Varios jóvenes marroquíes asisten al encuentro organizado por adultos de su comunidad para tratar de poner fin a los disturbios.

Varios jóvenes marroquíes asisten al encuentro organizado por adultos de su comunidad para tratar de poner fin a los disturbios. J. I. M.

Reportajes

Tregua fallida en Torre Pacheco, donde los adultos marroquíes tratan de calmar a los jóvenes: "Son niños, no saben qué hacen"

A pesar de la voluntad de los imanes de Torre Pacheco de apaciguar las tensiones entre los menores de su comunidad, la Guardia Civil ha tenido que realizar una intervención que se ha saldado sin heridos.

Más información: Salah, el imán de Torre Pacheco: "Antes de la paliza a ese anciano, no había problemas de racismo en el municipio".

Torre Pacheco
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Los disturbios han convertido a Torre Pacheco en una olla a presión que ha estallado. De un lado, los grupos ultras, procedentes de diferentes puntos de España, que estos días han acudido a este municipio agrícola a tomarse la justicia por su mano, usando el pretexto de la paliza a un anciano este miércoles, propinada por varios jóvenes supuestamente marroquíes.

Del otro lado están los propios vecinos marroquíes que han decidido enfrentarse a los ultras -la mayoría, jóvenes- dando lugar a penosas peleas entre "bandas" en diferentes lugares de la localidad.

Pero toda la comunidad marroquí no está de acuerdo en combatir el fuego con fuego, ni en entrar al trapo a las provocaciones. Así lo explica a EL ESPAÑOL un vecino, Nabil, quien este lunes por la noche se ha convertido en uno de los portavoces improvisados de la comunidad musulmana.

La intervención de la Guardia Civil en un descampado del barrio de San Antonio, este lunes por la noche.

Y lo ha hecho siendo uno de los marroquíes que han estado presentes en una reunión entre adultos y jóvenes magrebíes que ha tenido lugar por primera vez en toda esta crisis en el barrio de San Antonio, epicentro de los problemas.

El objetivo de esta concentración improvisada ha sido, según Nabil "hablar con nuestros chicos para pedirles que estos días no salgan de sus casas para que no haya más enfrentamientos con los ultras".

Nabil lleva "casi 30 años en España", trabaja en un centro de logística cerca de Torre Pacheco y preside la Comunidad Islámica Al Manar. Es una figura muy respetada en su municipio, e invita al periodista a unirse a esta reunión que pretende ser un punto de inflexión en los disturbios que atemorizan a los vecinos desde el viernes.

"Primero vamos a escucharles, y después queremos convencerlos de que se queden en casa y no se metan en más peleas. Vamos a estar con ellos porque queremos que vuelva la tranquilidad".

La reunión de la comunidad marroquí en el barrio de San Antonio de Torre Pacheco, este lunes.

El encuentro se inicia a las 22 horas, tras la oración islámica; y enseguida se unen los imanes de las mezquitas de Torre Pacheco. Pero los ánimos en la calle San Cayetano están demasiado caldeados como para pensar en la calma. Y entre los propios marroquíes, queda patente que la división es total.

Una fragmentación marcada por un único factor: la edad. De un lado, en la calle se encuentra un sector joven, mayoritariamente nacido en España, del que buena parte ni siquiera han alcanzado la mayoría de edad, y que se muestran beligerantes ante los periodistas, con los rostros cubiertos, voceando insultos contra Santiago Abascal y 'vivas' a Marruecos.

Del otro, una clara mayoría adulta y trabajadora. Muchos llevan casi 30 años viviendo en España y labrándose su futuro en el campo, en la hostelería, en el transporte, con la finalidad de dar alimento a sus familias. Ellos piden calma ante la contundencia de los jóvenes.

La reunión de la comunidad marroquí que ha tenido lugar este lunes por la noche en el barrio de San Antonio (Torre Pacheco).

La reunión de la comunidad marroquí que ha tenido lugar este lunes por la noche en el barrio de San Antonio (Torre Pacheco). J. I. M.

"Son niños que no saben lo que hacen", explica Abdelali, otro de los cabecillas de esta reunión que da la cara ante los medios para defender la integridad de su gente y evitar la proliferación de los discursos de odio que estos días inundan las redes sociales.

"Estamos aquí para calmar a los críos. El mayor de ellos tiene 17 años. Queremos que se metan en sus casas porque buscamos la paz, y porque la Guardia Civil ya está haciendo su trabajo. Y estamos hartos. No queremos gente delincuente, ni que agreda a un anciano de 70 años".

En una postura de defensa hacia los suyos también se expresan Nahim y Munir, que trabajan en el campo y llevan "casi 20 años" en suelo español ganándose el pan. Ambos están hartos de los ataques racistas que reciben por parte de los colectivos más polarizados, quienes estos días especialmente reprochan a los magrebíes 'vivir de las ayudas', entre otros insultos.

"El que diga que los marroquíes solo venimos a España a robar, que venga aquí a las 4 de la mañana para comprobarlo. Yo me tengo que levantar a las 5 cada día. Si paráramos todos de trabajar una semana, sabrían si estamos aquí para trabajar o para robar", se defiende Nahim.

