Una integrante de uno de los grupos de 15 personas que pueden subir, de martes a domingo, a conocer los secretos de la fachada de la Catedral de Murcia que está en proceso de restauración.

Una integrante de uno de los grupos de 15 personas que pueden subir, de martes a domingo, a conocer los secretos de la fachada de la Catedral de Murcia que está en proceso de restauración. Badía

Sociedad

Ultrasonidos contra las palomas y sus heces que dañan la fachada de la Catedral de Murcia

Orthem instalará un equipo que genera una molestia en el sistema auditivo de esta ave, para evitar que anide en el imafronte y que dañe las esculturas religiosas con sus heces corrosivas: cada ejemplar genera 12 kilos al año.

8 diciembre, 2023 18:13
Murcia

De la escultura de la Virgen María que compone el majestuoso imafronte de la Catedral de Murcia que está en proceso de restauración, los operarios de Orthem retiran cada semana seis nidos de paloma en el entorno de esa imagen. Esta ave genera unas heces sumamente corrosivas, capaces de deteriorar todo tipo de materiales, y por este motivo: la empresa adjudicataria de los trabajos instalará un sistema de ultrasonidos, para espantar a la población de Columbidae que ha colonizado una fachada que está considerada como una obra maestra del barroco español.

Esta es una de las curiosidades que se desvelan durante las visitas guiadas a las obras de la Catedral, bajo el título: 'Los secretos de la fachada'. Esta iniciativa permite a grupos de quince personas, vivir la experiencia de coronar los 35 metros de altura del imafronte del principal templo de la Diócesis de Cartagena, subiendo por una estructura metálica de pasarelas. Cada planta, permite presenciar los trabajos de restauración y conocer cada elemento iconográfico de la fachada, desde una perspectiva cara a cara que desaparecerá cuando retiren los andamios.

La visita a la que asiste EL ESPAÑOL comienza a cinco metros de altura. En los andamios es constante la presencia de bolsas de plástico, donde se acumulan las heces de paloma que se retiran con cuidado para no dañar las esculturas. "Primero se utiliza una espátula, dejando una pequeña capa de excremento que se retira con cepillos de limpiar zapatos porque son los únicos que no las rayan", tal y como desvela Joaquín, el simpático guía de un grupo de turistas, provistos de chalecos reflectantes y cascos de seguridad.

"Tras consultar con Patrimonio Nacional, se ha decidido que se probará la instalación de un sistema de ultrasonidos para evitar que las palomas sigan anidando en la fachada". Cada ejemplar de estas aves -a las que algunos llaman las ratas del aire- son capaces de generar 12 kilos de heces al año: cargadas de ácidos úrico, fosfórico y nítrico que ejercen un efecto corrosivo en los elementos ornamentales de la fachada de la Catedral de Murcia, cuya restauración está presupuestada en 1,2 millones de euros.

Una de las esculturas que preside uno de los laterales del imafronte.

Una de las esculturas que preside uno de los laterales del imafronte. Badía

Históricamente, las palomas han campando a sus anchas por los elementos iconográficos y decorativos de la monumental fachada barroca que proyectó Jaime Bort en 1737 y 1754, a modo de retablo de piedra. Estas aves anidan en los recovecos que generan las imágenes de cardenales, reyes, santos, vírgenes, ángeles... Cuando Orthem culmine la restauración del imafronte, la empresa del Grupo Hozono Global quiere evitar que las heces de paloma vuelvan a deteriorar la fachada y probará con un equipo de ultrasonidos que genera una molestia en el sistema auditivo de esta especie, espantándola y evitando que vuelva a anidar.

El ultrasonido sucederá a la última medida que se adoptó contra las palomas y que fue un despropósito: se pusieron pegotes de silicona sobre las imágenes religiosas, para adherir pinchos, lo que provocó que le saliesen manchas negras a las esculturas por "una reacción natural" del tipo de piedra con la que se construyeron. "La opción de los halcones se ha descartado porque también generan excrementos", aclara el guía Joaquín, con barba al estilo del músico Ed Sheeran, y que a lo largo de toda la visita demuestra sus grandes conocimientos como historiador, despertando la curiosidad de los turistas llegados de Valencia y Toledo.

