Las doulas son figuras que no tienen ningún tipo de formación sanitaria reconocida.

Las doulas son figuras que no tienen ningún tipo de formación sanitaria reconocida. Arte EE

Reportajes

Batidos de placenta y 1.500 € por un parto asistido por doulas: el 'boom' de las falsas matronas que arriesga la vida de los bebés

Es una figura no reconocida y las matronas alertan de que no cuentan con preparación sanitaria, lo que conlleva "graves riesgos" para madre y bebé.

Más información: Mueren dos bebés recién nacidos tras complicarse sus partos en casas de Colmenar Viejo y en Ciudad Lineal

Publicada

Finales del año 2024. Granada. Una mujer, que presentaba un embarazo de alto riesgo determinado desde su inicio, decide abandonar la vía sanitaria. Sin saber nada de ella, su centro sanitario público intentó, sin éxito, contactarla después de que se hubiera sobrepasado el tiempo de gestación seguro –40 semanas–.

Finalmente, decide personarse en el hospital, casi tres semanas después, pero el resultado de su rechazo a la asistencia médica ya era irreversible: en su vientre, el feto había fallecido.

Esta mujer había decidido que el seguimiento de su embarazo lo llevara a cabo una doula, la persona que se atribuye el trabajo de acompañante durante la gestación, el parto y el postparto, a pesar de no contar con ningún tipo de formación sanitaria reconocida para ello. De hecho, su trabajo en España ni siquiera se encuentra regulado.

Años antes, en Vigo, una pareja que ya había dado a luz a un primer hijo en casa, decidió hacer lo mismo con el que venía en camino. A pesar de que en su hospital les alertaron de que el bebé venía de nalgas, decidieron seguir adelante con su decisión.

Ese tipo de circunstancia suele solventarse en un centro sanitario, comúnmente con la práctica de una cesárea, pero la madre, que se mostraba en contra de esta intervención, decidió abandonar el seguimiento médico y consultar los servicios de doulas para asistir un parto de estas características en casa.

Pero los riesgos de los que previamente los sanitarios habían avisado se acabaron cumpliendo. El 10 de diciembre de 2018, el 061 recibió una llamada por complicaciones en el parto. Cuando llegaron los efectivos, estos sólo pudieron certificar la muerte del bebé.

No hace falta irse tan lejos en el tiempo. Este mismo diciembre de 2025, dos recién nacidos fallecieron en Madrid tras haber llevado a cabo el alumbramiento en casa. En uno de ellos no hubo asistencia médica.

Partos domiciliarios, rituales de gestación o asistencia por parte de figuras como las doulas experimentan cada año un leve aumento en España, gracias, en parte, a la visibilidad que este tipo de figuras está ganando en redes sociales.

En 2024, un estudio del Consejo General de Enfermería (CGE) reveló que un 76 % de las matronas españolas afirman conocer casos reales de este intrusismo profesional, principalmente por parte de doulas y parteras sin formación.

Montserrat Angulo, matrona vocal del CGE, alerta sobre los "graves riesgos" que esto conlleva, ya que no existe "ningún otro profesional con competencia para la atención y el asesoramiento de las mujeres durante este periodo que no sean las enfermeras con especialidad en Ginecología y Obstetricia".

Al no ser una práctica regulada ni una profesión reconocida, los datos son imprecisos. La mayoría trabajan "de tapadillo", llegando a cobrar en negro hasta 1.500 euros por la asistencia durante el embarazo o el parto.

Según el abogado penalista Jesús Pando, estas figuras podrían incurrir en un delito de "intrusismo profesional". Además, si el desenlace de su actuación derivara en "lesiones graves en la madre o en el feto, o incluso en homicidio, podrían enfrentarse a penas de hasta 4 años de prisión".

Rituales y sashimis de placenta

A pesar de que la ciencia avanza y la nueva medicina se abre paso, parece haber un creciente movimiento que defiende una vuelta al pasado. Los trágicos casos expuestos en estas líneas no han impedido que surja de nuevo en España la figura de la doula.

