Álvaro Vega, nuevo registrador de la propiedad a los 25 años.

Álvaro Vega, nuevo registrador de la propiedad a los 25 años. Cedida

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Álvaro Vega, registrador de la propiedad con 25 años y a la primera: "Estudié mes y medio 13 horas al día sin descanso"

Nacido en 1999, el joven gallego ha sido el segundo registrador más joven de la historia tras dos años y medio de estudio. Mariano Rajoy lo logró con 24.

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Iba para médico, pero se ha convertido en el segundo registrador de la propiedad más joven de la historia de España. Su nombre: Álvaro Vega. Su edad: 25 años. Nacido en 1999 en El Barco de Valdeorras (Orense), este joven gallego ha aprobado una de las oposiciones más difíciles en tiempo récord. Lo ha hecho a la primera y sólo ha necesitado estudiar dos años y medio unas pruebas cuya media de superación ronda los seis u ocho años.

“Hubo un momento en el que tuve que estudiar entre 12 y 13 horas al día y sólo libraba un día a la semana, pero entre el primer y segundo ejercicio la cosa fue aún más intensa. Estudié esas 12 ó 13 horas sin tener ningún día a la semana libre. Es decir, estuve más de mes y medio sin descansar. Sólo estudiaba”, explica el joven registrador de la propiedad en conversación con EL ESPAÑOL.

Ese esfuerzo titánico se traduce en que Álvaro Vega se ha convertido este 2025 en el registrador más joven de la promoción y el segundo más joven de la historia, con perdón del expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que lo logró a los 24 años. Pero el joven registrador no tiene nada que envidiar al expolítico, ya que el sistema de entonces era diferente al actual. Con el sistema vigente, sólo él y el vizcaíno Gonzalo Olmos han logrado superar la oposición con 25 años.

Álvaro Vega, nuevo registrador de la propiedad.

Álvaro Vega, nuevo registrador de la propiedad. Cedida

Pero lo suyo le ha costado. Nada ha sido gratis. Desde que empezó a opositar en septiembre de 2022 hasta la firma y lectura del último ejercicio –la oposición son tres ejercicios más uno– en mayo de 2025, el esfuerzo del joven orensano ha sido mayúsculo.

Aun así, reconoce Vega, “ha habido dos partes muy diferentes en la oposición, que ha durado dos años y medio: en la primera estudiaba entre 8 y 9 horas y como soy de madrugar, sobre las 7, a media tarde estaba libre y hacía deporte, iba a pasear, etc. Pero cuando superé el primer ejercicio, me puse muy en serio a estudiar 12 ó 13 horas, porque había partes del temario que no había llegado a tocar”.

Esa persistencia ha provocado que el pasado 22 de mayo le dieran la gran noticia: se había convertido en registrador de la propiedad, el más joven de España. Y aunque no ha empezado a trabajar –le proporcionan destino este mes de octubre–, lo cierto es que la historia de Álvaro Vega ha ido de éxito en éxito.

Siempre sobresaliente

Natural de El Barco de Valdeorras, un municipio de 13.300 habitantes situado en el este orensano, Álvaro Vega creció tranquilo y poco preocupado de salir de la localidad. En Primaria y la ESO fue escolarizado en el Colegio Divina Pastora y allí, dice, nunca fue un alumno que “destacara en especial, pero a partir de segundo de la ESO empecé a sacar sobresalientes”.

Como el centro no tenía Bachillerato, el nuevo registrador de la propiedad terminó sus estudios en el IES Lauro Olmo. Y, en contra de lo que se puede prejuzgar, Álvaro Vega realizó el Bachillerato de Ciencias Sanitarias, ya que adoraba la Biología, la Química, las Matemáticas. Nada de letras. Nada de Derecho.

Allí preparó su Selectividad con el claro objetivo de alcanzar el grado en Medicina. Eso sí, Álvaro Vega ha reconocido a este medio que nunca tuvo mucha vocación. Lo hacía porque sonaba bien y “por inercia”, pero al acabar segundo sufrió una circunstancia personal que le hizo replantearse su vida académica. Le hizo empezar a reflexionar si debía virar su destino.

Y aunque alcanzó un 13,54 sobre 14 en la Selectividad, lo que le permitía acceder a estudiar Medicina en la universidad pública, el verano de 2017 todo cambió. “Era julio y cuando fui a decidir mi carrera cambié de golpe. Me metí en Derecho y Economía en la Universidad Carlos III de Madrid. Pensé que ese era mi camino, pero nadie nunca influyó en mi decisión. Lo que tenía claro es que no tenía vocación de médico”, explica el registrador de la propiedad.

El registrador de la propiedad, Álvaro Vega.

El registrador de la propiedad, Álvaro Vega. Cedida

Su etapa en Madrid también fue un éxito. No sólo acabó un doble grado de cinco año y medio en cinco años, sino que lo hizo con un 9 de media. Buena culpa de ello la tuvo que estudió un año en Boston donde pudo quitarse “la mayoría de las asignaturas de Economía”. Con tan brillante currículo, sumado a la experiencia adquirida en las prácticas en despachos de la talla de Clifford Chance o Garrigues, a Álvaro Vega le llegó una gran oportunidad.

“El despacho Uría Menéndez me ofreció un contrato, que firmé, en el cual me comprometí a empezar en el bufete nada más acabar el máster. Era el verano de 2022 y se abría ante mí esa gran oportunidad. Pero, por otro lado, alguna vez me había planteado opositar a notaría o registrador de la propiedad y, tras pensarlo, me dije: '¿quiero ser abogado toda mi vida?'. Como no lo tenía claro, pensé en darme la oportunidad de opositar, porque siempre podía acceder a ser abogado, pero a lo mejor me arrepentía de no haber intentado opositar”, cuenta Vega.

Sólo dos años y medio de oposición

Y llegó septiembre de 2024. Álvaro Vega había tomado la decisión de intentar opositar y si fracasaba siempre podía volver a la abogacía. “Fue cuando la notaria de mi pueblo me dijo que preparara un tema. Cuando fui y se lo canté, salí con la sensación de que nunca me iba a sacar la oposición. Era algo diferente a cómo había estudiado a lo largo de mi vida”, recuerda el joven registrador.

Pero ella le animó y no se rindió a la primera. Buscó ayuda en Madrid y llamó al Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y Bienes Muebles de España, quienes le pusieron en contacto con un grupo de preparadores dirigido por Galo Rodríguez. “Y con ellos empecé a opositar”, resume. ¿Y por qué a registrador de la propiedad? “Porque siempre me gustó más el Derecho Privado que el Público y, bueno, el temario me llamaba mucho la atención”.

Dos años y medio y 350 temas estudiados después, Álvaro Vega superó todos los ejercicios de la oposición de registrador de la propiedad. Uno tras otro hasta completar los cuatro. El resto de la historia ya la saben: el joven gallego se ha convertido en el registrador de la propiedad más joven de España con 25 años y el segundo más joven de la historia.

Ahora, en unas semanas, empezará su andadura donde le destinen. “A veces pienso en que quiero estar más cerca de Galicia y otras en la otra punta del país, pero lo más importante es empezar”, concluye Álvaro Vega.