Cada vez que se asciende a otra planta de la plataforma, la distancia del suelo se incrementa cinco metros y las vistas se tornan más espectaculares: el turista contempla a vista de pájaro la Plaza del Cardenal Belluga, el centro neurálgico de la capital, mientras visualiza cara a cara la escultura de Fernando III El Santo, de San Joaquín y Santa Ana (los padres de la Virgen María) o los capiteles de las columnas que elevan a la Catedral hasta el cielo. "Los frisos de la fachada han perdido los dibujos y se recuperarán piedrecita a piedrecita, usando la misma técnica que el pórtico de la catedral de Santiago de Compostela", apunta Joaquín.

Una de las espectaculares esculturas que se puede ver cara a cara durante la visita a la fachada de la Catedral de Murcia.

Una de las espectaculares esculturas que se puede ver cara a cara durante la visita a la fachada de la Catedral de Murcia. Badía

Lo más interesante de la visita es conocer algunos secretos de la construcción de la Catedral, como el error de cálculo de unos veinte o treinta centímetros que existe en la ejecución de los laterales, que el templo se inundaba cinco o seis veces en los meses de otoño, por culpa de las riadas que causaba la gota fría, o los vínculos de Murcia con San Patricio: el patrón de Irlanda. La visita también ofrece la posibilidad de ser testigo de los efectos que ha tenido en la iconografía del imafronte un dato demoledor: "En 275 años no se ha utilizado el criterio de restauración".

De ahí la importancia de los trabajos de restauración que está ejecutando Orthem, tan milimétricos que incluso ha analizado el material empleado para construir la Catedral, descubriendo que procede de al menos de 30 canteras de distintos puntos de la Región de Murcia. "Vamos a recuperar las inscripciones". También restaurarán el color original del mármol negro de Caravaca de la Cruz que se empleó para la puerta del imafronte o el mármol rojo de Cehegín que se utilizó en algunas columnas.

Una panorámica desde las alturas de la escultura de San Pablo.

Una panorámica desde las alturas de la escultura de San Pablo. Badía

"Se restaurarán los grabados hechos en 1751". El coste de cada una de las entradas de 10 euros que pagan los turistas, por asistir a estas visitas guiadas, se destinará a financiar los trabajos de restauración [lossecretosdelafachada.com]. A cambio, el visitante tiene la oportunidad de conocer el imafronte de una forma única: recorriendo los andamios. "Están sujetos a los agujeros originales que se utilizaron en la construcción de la Catedral", aclara el guía Joaquín, antes de soltar un chascarrillo al grupo. "Quien tenga la entrada VIP que me la enseñe y voy sacando los paracaídas".

A unos veinte metros de altura, la plataforma permite divisar desde arriba, la imagen de San Pablo que preside uno de los laterales. La escultura presenta algunas manchas negras, a causa de los famosos pegotes de silicona que algún 'iluminado' puso para instalar pinchos y espantar a las palomas. "San Pablo ha perdido sus brazos, parte de su barba y de su ropaje por la acción de la lluvia, del viento, del paso del tiempo...". Los técnicos de Orthem se ocuparán de que el santo luzca celestial dentro de unos meses.

La visita llega a su fin, regalando en el penúltimo andamio una vista espectacular de la torre campanario de esta catedral declarada Monumento Nacional en 1931. Justo al coronar el imafronte, el guía narra al grupo otras dos anécdotas que guardan relación. La escultura de Santiago Apóstol dejó de coronar la fachada y se retiró porque había riesgo de derrumbe: una decisión acertada, ya que el 2 de abril de 1995, murió un músico callejero que acostumbraba a tocar en la zona de la fachada principal, después de que cayera sobre su cabeza un trozo de la cornisa de grandes dimensiones.

La torre campanario de la Catedral de Murcia.

La torre campanario de la Catedral de Murcia. Badía

A 35 metros de altura, en una zona de los andamios, se acumulan las tejas originales del siglo XVIII que serán utilizadas en los trabajos de restauración. La estructura metálica también deja entrever otra muestra de que los escultores que trabajaron en el retablo del imafronte de la Catedral de Murcia: eran los mejores de la época. "Los ángeles que coronan la fachada tienen talladas al detalle las sandalias, incluso los juanetes de los pies", apunta el guía Joaquín, antes de iniciar el turno de preguntas.

La cuestión más repetida es saber cuándo se retirará de la fachada la impresionante lona de 35 metros de altura, firmada por el dibujante Puebla, donde aparece la imagen de la Virgen de la Fuensanta, la patrona de Murcia, recogiendo sus ofrendas de flores, rodeada de los cuatro santos de Cartagena: San Fulgencio, San Leandro, Santa Florentina y San Isidoro, a los que un ángel les sirve un buen café asiático. "La duración de las obras será de un año: esto no será como la Sagrada Familia".