
Una mujer, tomando su almuerzo. Istock
La felicidad también depende de nuestra alimentación: así lo explican los expertos
Adoptar una dieta equilibrada puede afectar de forma directa nuestro bienestar emocional. Descubre los motivos.
"Somos lo que comemos". Un dicho que podrían corroborar los datos: una encuesta llevada a cabo por HelloFresh, empresa de kits de recetas, revela que el 91,4% de los españoles considera que la calidad de la alimentación influye en nuestro estado de ánimo, y que un 96,3% cree que la variedad en su dieta influye en su bienestar emocional de forma positiva. Y, ojo, no solo disfrutamos comiendo, sino que un 65% también lo hace cocinando.
¿Pero hasta qué punto es cierto? El dietista-nutricionista Ramón de Cangas, consultado por la firma, explica: "Lo que comes afecta a cómo te sientes porque los nutrientes y otras sustancias presentes en los alimentos influyen en tu sistema inmune y pueden hasta cambiar la forma de expresarse de tus genes. Esto, y otras cosas, influye en el funcionamiento de nuestras neuronas y hace que una alimentación saludable se relacione con menos alteraciones del estado de ánimo.
Existe un vínculo, conocido como eje 'sistema metabólico-sistema inmune': si acumulamos demasiada grasa corporal, se puede desencadenar una inflamación crónica y también una neuroinflamación (inflamación del cerebro). Esto puede alterar nuestro estado de ánimo e influir negativamente en nuestra salud mental.
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Lo que comemos también cuida a los millones de microbios que viven en nuestro intestino y en nuestra boca y ellos, a cambio, cuidan de nuestro cerebro. Es decir, para los amantes de la microbiota intestinal: puede influir en tus emociones y tu comportamiento, ya que el cerebro, el intestino y las bacterias del intestino están muy vinculados".
¿Cómo cuidarnos?
El experto brinda algunos consejos básicos para conseguir limitar los efectos negativos de nuestra dieta:
- Dieta mediterránea: el estudio PREDIMED descubrió resultados muy positivos en individuos con depresión que seguían una dieta mediterránea e incluían el aceite de oliva virgen extra.
- Menos procesados y más verde: Incorporar a nuestra dieta alimentos poco procesados, así como priorizar alimentos vegetales, ricos en sustancias fitoquímicas que reducen el daño oxidativo y aportan fibra con efecto prebiótico para nuestra microbiota intestinal.
- Omega-3 y vitamina D: la incorporación de ácidos grasos omega-3 de cadena larga del pescado azul, con vitamina D que es vital para la salud mental también son muy beneficiosos, al igual que otras grasas poliinsaturadas procedentes de frutos secos.
- Fermentados, probióticos y prebióticos: yogur, kéfir fruta, ya que juntos constituyen un grupo especialmente positivo para nuestra microbiota.
Estas pautas son especialmente relevantes teniendo en cuenta los datos alarmantes: según un nuevo informe Bienestar y Felicidad de Herbalife, apenas el 11% de la población española sostiene seguir una dieta que considere saludable y equilibrada, y un modesto 5% admite hacerlo "rara vez" o "nunca".
Al explorar las razones detrás de estas cifras, el 45% atribuyó su elección a los antojos de dulces y al consumo excesivo de azúcar. Este dato también pone de manifiesto la necesidad imperante de fomentar opciones de snacks nutritivos que ayuden a abordar estos desafíos alimentarios y promover hábitos más saludables.