Dámaris Núñez y Pablo Melgarejo comprueban los registros del sistema que prueban para el riego sostenible.

Dámaris Núñez y Pablo Melgarejo comprueban los registros del sistema que prueban para el riego sostenible. Morell Efe

Innovación

Orihuela estudia un sistema de drenaje en cultivos de regadío para ahorrar el 50 % de agua

Los investigadores de la Universidad Miguel Hernández lo están probando en naranjos para conseguir también un menor consumo de fertilizantes.

4 junio, 2023 12:42
Alicante

Soluciones prácticas a los problemas reales de los agricultores de regadío en un territorio especialmente necesitado de agua. Ese es el trabajo que desempeña en Orihuela un grupo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández (UMH) que ha diseñado un novedoso sistema de riego sostenible. Con él esperan recuperar el agua y los nutrientes ya empleados en las plantaciones para su posterior reutilización.

El diseño de este dispositivo se marca como ambicioso objetivo lograr la autosuficiencia hídrica de la agricultura gracias a la aplicación de la economía circular. Así lo está probando el doctor Pablo Melgarejo y su equipo del Departamento de Producción Vegetal y Microbiología dentro del proyecto SIRIS.

En la actualidad, este grupo lo aplica a escala piloto con naranjos. Para ello cultivan la variedad de Navelinas en una parcela experimental de 7.500 metros cuadrados dentro de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela. debido a la importancia y representatividad de la citricultura en la zona de la Vega Baja.

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Los investigadores han explicado a Efe que se trata de un procedimiento nunca antes ensayado ni planteado en la fruticultura en lo nacional e internacional. Este consiste en instalar en el suelo un sistema de drenaje mecanizado para recoger tanto el agua que sobra al regar como la de lluvia para su ulterior reutilización en los cultivos.

"Con SIRIS podríamos evitar en buena medida el encharcamiento del suelo cultivado a causa de las precipitaciones abundantes, de la misma manera que se dispondría de un mayor volumen de agua para su almacenamiento y posterior uso en la plantación", han destacado Melgarejo y una de las investigadoras de la UMH que participa en el proyecto, Dámaris Núñez.

El agua de riego lleva nutrientes y sales minerales que proporcionan salinidad, han indicado. Esta se va acumulando en el suelo y al llegar a cierto límite, que depende del tipo de cultivo y de suelo, afecta directamente a la producción. Por ello, han dicho, es necesario aplicar una mayor cantidad de agua de la que estrictamente precisan las plantas para garantizar el mantenimiento de la salinidad del suelo y, con ello, la productividad.

Los beneficios

Con el sistema ideado se recuperaría el agua utilizada en exceso del riego con sus nutrientes para su reutilización en las cosechas, lo que permitiría una disminución de las demandas hídricas agrícolas y supondría asimismo un ahorro en fertilizantes. Además, el nuevo método de riego, que podría aplicarse a otro tipo de frutales y en bastantes hortícolas, recoge los lixiviados agrícolas y reduce la contaminación del subsuelo o de las aguas subterráneas.

Con este proyecto se pretende dar a los agricultores herramientas hacia la autosuficiencia hídrica, energética y nutricional. Los ahorros estimados del SIRIS se cuantifican en hasta un 40-50 % para el agua, en torno al 50 % para la energía y en aproximadamente un 20 % para los nutrientes (principalmente, nitratos), pero todo esto se ratificará y concretará "con rigor al final de este proyecto (2025) y en los años siguientes", han precisado los investigadores.

"En estos momentos, hemos aplicado el sistema en diferentes formas para conocer y evaluar cómo sería su utilización real en las plantaciones. Por ejemplo, tenemos la instalación de SIRIS en un sistema más tradicional de cultivo que implica la utilización de zanjas de drenaje con grava; otra forma sería la propuesta para ser implantado en plantaciones nuevas y una tercera consiste en su puesta en marcha en explotaciones ya consolidadas con los árboles adultos", han especificado.

Todos los experimentos planteados se estudiarán, evaluarán y compararán durante la vida del proyecto para determinar su influencia sobre el desarrollo de las plantas, su producción y calidad. Al tratarse, en este caso, de una plantación de naranjos, los experimentos se pretenden mantener como mínimo entre 8 y 10 años.