Miguel Martín, en laSexta Xplica

Miguel Martín, en laSexta Xplica

Sociedad

Un camarero en paro no se calla y cuenta su dura situación viviendo con su abuela: "Sin su pensión estaría bajo un puente"

Miguel Martín, camarero en paro, sobrevive gracias a la pensión de su abuela y denuncia la precariedad laboral que azota la hostelería.

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Miguel Martín, camarero de profesión, atraviesa uno de los momentos más complicados de su vida.

Actualmente en paro, vive con su abuela, cuyo único ingreso es la pensión que recibe cada mes.

Una situación que, como él mismo reconoció en el programa 'laSexta Xplica', es la que le permite seguir adelante.

"El principal ingreso es la pensión de mi abuela", afirmó con rotundidad ante la presentadora, dejando claro que ese dinero es la base económica del hogar.

Cuando le preguntaron qué pasaría si no contara con esa ayuda, Miguel fue contundente: "Si no fuera por su pensión, no sé dónde estaría yo ahora mismo, la verdad, porque, vamos, estaría bajo un puente".

La convivencia entre ambos se organiza en torno a esa prestación. Miguel asume las tareas domésticas mientras su abuela gestiona el presupuesto familiar.

"Mi abuela tiene un papel fundamental en lo que es la economía familiar. Ella se ocupa de la compra, yo me ocupo de la casa y limpio, pero a la hora de cocinar, ella es quien da las órdenes", explicó.

El testimonio de Miguel pone de relieve una realidad que viven muchas familias en España: los pensionistas, en muchas ocasiones, se han convertido en el sostén económico de hijos y nietos que no logran estabilidad laboral.

En su caso, la falta de trabajo en hostelería le ha obligado a depender de ese ingreso fijo, una dependencia que no oculta, sino que reivindica como una consecuencia directa de un mercado laboral precario.

Durante su intervención, también respondió a un tema candente: las críticas que algunos jóvenes lanzan contra las pensiones, llegando a considerarlas un lastre para el sistema.

Miguel no escondió su indignación: "A esos jóvenes se les debería caer la cara de vergüenza, sobre todo porque no considero que las pensiones sean el principal problema de este país para mantener el sistema".

Para él, el verdadero problema está en otros lugares, como las condiciones laborales en sectores como el suyo.

"En el sector donde trabajo yo, la hostelería, el 42 % de las horas extras no se pagan. Y no lo digo yo, lo dice la UGT; no me estoy inventando absolutamente nada", denunció.

Las cifras que menciona no son menores. Según Miguel, la hostelería arrastra problemas estructurales que llevan a que muchos trabajadores abandonen sus trabajos.

"Uno de cada tres trabajadores de la hostelería tiene que dejarlo por malas condiciones laborales, problemas en el trabajo y conciliación familiar", puntualizó.

"Esto afecta principalmente a las mujeres, entre un 35% y un 40% más que a los hombres", añadió.

Su relato no es solo una queja personal, sino una radiografía de un sector en el que la temporalidad, las jornadas interminables y el impago de horas extras son la norma.

La historia de Miguel refleja el choque entre la dureza del mercado laboral y la necesidad de una red de apoyo, que en muchos casos son los propios familiares jubilados.

En su caso, esa red tiene nombre y apellidos: su abuela, que con su pensión no solo le da techo y comida, sino también una mínima estabilidad en medio de la incertidumbre.

Un apoyo que, según él, merece respeto y no críticas injustas. Porque para Miguel, mientras se siga culpando a los pensionistas de los problemas del sistema, se estará desviando la mirada de los auténticos fallos estructurales.