Honorio, vecino de Oliva de Plasencia.

Honorio, vecino de Oliva de Plasencia. Hans Lawrence Ramírez

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Pablo, Blas, Patricia y los 290 vecinos confinados de Oliva de Plasencia: "El fuego nos engulle y no hay orden de evacuación"

Los habitantes de este pueblo temen que las llamas lleguen a sus casas con ellos dentro porque aún no les evacuan como sí se ha hecho con los vecinos de otros pueblos cercanos.

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Oliva de Plasencia (Cáceres)
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A Honorio no le hace gracia estar confinado. "El fuego lo tenemos encima, pero aún no nos dicen nada de evacuar", expresa este vecino de 65 años de Oliva de Plasencia (Cáceres). Ha permanecido todo el día encerrado en su casa para no respirar el humo que llega desde el incendio de la sierra de Jarilla.

Ha salido solo una vez para buscar sus medicinas en la única farmacia que hay en este pueblo de 290 habitantes. "Ese humo que se ve es del fuego que está más cerca", explica a EL ESPAÑOL mientras señala la enorme nube oscura que sube al cielo desde las montañas.

"Desde aquí se ven las llamas", dice Patricia, otra vecina natural de Plasencia y que el año pasado se vino a vivir a este pueblo. "Y mira lo que estoy viviendo en mi primer año aquí", comenta.

El fuego en la sierra se ve desde diferentes puntos del pueblo.

El fuego en la sierra se ve desde diferentes puntos del pueblo. Hans Lawrence Ramírez

Pablo y Blas, sin embargo, casi toda su vida han vivido en Oliva de Plasencia. No se sorprenden por el fuego, pero sí les preocupa que las llamas sigan avanzando hacia el pueblo. "No nos dicen nada. Nos enteramos más por lo que dicen en las noticias que por lo que nos dicen aquí", detalla Blas, de 72 años.

"Hace unos años sí que hubo un fuego también, pero no ha sido como este", indica Pablo mientras limpia su furgoneta. No quiere que las cenizas que llegan desde la sierra manchen su parabrisas. De repente, se queda en silencio, pone la oreja hacia arriba y con su dedo índice señala al cielo. "Ahí van otra vez".

Son cuatro aviones anfibios que vuelan en fila sobre el pueblo y uno por uno ponen rumbo hacia el incendio. "Mientras no cruce la carretera, no creo que llegue al pueblo", dice otro vecino.

"¡Pero si ya la ha cruzado!", le responde Patricia. "La autovía está cortada. Si sales del pueblo, ya no vuelves a entrar porque allí está la Guardia Civil ya", le advierte la mujer.

Honorio, Pablo, Patricia y Blas son de los pocos vecinos que se ven por estas calles. Desoladas y ardientes por la ola de calor que azota a España entera. Se atreven a salir durante poco tiempo porque el calor es insoportable para estar fuera. Además, el viento trae el humo y las cenizas que molestan los ojos, la nariz y la garganta.

Una propiedad calcinada en Villar de Plasencia, uno de los pueblos evacuados.

Una propiedad calcinada en Villar de Plasencia, uno de los pueblos evacuados. Hans Lawrence Ramírez

Hay una tensa calma y un estado de alerta permanente en el pueblo. No hay bares ni restaurantes abiertos. En el centro médico no hay consultas. El Ayuntamiento está cerrado. La farmacia solo abrió durante dos horas esta tarde. Los únicos que se ven fácilmente por el pueblo son algunos caballos comiendo pasto y un gato de una colonia felina. Nadie más.

Casi 5.000 hectáreas

El fuego avanza sin control. Así se ve desde las calles de Oliva de Plasencia. Así lo ven los vecinos del pueblo desde sus balcones y ventanas. Y así lo han dicho las mismas autoridades. "No podemos hablar en este momento de estabilización del perímetro", ha señalado la tarde del jueves el consejero de Presidencia, Interior y Diálogo Social, Abel Bautista.

Sigue sin control por la dificultad del terreno y porque las peores previsiones meteorológicas se están cumpliendo: mucho calor y mucho viento.

El fuego inició la tarde del martes 12 de agosto después de una tormenta en la que hubo hasta 700 rayos, según informaron las autoridades. Esto provocó varios focos de incendio en la sierra que hasta la tarde del jueves han calcinado más de 4.600 hectáreas en un perímetro de 48 kilómetros. Esto lo convierte en el más grande de la región de Extremadura en lo que va del año.

La Guardia Civil cortó la entrada a Oliva de Plasencia desde donde se ve el incendio en la sierra.

La Guardia Civil cortó la entrada a Oliva de Plasencia desde donde se ve el incendio en la sierra. Hans Lawrence Ramírez

Los habitantes de Villar de Plasencia, Jarilla y Cabezabellosa han sido evacuados la mañana del jueves hacia Plasencia. Pero los de Oliva de Plasencia solamente fueron confinados y temen que, como no ha sido controlado el incendio, este llegue hasta sus casas.

Pese a los esfuerzos de los cientos de bomberos y la Unidad Militar de Emergencia (UME), el fuego se sigue extendiendo y aún no se sabe cuándo podrá ser controlado.

Confinados y en alerta

La misma noche en que comenzó el incendio, el martes 12 de agosto, las autoridades evacuaron a 700 personas en Jarilla y Villar de Plasencia. En Cabezabellosa, una veintena de vecinos se negaron a ser desalojados y fue hasta el miércoles que un convoy pudo entrar a por ellos, cuando ya el fuego había llegado al pueblo.

Los evacuados han sido trasladados a Plasencia. Los mayores fueron ubicados en una residencia de ancianos. El jueves cumplieron tres días sin dormir en sus casas.

En la madrugada del miércoles a jueves el fuego se hizo más intenso y atravesó las carreteras N-630 y la Autovía de La Plata (A-66). Esta última estuvo cortada en un tramo de 25 kilómetros. Incluso, las autoridades trasladaron su Puesto de Mando Avanzado hasta La Granja.

Blas, de 72 años, vecino de Oliva de Plasencia.

Blas, de 72 años, vecino de Oliva de Plasencia. Hans Lawrence Ramírez

Fue entonces cuando ordenaron el confinamiento a los vecinos de Oliva de Plasencia.

"Si está usted en Oliva de Plasencia debe permanecer confinado en su vivienda con las ventanas y puertas cerradas. Evite salir del pueblo por sus medios. Siga las instrucciones de los servicios de emergencia. No ponga su vida en riesgo". Ese fue el mensaje de ES-ALERT que recibieron los 290 habitantes.

Algunos vecinos junto con el alcalde Ángel González pusieron cortafuegos durante la madrugada en algunas zonas del pueblo. "El fuego se miraba sobre la sierra y ha avanzado rápido. Es que le dejas de ver por un segundo y casi que lo tienes frente a ti", describe Honorio.

Por ahora, él y sus vecinos permanecen confinados y en estado de alerta. En su caso, dice que tiene listas un par de maletas por si ordenan su evacuación. "Hay gente que también está lista para cuando den la orden, pero lo mejor sería que apaguen el fuego".