Hace tan sólo unos meses, en septiembre de 2025, tenía lugar en Málaga un encuentro de las que se hacen llamar "doulas ancestrales", una tipología dentro de esta profesión inventada que promueve el parto "autogestionado".

Además, cuentan con una "escuela ancestral" de formación en la que ofrecen, al módico precio de 80 dólares, cursillos sobre preparación al parto, rituales gestacionales y consagraciones del útero. Pero aún hay más.

Entre los servicios de esta "escuela de sabiduría" se puede encontrar la medicina placentaria, donde enseñan a preparar la placenta en forma de batidos o sashimis para poder aprovechar todas sus propiedades de "fuerza espiritual y talismán".

Lina, la mujer colombiana y creadora de esta escuela que ahora mismo se asienta en España, se define como "Mujer Mística, Bruja, Maga Blanca, Guardiana de Nacimiento, de Útero y Placenta, Doula Ancestral, Maestra y Hermana de Ceremonias".

Tal y como versa su página web, desde hace dos años sintió "un llamado a la partería", para el cual se formó y nutrió como "Partera Ancestral y Comunitaria". Aparte de todo lo anterior, asegura ante sus más de 12.000 seguidores en Instagram que "el parto es una danza ancestral antigua que la mujer lleva impresa en su sangre", por lo que el cuerpo "no debería pensar, sino recordar".

Además, hace gala de que, aunque la ciencia diga que a partir de los 40 años el cuerpo de la mujer se ralentiza, "la ancestralidad dice lo contrario". Asegura que, para entonces, "el útero es más sabio", y anuncia un nuevo curso para "gestar después de los 40".

Lo que para la ciencia sería un embarazo de riesgo, para Lina es una oportunidad. Montserrat Angulo, matrona vocal del CGE, asegura que este tipo de figuras "deberían estar prohibidas" y recuerda que, desde el consejo, llevan "décadas alertando" sobre el tema.

Lo mismo opinan desde el Sindicato de Enfermería (SATSE), entendiendo que estas doulas "realizan una actividad que, además de ilegal y suponer un claro ejemplo de intrusismo profesional, puede conllevar riesgos para la salud de madres y niños".

"Las matronas somos enfermeras que, tras cuatro años de formación, elegimos la especialidad de Obstetricia y Ginecología, que son dos años más de formación específica. Nuestro trabajo es conocer todo el embarazo y la patología del embarazo, además de todo lo relacionado con el parto, postparto y el puerperio, hasta los 28 días de vida del recién nacido", añade Angulo.

Por ello, asegura que "no existe ningún otro profesional con competencias para abordar este terreno", sentencia. Reconoce que "parece ser que ha habido momentos en los que la ciencia no ha sido lo suficientemente eficiente o ha tendido a medicalizar demasiado el parto".

Pero, señala, es importante "contar siempre con profesionales sanitarios formados y regulados". "Creo que hoy en día hay información suficiente como para que la mujer pueda decidir el lugar y la compañía durante el parto, sin necesidad de recurrir a una figura que, repito, ni tiene competencias ni está reconocida".

No quiere demonizar el parto en casa, lo ve como una "alternativa", pero siempre y cuando se tengan en cuenta "los requisitos que existen para llevarlo a cabo y se cuente con matronas cuya función es acompañar alumbramientos domiciliarios".

Por el momento, en España estos servicios son únicamente privados, y los protocolos incluyen entre sus medidas "que la mujer esté, al menos, en un radio de acción máximo de 30 minutos de un hospital de referencia".

Sin embargo, y a pesar de los "elevadísimos riesgos", España sigue viviendo un aumento de demanda y visibilidad –sobre todo a través de redes sociales– de las doulas, que algunos atribuyen al deseo de mayor apoyo emocional y continuidad en el embarazo y parto.

Pero desde SATSE recuerda, a este respecto, que "el trabajo de las matronas dentro de nuestro sistema sanitario para mejorar la salud y calidad de vida de las mujeres, no se limita sólo a cuando van a ser madres y hasta el momento del parto, sino que se desarrolla a lo largo de las diferentes etapas de su vida".