'Terrabowls': recetas que vienen desde Bali hasta la ría de Vigo
"Comida sana, rica, real y natural" es lo que se ofrece en este local del Casco Vello, que abrió sus puertas en plena pandemia. Sus recetas tienen inspiración hawaiana como sus bowls de poké, con una base de arroz o quinoa, coronados con productos frescos y de temporada.
La moda de la comida hawaiana lleva un tiempo extendiéndose por Vigo y por eso Natalia y Andrés decidieron montar su negocio en octubre, a comienzos de la segunda ola. Desde que abrieron sus puertas no han dejado de tener clientes y de crear nuevas recetas para sorprender a los vigueses.
"Somos muy jóvenes y tenemos muchas ganas y mucha ilusión: si sale bien genial, y si no seguro que aprenderemos de nuestros errores", dice Andrés, uno de los socios. Con solo 24 años, estos jóvenes se han lanzado a la piscina creando un restaurante muy original en un momento muy complicado.
Una carta única
La idea de estos emprendedores es combinar sabores exóticos con producto gallego y de proximidad. "Creamos nuestra carta con la base del poké, pero le hemos dado una vuelta y ofrecemos cosas que nadie más en Vigo tiene", afirman. "Terra viene de nuestro uso de producto gallego, que fusionamos con los bowls: son recetas modernas, con mucho sabor".
Natalia fue la que propuso el tipo de restaurante en el que se ha convertido Terrabowls. "Ella estuvo en Bali hace unos años y probó ese tipo de comida y nos gustó la idea de montar algo así en Vigo. Nosotros ahora le hemos dado una vuelta, tenemos mucho producto local e inventamos nuestras propias recetas", cuenta Andrés.
La carta, además de los famosos bowls, cuenta con poké rolls: los mismos ingredientes envueltos en tortillas de trigo. "El concepto está gustando muchísimo y, aunque ahora otros restaurantes los hacen, nosotros podemos decir que fuimos los primeros". También tienen carnes, a diferencia de otros restaurantes hawaianos, como el cerdo que incluyen en su espectacular Perrito Terra.
Emprender en tiempos de pandemia
"Trabajábamos fuera, yo en República Dominicana y Natalia en Madrid", cuenta Andrés, "pero nos cambió la vida el confinamiento: ella se dio cuenta de que quería volver a Galicia y yo perdí mi trabajo a principios de año". Por ello, una vez instalados en Vigo de vuelta, decidieron que era el momento ideal para emprender.
Con mucha ilusión, estos amigos montaron un restaurante en el centro de Vigo, en el Casco Vello. "Somos muy optimistas, emprendimos en este momento tan complicado porque teníamos ya el local y la idea y... ¿por qué no?"
También reconocen que son realistas, pues en este momento no van a tener la misma afluencia de clientes que en un año normal. "Sabíamos que, por ejemplo, todo el turismo de cruceros que pasa por la calle del restaurante este año no lo íbamos a ver. Somos conscientes de que los números que hagamos ahora no van a ser los mismos que los que hacían los negocios antes de la pandemia, pero quizás por eso tampoco tenemos miedo".
También haber abierto después de la primera ola les dio herramientas que otros negocios de hostelería no tenían como, por ejemplo, el servicio de delivery. "Ahora mismo formamos parte de todas las plataformas de comida a domicilio de la ciudad, tardamos un par de semanas en instaurarlo pero desde el principio funciona muy bien", reconoce Andrés.
Este nuevo año lo afrontan también con mucha ilusión y con ganas de que vuelva la normalidad y el turismo poco a poco a Vigo, "tenemos un local precioso y queremos que la gente lo pueda disfrutar". También piensan en abrir en otras ciudades de Galicia, "crecer poco a poco". Lo que está claro es que, poniendo mucho trabajo y muchísima ilusión, ni siquiera una pandemia es capaz de frenar a la juventud.
