidos. De mayo a agosto. Estaba bien que viviesen ahí, a mi hijo de  gustaba ver a los pajaritos; cómo nos controlaban como guardias de seguridad en la puerta del garaje.

Este fin de semana los nidos ya no estaban. Los han arrancado, con mala baba, se ven restos del barro que los formaba ahí donde deberían estar los nidos. Los pájaros cagaban la puerta del garaje y parece que a alguno no le hacía gracia, o quizá le cagó el coche según pasaba.

Los nidos no están. No están los pájaros y yo me he levantado pensando en ello. He imaginado la situación, quizá fue el sábado; seguro que fue el sábado, cuando menos vecinos había, cuando podía hacerlo protegido por la oscuridad, bajo el techo saliente sobre la puerta. Utilizaría una escoba. Una escoba podría servir sin problema. Los nidos están torpemente destruidos, han dejado restos, ni siquiera han limpiado el suelo. Serían un par de minutos a lo sumo. El amigo estaría viendo la tele a eso de las diez u once de la noche, se aburría de lo que ponían, se acordó de los nidos, todos en su casa estaban a la suya. También se acordó de la escoba, en la terraza al lado de la caldera. Es de noche, en la zona justo debajo del voladizo podría esconderse unos minutos, no tardaría más; al lado están los trasteros, podría dejar ahí la escoba y subir en ascensor, o por la escalera, libremente. En la tele no ponían nada. Qué les den a esos pájaros, mira como me han dejado el coche. Es nuevo, y mira cómo lo han dejado. No está bien que los animales vivan ahí, por el bien de todos. Realmente nadie quiere que le caguen el coche o la puerta, luego hay que pintar, quien paga eso luego…

Y en unos minutos ya está, el problema no vuelve.

o me he levantado pensando en ello. Es lunes. En el trabajo pienso en las golondrinas, en la escoba golpeando el barro, en los pájaros nerviosos, en el ejecutor mordiéndose la lengua, estirando el brazo, concentrándose en acertar con el palo de la escoba

Me cabreo mucho. Empieza por poco, pero a las doce del mediodía el cabreo me muerde el estómago. Investigo, las golondrinas están protegidas, ayudan al control de plagas, son bonitas de ver; en Madrid también hay gaviotas, en el vertedero...

No puedes destruir un nido, no puedes quitarle la casa a una golondrina porque te salga de las narices un sábado por la noche porque no den nada en la tele y en tu casa pasan de ti. Y hay multa. Hasta doscientos mil euros. Y pienso en lo bien que estaría saber quién ha sido y que le multen. Qué satisfacción que le den bien en la cartera al amigo vecino. Pero no sé quién es, no tenemos cámaras. No puedes tampoco ir hablando por la escalera, sospecho que hay más vecinos a favor de la eliminación de los pájaros que en contra.

Ahora mismo, quiero venganza. Hago cuentas, si denuncio tocamos exactamente a algo más de nueve mil euros por piso, descuento los morosos; quizá ha sido uno de esos y entonces no importa que denuncie. Pero no lo creo, para ellos, los nidos es un problema menor. El de los nidos ha sido uno de los que arreglan el mundo. Un listo. Uno de los que dicen ‘lo que habría que hacer es…’ vamos, uno como yo. Porque eso es lo que estoy pensando ahora mismo. Lo que habría que hacer es denunciar, un mail a la Guardia Civil o al Seprona. Las golondrinas no tienen culpa. Adjuntando fotos, con los nidos destruidos, que se vea bien. En tal finca, sita en tal sitio, el fin de semana X de julio varios nidos han sido destruidos intencionadamente. Debido a que se requiere de llave para llegar al lugar de los hechos, se deduce que el causante es uno de los vecinos. Gracias por los datos y las fotos, tras investigar el asunto y ante la imposibilidad de encontrar al culpable particular se procede a tramitar la sanción administrativa de doscientos mil euros al conjunto de la comunidad de vecinos sita en…

Y me parece bonito todo esto. Tocamos a nueve mil eros, si tuviese nueve mil euros, denunciaría. Mirar a la cara de los demás en la reunión que se celebraría tras la denuncia... quejarme para distraer la atención… Si me sobrasen nueve mil euros... Qué haría con nueve mil euros... iría al parque LEGO en Alemania.

Mi padre esta muy enfermo, esta semana vamos a arreglar los papeles de la herencia, me tocan casi diez mil euros. Y lo pienso seriamente: el parque LEGO. Me parece mucho más bello  que los nidos de golondrina en mi garaje. Y ya estoy menos cabreado y no quiero venganza, sólo quiero ver el Fórmula Uno, ese que está en la puerta, construido con no sé cuentas mil piezas, y un Bratwurst y una Bier…

Auf Wiedersehen golondrinas, un garaje no es un sitio adecuado para vosotras. El ruido y todo eso…es por el bien de todos.