"Aparte de que nos quedaríamos sin comer, se echarían a perder todos los cultivos del campo. La conclusión es que esto que está pasando [los disturbios] es una cosa política", amplía Munir.

Nahim y Munir, vecinos marroquíes de Torre Pacheco que han asistido a la concentración de este lunes en el barrio de San Antonio.

Nahim y Munir, vecinos marroquíes de Torre Pacheco que han asistido a la concentración de este lunes en el barrio de San Antonio. J. I. M.

Pero la energía de los jóvenes es muy superior a las buenas intenciones de los adultos. Y pese a la desesperada llamada a la calma, los muchachos se crecen ante la presencia de las cámaras.
Los que tratan de poner paz se llevan las manos a la cabeza, sabiéndose superados por una energía juvenil que, sumada a la ineptitud también propia de la edad, no logran ser contenidas con meros llamamientos al orden.

Y antes de la medianoche, algo llama la atención de estos muchachos: la supuesta presencia en un descampado próximo de una banda de ultras.

Y allá que acuden todos en tromba, sorprendiéndose finalmente al encontrar no al otro bando, sino a otro grupo de marroquíes. Pero el jaleo de las carreras y los gritos intimidantes fueron suficientes para alertar a los antidisturbios de la Guardia Civil.

Varios agentes antidisturbios de la Guardia Civil, desplegados en Torre Pacheco.

Varios agentes antidisturbios de la Guardia Civil, desplegados en Torre Pacheco. J. I. M.

Aunque esta vez no hubo palos, la muestra de la gran tensión vivida en el momento se refleja en al menos dos botellazos que algunos de estos jóvenes iracundos lanzan contra el periodista de EL ESPAÑOL, por haberse acercado al lugar de los hechos, obligándolo a gritos a marcharse.

Y justo cuando el informador accede, es cuando comienzan a volar hacia su dirección varias botellas de cristal -que afortunadamente no le aciertan- y una linterna láser empieza a apuntar a sus ojos.

Pero en menos de cinco minutos, varios vehículos de la Guardia Civil han llegado al lugar de los hechos. Y para disipar a la multitud, los agentes antidisturbios se han visto obligados a abrir fuego de advertencia, quizá con balas de goma no dirigidas contra nadie, o con cartuchos de fogueo.

Pero no todos los jóvenes son maleantes iracundos. Yasser, a sus 24, es todo lo contrario. De hecho, estuvo portando pancartas en la manifestación que tuvo lugar el viernes, contra la agresión que sufrió el jubilado y que ha desembocado en estos conflictos.

"Estuvimos en la manifestación todos. No importaba nuestra nacionalidad: tanto marroquíes, como ecuatorianos, como españoles".

En esta línea, expone que el verdadero origen de los disturbios tuvo lugar al término de la citada concentración: "Hubo personas que vieron a varios chicos marroquíes, y empezaron a tirarles cosas, y de ahí fueron a perseguir a todos los marroquíes del pueblo".

"Es puro racismo. En Torre Pacheco siempre hemos convivido súper bien. De hecho, tengo amigos españoles que han estudiado conmigo toda la vida, que son los primeros que han compartido por redes sociales que no queremos que venga Dani de Desokupa. Están usando nuestro pueblo como campo de batalla, solo hay que ver cuántos periodistas hay aquí".

Lunes tranquilo

Este lunes, los enfrentamientos entre los dos 'bandos' no han sido tan intensos como en el fin de semana, y eso se ha debido a la escasa presencia de los colectivos ultras que sí que se habían hecho notar los días anteriores.

Sin embargo, la concentración a pie de calle entre los musulmanes ha contado con la presencia de algunos miembros de las patrullas vecinales de otros municipios colindantes, así como de algunas afiliados a Vox, que han estado en un segundo plano.

Uno de los que muestra su reprobación y pide mayor contundencia contra la inmigración ilegal es Lázaro: "No puede ser que haya detenciones y a los 5 minutos estés en la calle. Eso no puede ser. Luego, veo bien que tú ofrezcas ayudas, pero cuando tu país está como España. Además, una cosa es que vengas de un país que está en guerra, pero Marruecos no lo está".

"Si tú vienes a trabajar y a aportar no hay problema ninguno. Bienvenido seas, pero es que la mayoría de ellos vienen a chupar del bote".

Después del ajetreo, la presencia de los antidisturbios convierte la calle, antes repleta de personas, en una balsa de aceite que solo frecuentan los periodistas, peléandose por tomar la mejor instantánea de los agentes en formación.

Una vez restablecido el orden, se retiran. Acaba de cumplirse la medianoche. Los periodistas se retiran poco a poco, a sabiendas de que este martes espera otra jornada intensa, ante la esperada llegada de más colectivos agitadores.

Por el momento, esta madrugada ha habido tres nuevas detenciones que elevan ya a 13 los arrestos por altercados racistas ocurridos en la localidad murciana de Torre Pachecho.

Así lo ha explicado el coronel Jefe de la Guardia Civil en la Región de Murcia, Francisco Pulido, quien ha señalado que se ha identificado a más de 120 personas, a muchas de las cuales se les han incautado instrumentos que podrían ser usados como armas en este tipo de altercados.