Ricardo Martines, el brasileño de 63 años que está de Erasmus en Logroño.

Ricardo Martines, el brasileño de 63 años que está de Erasmus en Logroño. Cedida

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Ricardo Martinez, el brasileño de 63 años que está de Erasmus en Logroño: "Me encanta su seguridad y andar de 'tranqui'"

Nacido en 1961 en Porto Alegre, actualmente viviendo en São Paulo desde hace cinco años, ahora se encuentra en una ciudad 145 veces más pequeña que la gran urbe brasileña de 22 millones de habitantes.

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Ricardo Martinez ha vivido un giro drástico en su vida al pasar de São Paulo, una de las ciudades más grandes de Brasil y del mundo, a Logroño, una ciudad más cercana y menos abarrotada. El brasileño lleva cinco años viviendo allí, pero toda su vida y su profesión la desarrolló en Porto Alegre. Antes de llegar al Erasmus, Ricardo estudió Historia en la Universidad Federal y trabajó como profesor de la asignatura en enseñanza secundaria durante 39 años.

Tras ello, fue a vivir en São Paulo, donde empezó un trabajo voluntario con migrantes refugiados al lado del Instituto Federal de São Paulo y a su vez comenzó a estudiar Turismo. Gracias a eso descubrió que había un plan de movilidad internacional al que se apuntó y en el que fue seleccionado.

"A la mayoría de amigos y familia les pareció muy bien e importante poder hacer un intercambio de esta clase y principalmente es volver a España, que es la tierra de mi abuelo, es algo emocional también", explica Ricardo en conversación con EL ESPAÑOL.

Ricardo Martines: Principalmente es volver a España, que es la tierra de mi abuelo, es algo emocional también.

Ricardo Martines: "Principalmente es volver a España, que es la tierra de mi abuelo, es algo emocional también". Cedida

"Mi abuelo nació en Albaida y vivió en Valencia y en 1913 se fue a Argentina, Uruguay y luego se quedó en Brasil y conoció a mi abuela ahí y formó una familia brasileña", explica Martinez sobre su antecesor y sangre española. "Nunca más volvió, murió en Brasil, pero tengo primas en Valencia hasta hoy que son hijas de la prima de mi madre".

En su cuarta visita a España, el estudiante brasileño relata que sus clases comenzaron el 3 de septiembre, aunque decidió llegar el 20 de agosto para tener tiempo de conocer Logroño, ambientarse y viajar a Valencia, donde pudo visitar a sus primos. De esta etapa académica en España espera llevarse “contenidos, conocimientos, la forma de vivir en España, poder compartir mis conocimientos con mis colegas de clase, con mis profesores”.

Actualmente cursa tres asignaturas: Planificación y gestión de turismo enológico, Patrimonio Cultural y Geografía de España. Sobre su experiencia en el aula, destaca la calidad del profesorado: “Por suerte tengo tres profesoras muy expertas, muy buenas en su área de trabajo y muy empáticas que me acogieron muy bien, esto es muy importante también”.

Pero su motivación va más allá del ámbito académico. Explica que también desea “conocer más las costumbres de España y conocerla profundamente”. Desde su llegada ya ha recorrido Zaragoza, Tarragona, Valencia, Madrid, Bilbao, San Sebastián y Pamplona. Todo ello en apenas un mes. Con su estancia prevista hasta febrero, asegura entusiasmado: “Quiero conocer España”.

Ricardo Martines junto a sus amigos en Brasil.

Ricardo Martines junto a sus amigos en Brasil. Cedida

Sobre su ciudad favorita, lo tiene claro: "Para vivir Logroño, cuando hago viajes y vuelvo me siento que estoy en casa, porque es más chica, más acogedora, los precios son mejores comparados con las otras ciudades que conocí, pero claro que hay cosas distintas en las otras ciudades que me llamaron la atención también".

Al llegar a Logroño, lo que más sorprendió al estudiante brasileño fue la vida social y gastronómica de la ciudad. “Salimos mucho todavía, mis amigos brasileños, españoles y yo. Todo lo que está cerca del casco viejo, hay muchos sitios interesantes, estamos yendo a casi todos siempre que podemos”, cuenta. Reconoce, sin embargo, que la célebre calle Laurel “está muy llena” y que ahora prefieren desplazarse a otras vías próximas al Mercado de San Blas, “donde también te atienden bien y hay menos gente”.

Pero si bien disfruta de las tapas y los bares, asegura que lo que más le atrae es el patrimonio cultural. “Me encanta salir para conocer el patrimonio cultural. Fui a todas las iglesias, los museos, casa de vino, el antiguo matadero donde hay una exposición ahora de Leonardo Da Vinci, siempre saliendo para buscar la cultura de la ciudad”.

Acostumbrado a vivir en São Paulo, la gran metrópolis brasileña, las diferencias con Logroño le resultan abismales. “Totales, São Paulo tiene como 10 millones de habitantes y la gran São Paulo (metrópolis) tiene como 22 millones y así aquí para mí todo está cerca en Logroño, siempre caminando por la ciudad tranqui porque estoy acostumbrado a una ciudad gigante, así que para mí desplazarme, salir, siempre está bien, no hay sitios lejos para mí en Logroño”. Además, destaca un aspecto fundamental de su experiencia: “Y la seguridad, aquí me siento muy seguro y en São Paulo no”.

Ricardo Martines: Sao Paulo tiene como 10 millones de habitantes y la gran Sao Paulo (metropolis) tiene como 22 millones y así aquí para mi todo está cerca en Logroño, siempre caminando por la ciudad.

