Hotel Princesa Yaiza de Lanzarote.

Hotel Princesa Yaiza de Lanzarote. E.E.

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Así es dormir en el Hotel Princesa Yaiza de Lanzarote: lujo frente al mar con suites de 65 m², spa y nueve restaurantes

Este resort cinco estrellas convierte cada detalle en una invitación al descanso absoluto. Ideal para quienes viajan en familia, en pareja o simplemente en busca de paz.

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Cintia de la Paz
Lanzarote
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Ubicado en primera línea de la Playa Dorada, en el sur de Lanzarote, el Hotel Princesa Yaiza Suite Hotel Resort es una invitación a parar. A respirar. A vivir despacio. Concebido como un palacio neocolonial entre jardines, piscinas y aromas volcánicos, este cinco estrellas no se conforma con ofrecer descanso: crea recuerdos. Y lo hace con un estilo propio, cálido y elegante, donde el lujo se disfruta sin esfuerzo.

Reconocido por Condé Nast Traveler como el Mejor Hotel Familiar de España, este resort se ha ganado el respeto —y el corazón— de quienes buscan lo mejor para sus vacaciones: buena comida, camas inolvidables, atención impecable y un entorno donde cada rincón está diseñado para el disfrute. Tanto si viajas en pareja como si lo haces en familia, aquí hay espacio para todos. Y también para ti.

Dormir en una suite con vistas al mar (y al silencio)

Durante mi estancia me alojé en una de las Suites de 65 m² situadas en el edificio principal. Nada más abrir la puerta, me recibió la calma. La habitación, decorada en estilo colonial canario, desprende serenidad: suelos de madera, textiles naturales, luz suave y mobiliario cuidado al detalle.

El espacio se divide entre un dormitorio con una cama king size de 2x2 metros —cómoda hasta el punto de atraparte—, un salón independiente y un amplio baño con bañera y ducha separadas.

Salón independiente y terraza privada con vistas al mar.

Salón independiente y terraza privada con vistas al mar.

Desde la terraza privada de 10 m² se divisa el mar. No hay ruidos, ni tráfico, ni interrupciones. Sólo el sonido del viento canario y el rumor suave de las piscinas. La habitación estaba perfectamente insonorizada, y el descanso fue total. Dormir ahí fue como volver a uno mismo.

Un recibimiento de 10: champán, amabilidad y eficacia

La atención del personal es otro de los puntos fuertes del Princesa Yaiza. Desde el primer momento el trato fue amable, personalizado y profesional. Nos ofrecieron champán de bienvenida nada más llegar, y pese a que aterrizamos de noche, nos sirvieron una cena completa en la habitación sin poner una sola objeción.

Nos ofrecieron acompañarnos hasta la suite, y se tomaron el tiempo de explicarnos todas las instalaciones del resort con detalle y una sonrisa. Esa sensación de que te están esperando —no simplemente atendiendo— se mantiene durante toda la estancia. Limpieza impecable, respuestas rápidas y un ambiente que combina hospitalidad sincera con atención de lujo.

Desayunar entre palmeras y buffets inolvidables

Uno de los mejores momentos del día era, sin duda, el desayuno. Probamos los tres buffets del hotel, y aunque todos ofrecían la misma variedad —amplísima—, el buffet La Hacienda fue el más especial. No sólo por su selección de productos (bollería, fruta fresca, embutidos, platos calientes, cafés y zumos naturales de todo tipo), sino por sus impresionantes vistas a las piscinas y las palmeras, con el sol de la mañana iluminándolo todo.

El ambiente era tranquilo, bien organizado, y todo estaba siempre repuesto. También probamos el Buffet Yaiza y el Buffet Piazzeta, ambos muy completos, con cocinas en vivo, buena presentación y espacios acogedores. El café era de calidad, no el típico aguado de hotel. Y eso, para los cafeteros, se agradece.

Buffet de desayuno en La Hacienda del Hotel Princesa Yaiza.

Buffet de desayuno en La Hacienda del Hotel Princesa Yaiza.

Isla de Lobos y Kampai: dos experiencias gastronómicas muy distintas, pero igual de memorables
Aunque no cenamos en todos los restaurantes, sí visitamos dos que merecen mención aparte. En Isla de Lobos, el restaurante gourmet con Sol Repsol, tomamos unas copas en su terraza con vistas al océano, Fuerteventura y la isla de Lobos. El trato fue impecable, y el lugar transmite ese tipo de elegancia serena que sólo se consigue cuando todo está en equilibrio: la luz, el servicio, el entorno.

La cena más especial fue en Kampai, el restaurante asiático del hotel. Se trata de un show cooking estilo teppanyaki con productos frescos y salsas caseras sin gluten. El cocinero preparó todos los platos ante nosotros: arroz salteado, langostinos, verduras y carnes con un espectáculo discreto pero hipnótico. Todo estaba delicioso. Si te gusta la cocina nipona, es una parada obligada.

Un hotel familiar, elegante y lleno de calma

El Princesa Yaiza tiene alma familiar. Se nota en los espacios, en las actividades, en el enfoque de los restaurantes. Pero también respira lujo. Por las noches, el ambiente era relajado pero elegante: hay un código de vestimenta en las cenas, algo que ayuda a mantener ese nivel de distinción sin resultar forzado. Nada es impostado. La clientela era mayoritariamente familiar y extranjera, con muchas parejas europeas, padres con niños pequeños o adolescentes y algún viajero en solitario. Todo con un clima de respeto, educación y disfrute.

Capitan Park y el resort que lo tiene todo sin salir de él

Los niños tienen su propio mundo: Capitan Park, un área de más de 10.000 m² al aire libre, llena de actividades, talleres, juegos y espectáculos. Aunque no viajé con menores, se notaba el cuidado con el que está planteado todo para ellos: zonas seguras, espacios temáticos, animación de calidad y personal especializado.

Y si hablamos de no salir del hotel, es literal: el Boulevard Yaiza es un paseo interior con tiendas, bares, acceso a actividades y todos los servicios imaginables. No hace falta abandonar el resort para tenerlo todo a mano, desde moda y souvenirs hasta una copa con música o productos de primera necesidad.

Piscinas para todos los gustos y un jacuzzi que enamora

El hotel tiene seis piscinas, cada una con su carácter. Las principales son ideales para nadar o disfrutar en familia, pero mi favorita fue la zona de jacuzzi, más tranquila y rodeada de vegetación. Perfecta para relajarse después del desayuno o al atardecer.

No probamos el spa ni el gimnasio, pero el centro de thalassoterapia del hotel está considerado uno de los más completos de la isla. Queda pendiente para la próxima vez —porque sí, repetir es algo que uno se plantea seriamente tras una estancia así—.

Piscinas del Hotel Princesa Yaiza.

Piscinas del Hotel Princesa Yaiza.

El Hotel Princesa Yaiza Suite Hotel Resort no es sólo un hotel de cinco estrellas. Es un estilo de vida envuelto en calma, donde el lujo se ofrece sin ostentación, la comida se saborea de verdad y el descanso es absoluto. Es el tipo de lugar que uno no quiere abandonar. Y eso, en el mundo de los viajes, lo dice todo.

Perfecto para quienes buscan comodidad, descanso, buen gusto y un trato que roza lo familiar. Lanzarote siempre es una buena idea, pero dormir aquí convierte esa idea en un verdadero regalo.