Ricardo Martines: "Sao Paulo tiene como 10 millones de habitantes y la gran Sao Paulo (metropolis) tiene como 22 millones y así aquí para mi todo está cerca en Logroño, siempre caminando por la ciudad".

El estudiante brasileño observa con asombro uno de los grandes contrastes entre España y Brasil: "Ayer estábamos hablando una amiga y yo y veo que hay muchos señores mayores que salen a las 10 o a las 11 de la noche y esto es imposible en São Paulo, no hay señores o señoras de 80 años en la calle a las 10 de la noche porque es peligroso y nos encanta ver eso, las personas mayores saliendo con total seguridad, pudiendo disfrutar de su ciudad, que nos hace falta en São Paulo, donde la ciudadanía fue robada por la inseguridad".

Cuando se le pregunta si São Paulo es de las ciudades más peligrosas de Brasil, el estudiante responde: “No, pero está en la lista, hay otras más peligrosas. En ciudades más chicas del interior del sur de Brasil sí es más seguro. Porto Alegre proporcionalmente, que es la ciudad donde yo vivía, hay también inseguridad proporcional a su número de habitantes.”

Experiencia Erasmus

Al salir de Erasmus, los estudiantes pueden desarrollar sus estudios fuera de su ciudad, lo que les permite descubrir una cultura nueva, ciudades, comida, planes distintos... Cuando la gente piensa en esta experiencia se imagina a jóvenes disfrutando, yendo de fiesta, viajando... "Yo trabajé 39 años con gente joven, siempre estaba esta energía de la juventud, acompañaba su manera de vivir, la música que les gustaba", explica Ricardo al ser preguntado por el contraste de edades.

"Hacía parte de mis prácticas de trabajo con jóvenes, cuando empecé a estudiar Turismo hace dos años yo tenía 61 años y mis colegas tenían 19, 20, 21... Así que traigo ya la experiencia de Brasil de estar con gente joven, por mi práctica profesional hay diferencias, pero hay interacción muy buena, porque a mí me gusta estar entre jóvenes", explica el brasileño.

"Ellos pueden tener una mirada extraña de mí, pero yo de ellos no porque estoy muy acostumbrado a estar con gente joven toda mi vida trabajando en la enseñanza", añade Ricardo. En su estapa como profesor ya acumulaba diversos proyectos como un trabajo de simulación en el Colégio Israelita Brasileiro de Política y Ciudadanía en el que había elecciones y mandato durante un año. U otro más variopinto como un juicio romano interpretado por los alumnos del Colegio Monteiro Lobato de Porto Alegre, Rio Grande do Sul.

A sus 63 años, el estudiante brasileño ha dejado claro desde el inicio de esta experiencia su voluntad de conocer España en profundidad. “Yo quiero conocer España, como yo tengo 63 años y siempre viajé, yo conozco bastantes cosas de Europa, así que planeé que lo más importante para mí era conocer profundamente España, si no conocía París, Londres... No tengo esa curiosidad, porque en mi vida viajé por Europa. Aunque tengo que estudiar, no puedo estar siempre viajando”, explica.

Colegio Israelita Brasileño. Ricardo Martinez junto a alumnos en un trabajo de Política y Ciudadanía.

Colegio Israelita Brasileño. Ricardo Martinez junto a alumnos en un trabajo de Política y Ciudadanía. Cedida

Ricardo completó su carrera de Historia en 1985, por lo que al haberse introducido a una nueva carrera, se enfrenta al difícil desafío de retomar los estudios en una edad avanzada. Sobre esto Ricardo comenta lo siguiente: "Sí lo es pero después de la facultad hice también posgraduación en mi área de educación, en área de historia, así que me parece que está todo un poco más listo para estudiar aquí con las gestiones de la lengua".

Además, reconoce los desafíos específicos del idioma, aunque asegura ir superándolos con constancia: "Entiendo todo lo que las profesoras hablan, consigo leer, tengo más dificultad en escribir, pero estoy entrenando y escribiendo siempre y cuando voy a hacer estudios escribo en español no más en portugués" añade el portoalegrense.

Sobre la posibilidad de regresar con un mayor dominio del idioma, lo tiene claro: “Totalmente, yo hice estudios, fui a Buenos Aires para hacer un curso hace tiempo, pero aquí es una inmersión con la tele, con los profesores, con las personas”.

A la pregunta de si, teniendo 20 años de nuevo, volvería a hacer un Erasmus, responde sin dudar: “Sin duda, pero la cuestión de no hacerlo antes fue porque yo empecé a estudiar Historia y de pronto empecé a dar clases antes de estar formado, de tener mi diploma, así que ya pensaba en la época de hacer estudios fuera de Brasil, pero la vida profesional me llamó para quedarme construyéndola así que no pude venir porque ya tenía trabajo y estaba creciendo en ello. Pero en otra situación con 20 años sin duda, me parece que es muy importante ese tipo de experiencia”.

Ricardo aconseja a quien quiera hacer un Erasmus: "Que se prepare y lo haga, yo leí mucho sobre Logroño y La Rioja yo hice una investigación muy atenta de todo lo que había que encontrar para tener una experiencia más cualificada, pero parece que para los jóvenes no es tan importante eso, más que se desafíen porque la mayoría vive con sus padres y la experiencia es de lo más completa. Vivir sin padres, tener que hacer su comida, dar cuenta de las ropas y para mí eso no era tan novedad".